La pandemia provocada por la covid-19 no sólo ha cobrado la vida de decenas de miles de mexicanos, sino que ha arrinconado en la pobreza a millones más, esto según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que en su último informe estima que debido a la crisis desatada por el nuevo coronavirus, entre 8.9 y 9.8 millones de mexicanos han caído en la pobreza debido a una disminución de sus ingresos; además, el mismo informe estima que las pérdidas que se han generado muestran un retroceso en los avances que se habían logrado en materia de desarrollo social, amenazando así la capacidad de recuperación de los ingresos en los hogares mexicanos.
El Coneval, además, asegura que los programas sociales impulsados por el Gobierno Federal, las que se conocen como transferencias monetarias implementadas dentro de su política social son solo "medidas temporales”; aunque necesarias en momentos de crisis, no son medidas para contrarrestar la pobreza y la desigualdad; claro ejemplo es que no han mitigado los estragos causados por la pandemia en las poblaciones más vulnerables.
En 2018 se estimaba que 61 millones de mexicanos vivían con un ingreso inferior a la línea de la pobreza, por lo que la crisis provocada por la covid-19, esas cifras aumentaron a más de 70 millones de pobres, este incremento en los números de pobreza es el efecto más drástico que se ha tenido en la economía mexicana. Las medidas de contingencias tomadas para hacer frente a la crisis sanitaria, como el cierre de comercios y el de actividades que no son consideradas esenciales, se prevé que las consecuencias negativas implican un riesgo importante en retrocesos de los logros de desarrollo social de las últimas décadas, orientados a mejorar el bienestar de la población y contribuir al cumplimiento de los derechos sociales
El asolamiento en el terreno económico ha sido más profundo en los grupos más vulnerables, como las mujeres, indígenas, personas mayores, niños y adolescentes. El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha puesto como bandera de su Gobierno a los pobres y en este sentido implemento programas de bienestar encaminados a reducir la pobreza de los sectores más vulnerables de nuestro país, pero estos programas de Bienestar no atienden en su totalidad a las personas en pobreza y pobreza extrema, más bien son de carácter analgésico y no representan una solución a largo plazo para reducir la pobreza.
México es el cuarto país con el porcentaje más alto de personas en situación de pobreza, superior al promedio de la región, y el quinto con más aumento de personas en pobreza extrema entre los países latinoamericanos, esto de acuerdo con la Cepal.
En tiempos de pandemia las transferencias monetarias son necesarias, pero como medida temporal; es indispensable impulsar otras medidas enfocadas en la prevención, mitigación y atención de los riesgos que limitan el acceso a los servicios indispensables. Pero, además, México no cuenta con un seguro por desempleo y el Gobierno no ha anunciado acciones dirigidas a aquellos que se han quedado sin trabajo como consecuencia de la pandemia, tan sólo del 13 de marzo al 6 de abril del 2020 se perdieron 346,800 empleos formales, más que los creados en todo 2019, de acuerdo al Instituto Mexicano del Seguro Social.
La falta de políticas públicas reales para atender a toda la población, trae como consecuencia el incremento a la pobreza y la desigualdad de las familias mexicanas que son quienes pagan los platos rotos de la negligencia gubernamental.
Cada vez más cobra mayor relevancia el proyecto del Movimiento Antorchista, el pueblo tiene que organizarse, educarse políticamente y luchar por la toma del poder político para la transformación real de nuestro país, es por eso que los invito a que en estas próximas elecciones reflexionemos nuestro voto, de lo contrario seguirá incrementando cada vez más la pobreza en México.
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