MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Por qué debemos unirnos?

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Tengo entendido que la filosofía es una forma de conciencia social, determinada por el modo de producción correspondiente. Es una forma de pensar e interpretar el mundo y sus diferentes conexiones, así como de las leyes que lo gobiernan tanto en la naturaleza, el individuo y la sociedad. Cuando apareció la propiedad privada de los medios de producción y, por tanto, el surgimiento de las clases sociales en el esclavismo, esta forma de pensar se convirtió esencialmente en instrumento de dominación de una clase sobre otra, es decir, la justificación del estado de cosas, su mantenimiento y perpetuidad. El sometimiento contra los esclavos primero, y posteriormente contra los siervos y los proletarios, no ha sido solo económico, político y social sino también filosófico.

En el sistema de libre mercado, por ejemplo, reina y predomina la filosofía de la obtención de la máxima ganancia, de la concentración de la riqueza y de la perpetuidad de la pobreza para las clases explotadas. Este sistema piensa e interpreta al mundo con el sello de su individualismo, egoísmo, prepotencia y soberbia, hijos naturales del actual modo de producción. He aquí la razón porqué la mayoría piensa sólo en sí mismos y no en los demás, porque están imbuidos hasta la médula de la forma de pensar del sistema que los gobierna. “En la propia miseria los ojos fijos, buscamos las riquezas que nos convienen y todo lo arrostramos por nuestros hijos. ¿Es que los demás padres hijos no tienen?”, reza el poeta.

Los principios esta filosofía fue revolucionaria ya que luchó en contra de las viejas formas de pensamiento heredadas por la edad media y el moribundo sistema feudal, sin embargo, en la sociedad actual, no solo ya no corresponden, sino que son un obstáculo para los cambios y el desarrollo de la humanidad. En efecto, la acumulación insultante a los ojos del mundo es una traba para el progreso de los pueblos; la concentración de la riqueza ha llevado a millones de seres humanos a sufrir la pobreza mas descarada que la historia haya conocido. Esta exacerbación de las contradicciones internas del sistema dominante está exigiendo un cambio en la forma de pensar de los pueblos del mundo, por formas superiores de pensamiento. El hombre debe de concebirse no sólo en su individualidad que es correcto y bueno sino en su colectividad. Decía Aristóteles “El hombre es un ser social”, necesita de sus semejantes para poder desarrollarse, requiere la participación de todos para poder sobrevivir.

¿Por qué debemos unirnos? Por las malas condiciones en la que vivimos, por nuestros intereses de clase, a corto y a largo plazo. La desigualdad y la pobreza que crea el capitalismo hoy se manifiesta de diferentes formas: la falta de empleo, los bajos salarios, la falta de prestaciones laborales, etc., son condiciones comunes de los trabajadores no sólo de una sino de miles de fábricas. La falta de agua potable, drenaje, pavimento, hospitales, escuelas centros culturales, etc., es común no sólo para cada pueblo o colonia, sino para millones de mexicanos. Por tanto, nuestros intereses pueden ser comunes en un nivel local, pero puede ser a nivel nacional. La solución, en consecuencia, no solo es unirnos y cambiar nuestro entorno en un solo pueblo o colonia sino en todo el país. Alguien pudiera decir: “Pero, yo no carezco de ninguno de esos males”. Entonces, debe armarse de la filosofía humanista de Cervantes “que corre el mundo para deshacer agravios y enderezar entuertos”. De hecho, hacen falta muchos caballeros andantes.

En estos días, cuando gobierna el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), que nos ha prometido la Cuarta transformación de México, vemos con nuestros propios ojos que las condiciones de vida no sólo no siguen igual, sino que han empeorado, es necesario
un cambio en el poder político nacional. Para lograr esto, es necesario quitarnos el velo de la filosofía individualista y egoísta; abrazar la filosofía de la unidad, de la fraternidad y de la lucha por un país más justo y equitativo, no como un objetivo utópico o ilusorio sino como
una necesidad urgente y para beneficio de todos. Si no lo hacemos, seguiremos siendo víctimas de los políticos oportunistas, de los estafadores, de la explotación y de la dominación ideológica de la clase en turno.


 

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