Como un proceso natural dentro de una sociedad, las noticias cambian a cada segundo y el brote de cada una tiene su tiempo de auge y de circulación, al mismo tiempo unas sumergen a otras en todo ese mar de información, lo que trae como consecuencia que muchas de ellas, a veces las más importantes para el conocimiento y bienestar de la sociedad se pierdan. Eso ha provocado que muchas veces se diga que los mexicanos no tenemos memoria y que olvidamos fácilmente, algo con lo que personalmente no estoy de acuerdo, pero tomaremos como base esa premisa para hablar de lo que nos atañe ahora.

De todos los recortes que ha promovido el presidente Andrés Manuel López Obrador, mucho se ha hablado y todos las conocemos, pues afectan a diferentes sectores que al final terminan siendo toda la población. Se quitaron los apoyos al campo, las guarderías para los hijos de madres solteras, los comedores comunitarios, el FONDEN, el Ramo 23 del que dependían la construcción de obras y la introducción de servicios básicos, entre otros.

Es en esta coyuntura que hay que recordar que el 18 de noviembre del 2018, se volvió medianamente viral, la respuesta de Beatriz Gutiérrez Müller al subir un mensaje a la plataforma de Twitter donde decía: “Con Los Niños No”, esto como respuesta a una de las notas publicada por El Universal donde se hablaba del menor de sus hijos; esta respuesta prácticamente causó indignación dentro de nuestra sociedad, pues también por el mismo lapso de tiempo se comenzaban a dar a conocer los recortes al sector de los niños que padecen cáncer.

Las protestas hasta ahora por la falta de medicamentos para este sector, no han parado; los padres de estos niños han seguido, desde el 2018, apareciendo en cuantos lugares les sean posibles, cerrando el aeropuerto, acudiendo a los lugares en los que se presenta el presidente, haciendo pancartas, levantando lonas, y todo, con el fin último de que sus voces sean escuchadas y se garantice la vida de sus hijos, que pelean, como pueden, para salir adelante y sobrevivir un día más.

Y así como por un lado se recortaban los presupuestos y se cortaba, aunque sea difícil de escribir y quizá mucho más de leer, la vida de miles de niños, por otro lado se incrementaba el presupuesto para los apoyos clientelares con los que se reparte el dinero a conveniencia de los que se ostentan en el poder, recurso mismo con el pretende seguir siendo el títere de aquellos que en las sombras, manejan los hilos de la política mexicana.

Desde hace muchos años y más en los últimos dos desde que inició la pandemia, la mortandad entre los menores ha ido a la alza;  un informe publicado por la Universidad de Anáhuac reportó que la primera causa de muerte de niños entre 5 y 14 años es precisamente el cáncer, cobrando la vida de más de 2 mil niños anualmente. El Sol de México informó que más de mil menores han muerto por Covid-19. Y quizá si tan solo habláramos de estos números, de la muerte de nuestros niños, muchos podrían mencionar con la frialdad que la sociedad nos ha impuesto, que “son cosas que pasan”, “que la muerte es parte de la vida”, pero esto va mucho más allá.

No se trata solamente de las vidas perdidas, se trata sobre todo, de las pésimas condiciones y la falta de atención que el gobierno de López Obrador brinda a este sector. La directora de Protección a la Infancia del DIF Nacional, Ana Patricia Elías, informó que alrededor de 94 mil 795 niños se encuentran en situación de calle.

Pero, ¿por qué se habla poco de este sector? ¿Por qué se pierde la voz de los niños y la de sus padres mismos? Si tomamos como referencia la línea política de quien nos “gobierna” y analizamos de cerca cuál ha sido su manera de hacerlo, sobre quién se ha apoyado, a quién ha golpeado, a quién ha defendido, y sobre todo, a quién ha “beneficiado” (por no decir comprado) nos daremos cuenta que siguen en pie sus políticas clientelares.

Los menores de edad no votan, los menores no critican, no se defienden y muchas veces, quizás la mayoría de ellas, no conocen, por su misma edad cómo se conforma y funciona la sociedad que nos rodea, no puede hacer un análisis profundo; el niño juega y ríe cuando puede, a él le preocupan otras cosas, y es precisamente por eso que a este gobierno de cuarta, perdón, a la Cuarta Transformación poco o nada le interesa resolver esas problemáticas.

“Son nuestro presente y nuestro futuro”, repiten y repiten, pero con sus acciones, con la forma de dirigir los apoyos y mal encaminar a México, queda más que evidente que lo único que al gobierno le interesa es garantizar su permanencia en el poder, aún a costa de la vida de los menores y las condiciones tan deplorables en las que el gobierno los tiene sumergidos: pobreza, desnutrición, desplazamiento y separación de los miembros de la familia, abandono escolar, depresión, violencia y olvido, es el día a día de nuestros niños. Urge alzar la voz otra vez; urge que el pueblo, los padres, vean que esta forma de gobernar se basa en ignorar la vida de miles de mexicanos. Los niños crecerán y se convertirán en ciudadados con derecho a elegir y a analizar que lo sucede en el país; la historia siempre certera no olvidará y nuestros niños tampoco lo harán. Que conste.