¿En dónde y por qué nace la violencia? Es algo complejo, pero nos lo debemos de preguntar y tratar de contestar razonadamente, explicando y argumentando el porqué del fenómeno; el gobierno federal de la cuarta transformación, dice que con “abrazos, no balazos” el problema disminuirá, la violencia se acabará; está por concluir su mandato y la violencia por más que la subdividan sigue presente, asolando a los más desprotegidos de esta patria, es una realidad inaudita y cruel, muertes de todo tipo en todo momento y eso es lo que se ve, porque también es cierto que hay grandes intereses por ocultar la verdad y no se le dice todo a la sociedad común y corriente y se suma en negativo el actuar de los gobiernos estatales al no poder operar de manera enérgica contra la delincuencia común y organizada, que “amor con amor se paga”, que con “abrazos no balazos” los delincuentes dejarán de ser delincuentes, una gran patraña, un embuste, hasta maquiavélico.
La pobreza en los hogares humildes creció y la podemos caracterizar diciendo que las personas no pueden satisfacer sus necesidades básicas y ven limitadas enormemente sus oportunidades de tener una vida mínimamente aceptable, una condición social y económica donde no les falten los recursos para bien vivir o cuenten con las herramientas para poder adquirirlos, que permitan satisfacer las necesidades materiales y espirituales, no solo mínimas sino suficientes, para un adecuado nivel de vida, tales como la alimentación, la vivienda, la asistencia a la salud, el acceso a servicios básicos como la electricidad, agua potable, ahora la telefonía y por supuesto la educación formal entre otras muchas necesidades.
La forma tradicional de medir la pobreza ha sido observando el número de personas que están por debajo de un umbral de ingreso que les permitiría acceder a ciertos bienes y servicios.
En las últimas tres décadas, y hoy el gobierno de los pobres no se escapa, en México el salario mínimo ha estado muy por debajo del poder adquisitivo real, por debajo del nivel de subsistencia y el sector formal laboral sigue viéndose afectado, y no hablemos del informal, estas son razones suficientes para que ese parámetro sea verdaderamente incrementado para darle condiciones humanitarias y de decencia a la vida diaria de quienes reciben este miserable ingreso.
Aquí nace la violencia intra e infra familiar, ante tanta necesidad y la falta de satisfactores reales en el diario vivir, además atosigados por un mundo irreal a donde son invitados a todo tipo de excesos, como los excesos de las clases poderosas, como es caso de poder pasear o recrearse en grandes yates, en destinos paradisiacos según el comercio nacido del consumismo inaudito para bien de unos cuantos. Así las cosas,
La poca generación de empleos de los últimos años está caracterizada por ser de baja remuneración, no se puede pasar por alto el gran número de personas que trabajan en la informalidad, se ha incrementado, agreguemos a los indocumentados, es un mundo en paralelo, así como las personas inactivas porque mucha gente ya no busca trabajo, fenómeno que se da simplemente por la falta o inexistencia de fuentes de empleos, y este es un mundo de gente con un alto potencial de ser coaptado por la delincuencia organizada, son carne de cañón, al no tener otro tipo de oportunidades reales y un mundo de fantasías, son víctimas del sistema económico neoliberal.
Hoy, al paso del tiempo que todo lo descubre, muestra lo que siempre fue, es y seguirá siendo [AMLO], un miembro más del sistema opresor y corrupto cuyo único mérito es hacerle creer a los pobres que dándoles dinero de forma directa, los va a liberar de las cadenas de la pobreza
El salario mínimo ha tenido una inmovilidad en su poder de compra, se incrementa el salario, sí, pero incrementan todas las mercancías y el sistema neoliberal sigue favoreciendo a los dueños de los medios de producción, pocos ricos, muchos pobres.
Esto es inaceptable porque las condiciones de productividad han venido aumentando en las últimas décadas, y en buena medida se debe al desarrollo tecnológico ya que se produce mucho más en el mismo periodo de tiempo. Persiste la concentración de la riqueza en los dueños de los medios de producción, sin que el gobierno “por el bien de todos, primero los pobres” de AMLO y nadie haga nada para remediar este hecho inhumano, inmoral y como se le quiera ver, pero un mal en concreto, ya que el modelo económico neoliberal sigue generando pocos ricos y muchos pobres.
El sector formal está teniendo ingresos cada vez menores, condiciones y jornadas de trabajo cada vez más complejas, prácticamente todo el empleo que se está generando en México es menor a los tres salarios mínimos. Si el salario mínimo no se puede aumentar, estamos diciendo que la ley no se puede cumplir, no podemos entender como Poder Legislativo no actúe y ver que el Estado es incapaz de hacer cumplir la ley. Datos de especialistas en la materia nos dicen que “la tasa de pobreza laboral representa al grueso de trabajadores cuyos salarios o sueldos son insuficientes para adquirir la canasta de alimentos mínima”.
Estamos prácticamente al final sexenio del triunfo no tan esperado de “el líder de los pobres”, el salvador de los desvalidos, el que tenía en primer lugar a los pobres, pero solo en su pensamiento. Hoy, al paso del tiempo que todo lo descubre, muestra lo que siempre fue, es y seguirá siendo, un miembro más del sistema opresor y corrupto cuyo único mérito es hacerle creer a los pobres que dándoles dinero de forma directa, los va a liberar de las cadenas de la pobreza.
El presidente de “la cuarta transformación” muestra su verdadero rostro, la forma en que pretende combatir la pobreza delata como ve a “los pobres”, como algo que puede ayudar con limosnas entregando dinero de forma directa, dinero que no produce riqueza, y vuelve a las arcas de los poderosos, sólo para estar bien con los ricos y su conciencia.
Como jefe del ejecutivo nunca se ha preocupado verdaderamente por acabar con la pobreza, solo aprovecha su discurso para confundir a los pobres mexicanos, hacerse del poder y continuar con sus ideas y sus acciones represoras para acabar con la corrupción, como el único mal para sacar adelante al país, en lugar de buscar y generar más empleos, que sean bien remunerados, aplicar una reforma fiscal progresiva, y con ello atender directamente a los necesitados, como es, o debiera ser su obligación.
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