MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Reacción tardía de Morena cobra vidas

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Con la llegada de la pandemia de covid-19 a México, muchas familias están sufriendo los estragos de esta terrible enfermedad en todas las áreas de la vida social, y no es para menos, ya suman más de 157 mil decesos, según datos de la Secretaría de Salud. Son cada vez más sufrimiento y pérdidas de vidas humanas irreparables, por la reacción tardía del Gobierno federal de Morena. La falta de pruebas masivas para detectar a tiempo los contagiados, y aislarlos oportunamente para evitar una mayor propagación del virus. El gobierno recurrió a lo más fácil, decirle a toda la población "quédate en casa&rdquo, pero sin ningún plan de sobrevivencia y sin cortar la cadena de contagios por falta de pruebas para todos.

Hace falta una política de Estado que vigile el bienestar del grueso de la población, invirtiendo más en salud, desde infraestructura, hospitales, medicamentos, equipos médicos y de protección.

El pueblo de México tiene que aprender de esta dolorosa lección, "unos pocos tienen de todo y hasta de sobra y la inmensa mayoría carece de lo más básico para vivir, escuché decir un día al ingeniero Aquiles Córdoba Morán, dirigente del Movimiento Antorchista, y así es. El pueblo pobre tiene que organizarse y exigir al gobierno en turno, más atención a la solución de sus apremiantes necesidades, para crear políticas económicas y sociales encaminados a disminuir la brecha abismal en la atención de salud entre ricos y pobres, ya que, en un hospital privado con todo lo necesario para la atención de un paciente de covid-19, tiene más posibilidades de recuperarse rápidamente mientras que en un hospital público, es para engordar las estadísticas de fallecidos, por la falta de lo necesario para enfrentar la pandemia.

La economía se ha estancado y se resiente en los bolsillos de la gente, cada día se vuelve imposible adquirir los bienes y servicios necesarios para la vida diaria, como comprar una computadora o contratar el servicio de internet en los hogares con estudiantes, y el atraso escolar se aprecia en cada evaluación parcial.

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La pandemia de covid-19 vino a mostrar la tragedia en qué viven millones de compatriotas, aún con toda la riqueza social que produce el pueblo trabajador, no se invierte en obras y servicios para disfrute de la población y se le da prioridad a proyectos e inversiones económicas para la gente privilegiada de siempre, encumbrados en el poder político. Y el pueblo bueno y sabio en el olvido. La falta de un buen salario para satisfacer las necesidades de los hogares colimenses no es nada nuevo, ya era un problema mucho antes de la pandemia, pero ahora se ha agravado. En días pasados, en amena charla y con un tanto de pena, me dijo una buena señora, doña Chuy: "necesito una despensa para comer, necesito una ayuda, ¿En dónde puedo solicitarlo?; bien sabes, vendo dulces por las mañanas y me ha ido muy mal, no he estado vendiendo mis cosas. Ya estoy preocupada. Creo que le haré como mi vecina para cocinar, se me acabó el gas en el peor momento y no tengo para comprarlo, me construiré un fogón”. Y esto sucede en el pleno corazón de la ciudad de Colima. También sucede con otras señoras que, trabajaban como empleadas domésticas fueron despedidos de sus actividades desde el mes de noviembre del año pasado, son las que buscan una alternativa de trabajo y lo remedian con el autoempleo.

Un grupo de jóvenes apostados en un crucero del Tercer Anillo Periférico, aprovechan la luz roja del semáforo para ofrecer la limpia de los parabrisas a los automovilistas, otros tanto más, ocurre en otro crucero de esta misma ciudad de Villa de álvarez, se ven señores y señoras de edades ya avanzadas, a paso lento, solicitan una ayuda económica; otro más vende dulces y chicles. Aumenta el número de vendedores ambulantes en los cruceros de las avenidas principales de la cuidad, ofreciendo frutas de temporada, como guayabillas, melón, plátano, etc. Los tianguis crecen cada día más aceleradamente, abarcan más espacios donde se ofertan productos nuevos y usados de los más diversos. Las calles y avenidas más transitadas se llenan de coloridos mantas, improvisados puestos, donde las señoras venden el refrescante tejuino, raspados de hielo con sabores, tortas, los sabrosos sopes con pollo, con rajas, carne con chile, y antojitos mexicanos como el pozole, tostadas de pata o de cueritos de puerco, también venden fruta picada, etc., etc. En la mayoría de las colonias encontrarnos vendedores ambulantes de bolsas para la basura, o vemos parejas con rastrillos y machete en mano ofreciendo la limpia de los jardines y patios de las casas. Señoras con los críos y una escoba en mano pidiendo barrer y exclamando: "con lo que guste cooperar”.

Este fenómeno social no es nada nuevo, sin embargo, está aumentando demasiado rápido en esta ciudad por la falta de empleo. No podemos permanecer pasivos ante este fenómeno social, tenemos que explicarle a la gente que esto es consecuencia de la tremenda división de clases en qué vivimos, y solo organizados podemos realizar un cambio en la política social y económica de nuestro país. Urge un México más justo para todos.

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