Este año el Movimiento Antorchista celebra 50 años de nacimiento, cinco décadas en las que la tarea principal la ha centrado en la educación de las masas populares, de los colonos, amas de casa, estudiantes, campesinos, y todo aquel que no es poseedor de la riqueza, que vive de su esfuerzo y de su trabajo.
En esta lucha diaria por despertar la conciencia de los mexicanos, de enseñarles el camino de luces, como puede leerse en uno de los versos del bello y educativo poema “Inquietud”, de autor anónimo, nos hemos dado cuenta que el arte juega un papel fundamental en el proceso de transformación que queremos lograr en el individuo, para convertirlo en uno más preparado, culto, inteligente y renovado en toda la extensión de la palabra, al que se trata de inyectarle la preocupación y se ocupe en poner todo de sí para lograr un cambio profundo en el país, no cosmético, sino un cambio trascendental que favorezca a las clases más desprotegidas. Es por ello que, durante todos estos años, Antorcha con una profunda convicción, ha logrado transmitir esta visión a todos aquellos que son parte de esta organización social, y se ha venido abriendo camino para poder obtener resultados en la ardua tarea que se ha echado a cuestas. Se necesita verdadera convicción de ideas y una visión clara y firme para lograr las proezas que Antorcha ha logrado en varios terrenos, muy particularmente en el arte, y esta resultante se deriva particularmente del estudio profundo de la sociedad para saber cómo está constituida y cuales son los elementos que ayudan o afectan su desarrollo y por ende del individuo.
Antorcha sabe de la necesidad de que los mexicanos desde su tierna edad tengan un acercamiento con las bellas artes, para que a través de su práctica continua logren amar a estas bellas expresiones humanas. La tarea se dice fácil pero nos ha llevado cinco décadas de lucha constante para materializar nuestros ideales e ir forjado las condiciones para que esta tarea, de llevar arte a todos los sectores de la sociedad mexicana, se cumpla, pues hemos tenido que lidiar con factores externos a nuestros objetivos de ir abonando en la construcción de mexicanos más conscientes y preparados, por ejemplo: México es un país en el que el arte se encuentra elitizado, es decir, no se difunde ni fomenta su práctica entre los sectores más vulnerables, porque me atrevo a decir que el arte en México es disfrutado sólo por un sector muy reducido que cuenta con los recursos suficientes para pagarlo, que no es el grueso de la población mexicana, la de a pie, o la que vive tronándose los dedos para asegurar el alimento diario de su familia. Aunado a la poca importancia que el gobierno en turno le da al fomento a la cultura. En su nota del 16 de noviembre de 2024, proceso.com informó que “con la entrega del Paquete Económico 2025 a la Cámara de Diputados los números descendieron drásticamente para el ramo 48 de Cultura: se prevén 12 mil 081 millones 496 mil pesos para ejercer el próximo año; de aprobarse así, sería 30% menos respecto a 2024, y el presupuesto más bajo desde la creación de la Secretaría de Cultura”. Ésta es la triste realidad. Mientras tanto, a pesar de todos estos problemas y de estar remando contramarea Antorcha, haciendo esfuerzos sobrehumanos, a lo largo y ancho de nuestro país alumbra la conciencia de las masas trabajadoras con arte, y con una visión clara de que un mundo nuevo, de que un país más justo, es posible y necesario, y de que vale la pena luchar para alcanzarlo. Todo este esfuerzo quedará materializado una vez más en el XXXIII Encuentro Nacional de Teatro, que se llevará a cabo los días 22, 23 y 24 de noviembre, en el majestuoso Teatro de la Paz, en San Luis Potosí, que retumbará con la presencia de decenas de artistas que acudirán de toda la república con fabulosas obras que se presentarán en dos categorías: amateur y semiprofesional.
En esta jornada cultural la Ciudad de México presentará la puesta en escena “Aquí no paga nadie”, del reconocido dramaturgo italiano Darío Fo, obra que será representada por el grupo de teatro “Moliere”, integrando por colonos, habitantes del predio Buena Suerte, en Tláhuac, en su mayoría comerciantes informales, obreros, ama de casa y estudiantes, que para lograr montar esta obra necesitaron imprimir mucho esfuerzo, al tener que ensayar durante meses, todas las noches, después de terminar su jornada laboral, por eso reconocemos en nuestros compañeros colonos su doble esfuerzo.
¿Por qué para Antorcha es fundamental que el pueblo practique teatro? Nada como el teatro para poder reflejar la corrupción, el abuso de poder, prostitución, miseria, en fin, todos los problemas existentes que vuelven la vida de los hombres muy miserable; pues el verdadero teatro aborda desde muchos ángulos la problemática del hombre. El verdadero teatro educa y hace mejores a los hombres y mujeres; los hace más sensibles, más humanos y solidarios y los hace respetuosos de la vida y de la humanidad. El teatro antorchista quiere que los mexicanos analicen el sistema de cosas existente, para que nazca en ellos la idea de que este mundo es injusto y es urgente y necesario contribuir en su cambio. Tenemos plena certeza que tanto el arte como la cultura transforman al individuo y lo vuelven más inteligente, más apto y más sensible, capaz de observar las injusticias que se cometen con los más pobres de nuestra patria. Por lo pronto este XXIII Encuentro Nacional de Teatro viene a abonar este terreno fértil para que los mexicanos adquieran cultura y arte. Muchas felicidades a todos los participantes, no dudo en que harán un buen papel y pondrán en alto el nombre de nuestra querida organización, el Movimiento Antorchista de la CDMX.
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