MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Pese a Ley Bonilla, el pueblo de BC exige un plan de gobierno serio

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Mucho se ha debatido ya la propuesta de ampliar el mandato del próximo gobernador en Baja California que encabezará el ing. Jaime Bonilla Valdez; el debate que ha trascendido las barreras de la política estatal fue retomado por miembros del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), partido por el que ganó Bonilla y por miembros de diferentes funcionarios de la política nacional. La controversia ha dejado en claro las distintas corrientes que existen al interior de este partido, además de las eventuales acciones de inconstitucionalidad que vendrán en el futuro.

La próxima administración se ha tomado la molestia de argumentar que es poco el tiempo que se tendría para así poder realizar verdaderos cambios en el estado. De esta manera, con 21 votos a favor fueron suficientes para que el Congreso local avalara la reforma al Octavo Transitorio Constitucional, solicitada por el diputado local de Morena, Víctor Morán, bajo el argumento de que un periodo de 2 años representaría "un gasto sustancial para el erario" mientras que un mandato de 5 años beneficiará a la economía local.

Entre debates y controversia en el aval y posterior ejecución de esta nueva ley, se han olvidado de lo verdaderamente importante para el estado, una agenda de gobierno que se vaya a aplicar durante el transcurso de la nueva administración, políticas encaminadas al mejoramiento de la calidad de vida de los bajacalifornianos que día a día sufren el olvido de sus gobernantes en turno, mismos que han entrado y salido en pasarela como opciones en busca de poder, aunque sus medidas no se hayan traducido en beneficio de las mayorías.

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En contraste, estas políticas han estado siempre presentes en la lucha cotidiana que viene impulsando desde hace 45 años el Movimiento Antorchista, organización que desde su nacimiento ha visto en la organización del pueblo mexicano, una fuerza mediante el cual se puede defender y exigir, ante los gobiernos de los tres niveles, las soluciones a múltiples problemáticas derivadas de la pobreza y la marginación; en cada uno de los pueblos y colonias que tiene presencia, ha defendido una mejor calidad de vida en todos los sentidos, en materia de salud, vivienda, servicios públicos, educación, arte y cultura, manifestándose por un cambio de estructura económica, para realmente generar condiciones de mayor equidad social.

Cuatro son los ejes que propone el Movimiento Antorchista, ejes que abarcan en su totalidad los diferentes ángulos para el mejoramiento de la sociedad mexicana; primero, empleos para todos. En la disyuntiva de que la tasa de desempleo en México durante el primer trimestre de 2019 alcanzó los 1.9 millones de personas, es decir el 3.5%, lo que representa un incremento del 0.2% más que en el mismo periodo del año anterior y un 0.1% más que en el último trimestre de 2018, según cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI). Es decir, las cifras se han movido siempre, puntos porcentuales arriba o abajo, pero la constancia en bajos niveles ahí sigue.

El segundo eje que se ha propuesto y que los gobiernos demagógicamente han debatido y alegado en muchas ocasiones, sin lograr mejorías reales en la única fuente de ingresos de los mexicanos, son los buenos salarios. A decir de la nueva administración del gobierno federal, el salario mínimo para 2019 en la zona libre de la frontera norte sería de 176,72 pesos mexicanos (8,78 dólares) diarios. Para el resto del país, el salario mínimo general será de 102,68 pesos (5,1 dólares), cantidades que siguen siendo insuficientes para el gasto diario de una familia promedio que debe cubrir transporte, alimentación, salud, educación y una serie de gastos que no le permiten a los bolsillos salir ilesos, impactando negativamente en la de por su raquítica capacidad adquisitiva de millones de trabajadores mexicanos.

Una política fiscal equitativa, es decir, que pague más quien gana más, propuesta que se escuchó entre dientes cuando era candidato el ahora presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, ahora está ocurriendo todo lo contrario, pues las grandes empresas siguen aportando la misma cantidad al erario. No hay forma de engañarse, hoy somos los mexicanos más pobres y de estratos medios quienes seguimos pagando con nuestros impuestos el gasto que requiere el gobierno. Mientras no se pase de los discursos anticorrupción y se fijen impuestos mayores a los que más ganan, seguiremos avanzado al ritmo de los últimos 50 años.

En ese tenor, cuando el Movimiento Antorchista plantea una vida justa para los mexicanos, nos referimos a la reorientación del gasto público, ejercer el erario en obras y servicios para el pueblo pobre y trabajador, creando hospitales, escuelas, centros recreativos, servicios como agua potable, luz, drenaje, pavimentaciones, vivienda popular y una serie de acciones que hasta la fecha no se han visto.

Hoy, los que exigimos este cambio somos más de 2 millones de mexicanos, pues hemos visto durante 45 años que solamente de manera organizada el pueblo es escuchado. Hay constancia de que mediante esta fuerza popular es cómo lograremos el cambio social planteado, no para el bien de un grupo, sino de todo el pueblo mexicano. Esperamos que estos cuatro puntos sean incorporados en alguna medida en la administración del mandatario Jaime Bonilla Valdez, ahí estará el pueblo organizado en las filas del antorchismo que lo exigirá desde el primer día que asuma funciones. Las enormes carencias sociales y la pobreza galopante de este rincón de la patria mexicana, ya no pueden continuar solo con discursos.

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