Al finalizar la segunda semana del regreso a clases presenciales, llegan noticias de todo el país sobre los contagios que se están registrando al interior de las escuelas, entre docentes y estudiantes, así como entre familiares de éstos. Hasta ahora, la Secretaría de Educación Pública ha reconocido que solo se han presentado casos en 88 centros educativos en todo el territorio nacional, de éstos, sólo han vuelto a cerrar sus puertas para volver a las clases a distancia un total de 35, en el resto, solo se han cerrado parcialmente las aulas en donde se presentaron los enfermos.
El bajo número de contagiados oficialmente contabilizados, no se debe a que no exista sospechas o señales de alarma en la mayoría de planteles educativos, sino a que la responsabilidad de realizarse las pruebas PCR, corren por cuenta de los propios docentes o de los padres de familia, en el caso de los estudiantes, debido a que la SEP nunca tuvo un protocolo de actuación para corroborar o desechar los casos sospechosos en las escuelas, pues realizarse una prueba para covid-19 sale muy caro en los laboratorios particulares, es algo que la inmensa mayoría de las familias humildes no puede costear.
En Veracruz, por ejemplo, la Secretaría de Educación ha reportado solamente 5 casos de contagios en las escuelas: 3 docentes y 2 estudiantes. La cifra es, como desde el inicio del manejo de la pandemia por las autoridades morenistas, parcial y engañosa. Pues como señalo en el párrafo anterior, no existe ningún protocolo de seguimiento para revisar que el resto de personas que acuden a las instituciones en donde se presenten contagios, puedan hacerse una prueba para descartar la infección. Tomando en cuenta el alto grado de contagio de la variante Delta (hasta 3 veces más que la Alfa según la OMS) y la prevalencia de ésta en el estado (92% de los casos activos en Veracruz son de la citada cepa, según la SSA), se puede concluir que el número de contagiados debe ser mucho más.
También existe subregistro en el número de casos contagiados y sospechosos que se da en las escuelas. Según información proporcionada por la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez”, con presencia en alrededor de 60 escuelas de secundaria y bachillerato en la entidad, en los municipios de Xalapa y Veracruz, ya se han presentado 37 contagios en estudiantes y 7 en docentes, en 10 escuelas, principalmente telesecundarias y jardines de niños, además hay decenas de casos sospechosos, o sea personas que presentan todos o alguno de los síntomas de la enfermedad y que está en espera de los resultados de la prueba o no se la ha realizado por falta de recursos. Todos los casos han sido reportados a la SEV, pero, como es evidente, no están tomados en cuenta, por lo tanto se ha dejado la atención de la enfermedad, el gasto y, sobre todo, el peligro que representa en caso de complicación, a la responsabilidad absoluta de las familias de los enfermos.
Lo anterior es solo una pequeña muestra de lo rápido que el covid-19 se está propagando en las escuelas, pero es evidencia elocuente de que la crisis sanitaria que se está gestando será muy grande, a pesar de que las autoridades quieran seguir ocultándolo. Y más aún, sigan minimizando el peligro y negándose a aplicar las dosis de vacuna correspondientes a los maestros y jóvenes en riesgo.
Todos sabemos, que el gobierno federal, el propio presidente López Obrador, dijo que no reforzaría con una nueva dosis de la vacuna Cansino a los maestros que la recibieron hace algunos meses, en el mismo sentido el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, señaló que ésta no era necesaria y que “se trataba de presiones de las farmacéuticas para chantajear al gobierno”. Esto a pesar de que los laboratorios chinos y expertos médicos recomendaran el refuerzo de la vacuna.
Vemos también que, a pesar de que la Cofepris autorizó el uso de la vacuna Pfizer p para los adolescentes mayores a 12 años y de que esto fue celebrado por el propio subsecretario López-Gatell en junio pasado, el Gobierno de Veracruz se niega aplicar la dosis a niños que han ganado amparos para recibirlos y que, además, en su mayoría se encuentran en situaciones de vulnerabilidad. Con argumentos por demás absurdos: el propio Gatell dice ahora que vacunar a los niños con Pfizer, a pesar de haber ganado una orden judicial, le quitaría la oportunidad de recibirla a una persona más vulnerable. Tanta frivolidad con tal de seguirle el juego al presidente y de minimizar el riesgo.
Finalmente, el gobierno federal puede “presumir” que sólo el 0.6% de las escuelas del país han vuelto a cerrar por registrarse contagios en ellas, lo cierto es que la inmensa mayoría no puede hacerlo porque las propias autoridades educativas se los prohíben. Sé de primera mano, que por lo menos en la ciudad de Xalapa, los supervisores de las zonas escolares de educación básica están obligando a los docentes de preescolares y primarias a convencer a los padres de familia a que manden a sus hijos a las escuelas. Les dieron un formato y les están revisando cada dos o tres días cual es el avance en el convencimiento, les piden que llamen a los papás por teléfono, que los visiten en sus casas, que hagan todo lo que esté a su alcance, pero las escuelas deben estar llenas en un plazo bastante corto. La modalidad a distancia ha sido tácitamente prohibida y la promesa a los padres de que sería su decisión libre mandar o no a sus hijos a las aulas, totalmente olvidada.
Lo que se avecina es un recrudecimiento de la pandemia, producto del autoritarismo y arrogancia de un gobierno al que no le preocupa la vida de los ciudadanos. A todos nos toca seguir denunciando y seguir desmintiendo cada una de sus mentiras y cifras maquilladas y adormecedoras. A los padres, maestros y estudiantes los invitamos a no quedarse callados y a seguir denunciando la falta de condiciones en sus escuelas, así como la aparición de brotes de la enfermedad. Debemos visibilizar el desastre que ha provocado la 4T y que poco a poco se irá ahondando, tarde o temprano deberán pagar por sus acciones. Cuando el pueblo se organice y se decida a quitarlos del poder.
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