MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Pandemia remarcó la brecha de desigualdad entre pobres y ricos

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No hay duda alguna que la pandemia contribuyó a incrementar las desigualdades sociales y vitales entre ricos y pobres, es un fenómeno que se aprecia en todo el mundo, pero especialmente en los países, como México, donde la riqueza es acaparada por unas cuantas manos mientras que millones luchan por salir de la pobreza y la pobreza extrema, una realidad palpable pero que la “Cuarta Transformación” hacen como que no existe.

Este fenómeno ha sido calificado como “variante millonaria”, resultado de la prolongación por más de dos años de las mutaciones que ha tenido el virus SARS-CoV-2 y que cada vez agravan la situación económica de los países, pues hay menos mano de obra contratada, no hay empleos, micros, pequeñas y medianas empresas cerradas, que hunden en la miseria a millones de familias.

Hay datos, que “espantan”, sobre la desigualdad social, y que dejan clara referencia de la injusta repartición de la riqueza. Según datos de la organización Oxfam, el 99 por ciento de la población humana se empobreció durante la pandemia de Covid-19, pero en contra parte la fortuna de los diez multimillonarios más ricos del planeta se duplicó; pero además cada 26 horas emergió un nuevo millonario, producto de los obscenos “modelos económicos” desiguales y violentos que “fragmentan nuestras sociedades y sesgan vidas”, documenta la organización.

“Se trata –enfatiza–, del mayor incremento anual de la riqueza de los mil millonarios desde que se tienen registros, y está sucediendo en todos los continentes del planeta”.

“Este incremento es el resultado del aumento desorbitado de los precios de los mercados de valores, el apogeo de las entidades no reguladas, el auge del poder monopolístico y la privatización, junto a la erosión de las normativas, los tipos impositivos a las personas físicas y las empresas y los derechos laborales y los salarios; todo ello propiciado por la instrumentalización del racismo”, precisa.

Es del conocimiento público que las medidas adoptadas en México ante la pandemia SARS-CoV-2 fueron a destiempo e imprecisas, se desinformó a la sociedad sobre el verdadero riesgo e impacto en la salud pública que tendría la enfermedad, que ha mutado y virilizado con más fuerza, al grado que incluso el presidente Andrés Manuel López Obrador, “bromeó” sobre sus efectos e invitó a sus gobernados a no alarmarse, a salir, pasear, a repartir abrazos y besos… Hoy la cifra de muertos en nuestro país supera los 301 mil 469, en tanto que la cifra de contagiados es superior a los cuatro millones 380 mil personas, y la cifra se está disparando por la llegada de la variante Ómicron.

La organización afirma que ante esta realidad, los pobres tienen hasta cinco veces más probabilidades de morir a consecuencia de Covid-19 que las más ricas, y es de tomar en cuenta las absurdas decisiones de nuestras autoridades que en lugar de fortalecer las medidas de control que son su facultad, hacen llamado criminales a la movilidad social e incluso están exhortando a los padres de familia a enviar a sus hijos a la escuela “por salud psicológica”.

Es la desigualdad social, más ricos –unos cuantos– y más pobres, -millones–, producto de nuestro modelo económico cobijados por los malos gobiernos que hemos tenido, de los que gobernaron muchísimos años, de los que estuvieron como alternancia por primera vez o los que se dicen ser la Cuarta Transformación.

Sí es producto del modelo económico, pues tenemos la oportunidad de reformarlos para que se basen en la igualdad. “Podemos abordar la riqueza extrema aplicando una fiscalidad progresiva, invirtiendo en medidas públicas de eficacia demostrada para eliminar las desigualdades, y transformando las dinámicas de poder dentro de la economía y la sociedad”, expone Oxfam.

Pero si es consecuencia de malos gobiernos, que privilegian los amarres políticos y económicos para garantizar su continuidad en el poder, obtener privilegios y hacerse millonarios de la noche a la mañana, o de trienio en trienio o sexenalmente, pues a muy poco se puede aspirar, pues la voluntad de cambio de nada sirve, como lo tampoco cuando llega al poder alguien que se considera el mesías, el salvador, el ungido, pero cuyas decisiones en lugar de salvar vidas, las condena, como ocurrió con la mala política de salud pública que se siguió con la pandemia del sars-cov2.

Según Oxfam, la humanidad se encuentra en una encrucijada que determinará su futuro. O continúa en una “economía violenta en la que la riqueza de los millonarios no deje de crecer, en la que millones de personas pierdan la vida innecesariamente y otros miles de millones se empobrezcan a causa de las desigualdades o da un golpe de timón hacia “una economía centrada en la igualdad, en la que nadie viva en la pobreza, ni tampoco en una riqueza millonaria inimaginable; en la que las desigualdades dejen de matar; en la que haya libertad para vivir sin miseria”.

Privilegiemos la vida, luchemos por un entorno de bienestar social, digamos no a esos modelos económicos, sistemas de gobierno y figuras políticas que toda la vida han lucrado con las necesidades de la gente, a la que ofrecen las perlas de la virgen pero que a la hora de ascender al poder padecen miseria.

El pueblo ya ha experimentado tres años de lo malo que gobierna la 4T; ha llegado el momento para que le ponga un alto a esos falsos mesías que cada trienio o sexenio nos empalagan y embriagan con sus falsas promesas, los pobres ya no pueden seguir padeciendo más por las malas políticas trasnochadas que los siguen hundiendo más en la pobreza. Esa es la realidad. 

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