MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Queremos paz, pero no a costa de nuestra sumisión

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En el mundo no habrá paz

mientras haya explotación 

del hombre por el hombre

y exista desigualdad.

 Ali Primera.

El gran cantautor venezolano, Ely Rafael Primera Rosell (1941-1985), mejor conocido como Alí Primera escribió una canción que se titula No basta rezar. En la letra dice:  no basta rezar, hacen falta muchas cosas para conseguir la paz… Rezan de buena fe, rezan de corazón, pero también reza el piloto cuando monta en el avión, para ir a bombardear a los niños de Vietnam, para ir a bombardear a los niños de Vietnam. 

¿A quién le molesta la paz? La paz, la paz, la paz… otra hermosa, bella, una excelente aspiración, muchos buscan la paz, la paz interior, la tranquilidad del campo… la paz es el silencio de los sepulcros. Y, como la mayoría de las cosas, en este mundo capitalista, se ha convertido en una mercancía. Los primeros en promover la paz son aquellos que envían armas a Ucrania y Taiwán, y reconocen haber perpetrado golpes de estado, dicen para los entendedores, queremos un mundo basado en reglas, siempre y cuando yo diga cuales son las reglas. 

Hace una década o quizá más, aún me asombraba la imagen religiosa, en donde se podía apreciar el paraíso prometido. El paisaje en cuestión se podía apreciar a hombres de todos los colores: negros, blancos, mulatos, de piel canela, etc. conviviendo en armonía con tigres, leones, corderos y ovejas. Sí, el paraíso ideal es maravilloso; eso, por supuesto, sólo es un ideal, pero como lo prometen más allá de nuestra existencia, mucha gente cae en el engaño. Ya que, hasta el momento, nadie ha regresado ni volverá. 

En este mundo material predomina aún la ley de la selva, la ley del más fuerte. El lobo se come a la oveja, el tigre caza a su presa para sobrevivir, el león, la naturaleza sabe porqué hace las cosas, cazadores y presas. Y en la sociedad, desde que surgieron las clases, la relación explotador-explotado, ha permanecido. La comuna de París en 1871, la Revolución rusa en 1917, la revolución China de 1949, la Revolución cubana en 1959, han sido los intentos por acabar con esta situación. 

La guerra, diría Clausewitz, es la continuación de la política por otros medios. La guerra ha existido y seguirá existiendo mientras siga existiendo la explotación y mientras la humanidad no logre construir una sociedad mejor. Todos quieren paz, pero uno lo quiere desde la ley del poderoso que no quiere que nadie se le rebele y otros, predican la resignación como único método de conseguirlo. Nosotros queremos pan y paz, pero a veces se tiene que luchar para conseguir lo que queremos. 

El mandatario actual no es el indicado para pedir paz: primero, el presidente quiere que se acabe la guerra en Ucrania por medio de la negociación, cuando esa vía ya se agotó; aquí, el país suda sangre, con más de 130 mil muertos en tan solo cuatro años. Y somos noticia internacional porque mataron a un alcalde y a 19 personas más en Guerrero.

En Morelos, asesinaron a una diputada local. Y aquí en Nuevo León, un presidente del área metropolitana dice que reina la tranquilidad en su municipio cuando acababan de matar a 4 personas cerca de la presidencia. Un presidente que quiere paz para el mundo debería garantizar la paz para su pueblo.  

El gobierno actual es un mar de contradicciones: por un lado, piden que no se envíen y produzcan más armas en el mundo, mientras aquí decreta la militarización. 

Rubén Darío, poeta nicaragüense, nos da un bello y triste ejemplo, del mundo en el que vivimos, cuando Francisco de Asís, (el mismo que venera el presidente), sintió una profunda tristeza en su corazón, al darse cuenta de que los motivos del lobo, eran reales y siguen vigentes:

 Más empecé a ver que en todas las casas

 estaban la Envidia, la Saña, la Ira,

 y en todos los rostros ardían las brasas

 de odio, de lujuria, de infamia y mentira.

 Hermanos a hermanos hacían la guerra,

 perdían los débiles, ganaban los malos,

 hembra y macho eran como perro y perra,

 y un buen día todos me dieron palos.

El presidente se atiene al principio religioso de la paz… al que te hiera una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aún la túnica le niegues… por supuesto que lo dice, porque en este momento, él juega el papel del lobo, del fuerte, del cazador. No pensará lo mismo después que la balanza cambie. 

Nos guste o no, sigue predominando la ley del más fuerte. Los débiles deben unirse entre ellos o serán devorados uno por uno. La moral, los gritos y sombrerazos y los shows no cambiarán nada la situación, aunque ellos aplican la ley del más fuerte dentro del país, en el plano internacional somos un país débil. Y nos pasará lo mismo que siempre ha pasado, seremos engullidos por el águila, que no ha dejado de ser águila. Pobre Paloma, te mataran a ti que llevas el recado.   

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