La mayoría de la población sinaloense, sabe que en las principales ciudades del estado, como son Culiacán, Mazatlán, Los Mochis, Guasave y Guamúchil, hay cinturones de miseria que las rodean y que contrastan con las zonas de desarrollo y opulencia muy cercanas a ellas.
Esta situación no tiene más explicación que el desarrollo desigual, producto del modelo capitalista, que crea polos de desarrollo donde concentra las inversiones de capital y por tanto, también la generación de empleos, dejando en el abandono el resto de las regiones del país y/o de los estados. Sumado a esto, como es el caso de Sinaloa, viene a agravar el problema el desplazamiento de miles de familias por la violencia en zonas alejadas del estado, como son los municipios serranos de San Ignacio, Cosalá, Badiraguato, Choix y Sinaloa de Leyva.
En Culiacán existen muchas invasiones, desde las más antiguas, como es el caso de Las Coloradas, que a casi 15 años de su existencia, no cuenta con drenaje sanitario. Asimismo La Bicentenario, La Ampliación 5 de Febrero y hasta las más recientes como la Demetrio Vallejo. Todas ellas ocupadas por gente necesitada de vivienda, salvo excepciones, que como sabemos se dan en estos casos de gente que aprovecha esta situación para acaparar y hacer negocio.
Las invasiones han sido toleradas y aun fomentadas por los gobiernos municipales y estatales en turno, pues así se deshacen de su obligación constitucional, señalada en el Art. 4to. de nuestra Ley Máxima, que obliga a todas las autoridades de diferente nivel, a dar vivienda digna a los mexicanos. El Gobierno de Sinaloa, tiene ya casi una década que no invierte en la creación de reservas territoriales para dotar a familias de bajos ingresos de un solar con servicios, en facilidades de pago.
Los antorchistas, llevamos años denunciando esta situación y exigiendo a la vez, una solución verdadera a esta necesidad de miles de familias.
Así pues, los verdaderos culpables del crecimiento anárquico de las grandes ciudades, no son -como muchos piensan- los invasores, sino las autoridades, que con su falta de responsabilidad social y legal, propician esta situación de marginación y pobreza en que se debaten miles y miles de familias trabajadoras.
Los antorchistas hemos trazado una ruta de lucha en dos sentidos: que se creen las reservas territoriales y que se regularicen los predios ya ocupados de hace varios años. Esta es nuestra exigencia a los gobiernos municipales, al Gobernador del Estado, Lic. Quirino Ordaz Coppel y aún al Congreso del Estado, para que destinen suficientes recursos para cubrir esta gran necesidad.
Recientemente acudimos al Congreso del Estado, donde nos reunimos con la diputada Rosa Inés López Castro, Presidenta de la Comisión de vivienda, le planteamos esta grave problemática y solicitamos su apoyo, y de todos los diputados para que se destinen suficientes recursos a la Comisión de Vivienda del Estado de Sinaloa, para la adquisición de suelo urbano. El presupuesto está a punto de aprobarse, esperamos que todos los diputados asuman esta responsabilidad con los sinaloenses sin techo. Por nuestra parte estaremos atentos para reconocerles su sensibilidad social, o bien para iniciar nuestras movilizaciones que la ley nos otorga como derecho, para ser escuchados y atendidos en esta necesidad apremiante.
A los pobres, a los que formamos parte del pueblo trabajador, no nos queda otro camino para hacernos escuchar, más que la organización y la lucha, lucha que está protegida por los artículos 8 y 9 de nuestra Constitución General de la República. Por último, llamamos a todo el pueblo sinaloense a solidarizarse con esta lucha justa, ya basta de beneficiar a unos cuantos ricos, exijamos una mejor distribución de la riqueza producida por todos los mexicanos.
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