La forma en que el gobierno ha enfrentado la pandemia es un desastre de terribles consecuencias.Y nos es cualquier cosa, pues decenas de miles de personas que pudieron salvar la vida si el Gobierno de Morena hubiera aplicado medidas correctas, con verdadero rigor científico y con verdadero humanismo; medidas que dieron buenos resultados en otros países y que han recomendado los organismos de la salud internacional como la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Una apreciación cuantitativa nos puede dar luz sobre ese estremecedor fracaso sanitario que está diezmando a los mexicanos más pobres.Veamos algunos números comparativos.La población mundial total es de poco más de 7,700 millones de habitantes en el globo terráqueo.México con sus 130 millones de habitantes representa aproximadamente el 1.7 por ciento de la población mundial.Ahora, veamos el número de muertos por covid-19 a nivel global y el porcentaje que representan los fallecidos en México en relación con el total de muertos por la pandemia.Pues resulta que el total de muertos en el mundo por el nuevo coronavirus es de 1 millón 200 mil personas; México lleva 93 mil fallecidos, lo que representa casi el 8 por ciento de los fallecidos del mundo.Japón tiene prácticamente la misma cantidad de habitantes que México (130 millones), pero el número de fallecidos por coronavirus no sobrepasa las 1800 personas, por lo que apenas representa el 0.15 por ciento de muertos. China, el "gigante asiático", con más de mil 400 millones de habitantes (que representan el 18 por ciento, aproximadamente, de la población mundial), apenas ha tenido poco menos de 5 mil muertos por covid-19, lo que representa apenas el 0.4 por ciento de los fallecidos a nivel global.¿Por qué esa enorme diferencia en el número de fallecidos? Los personeros de la 4T han insistido que la culpa es de "la mala alimentación de los mexicanos, herencia del neoliberalismo" y del "valemadrismo" de los mexicanos (refiriéndose a la poca importancia que le da la población al peligro de los contagios y de sus consecuencias).Ambas explicaciones son evidentemente falsas y sólo pretenden ocultar el gigantesco fracaso del gobierno federal encabezado por López Obrador.Los catastróficos resultados en la contención de la pandemia se deben a la ineptitud del gobierno "morenista", actualmente en el poder, se deben a su incapacidad de escuchar a los expertos y a su desprecio por la ciencia y su desdén por las experiencias exitosas de otros países que deben ser replicadas en México.
La pesada carga que representa el rotundo fracaso para cuidar la salud de los mexicanos, con una crisis económica que ha dejado, cuando menos, nueve millones de nuevos desempleados, lo cual ha incrementado el crecimiento del hambre, las enfermedades, la delincuencia, etc., ahora ha evidenciado que las malas decisiones del gobierno de Morena están golpeando también a la clase media y la clase empresarial con el cierre de miles de pequeñas y medianas empresas o negocios por falta de apoyo del gobierno ante las repercusiones de la pandemia (y un golpe muy duro a decenas de miles de estudiantes e investigadores que ven esfumarse la posibilidad de elevar su preparación científica, tecnológica, artística o cultural, con la cancelación de los fideicomisos que servían para sostener y apoyar los estudios e investigaciones de los distintos ámbitos del saber y la cultura es el mejor ejemplo del daño que está infligiendo al país Morena).
La necesidad de concentrar recursos con los recortes presupuestales a los estados y municipios, con la cancelación de los fideicomisos, etc., por parte de López Obrador se explica porque el presidente de la República está instrumentando una "estrategia" no para resolver los gravísimos problemas que azotan al país, sino porque quiere triunfar electoralmente el año 2021, utilizando esos ingentes recursos para ganar el mayor número de diputaciones federales; para ganar el mayor número de gubernaturas y presidencias municipales.Esa "estrategia" se ha complementado con otra maniobra política que le ha dado, hasta el momento, buenos resultados.Veamos.No es simple capricho o tozudez el descalificar, denigrar, ofender a sus contrincantes u opositores, sean miembros de partidos políticos, periodistas, intelectuales, miembros de organizaciones sociales, etc.; es el instrumentar la polarización social en el país.Para sus fines propagandísticos y políticos es necesario hacer escarnio de los "enemigos del pueblo bueno y sabio" para mantener a sus seguidores "en pie de guerra".Se instrumenta una polarización social sobre bases ficticias (para López Obrador no se trata de darle una conciencia de clase a sus seguidores, se trata de manipularlos para que odien a los "conservadores", a los "corruptos", a los "fifís", es decir, que abominen a todos los que no apoyan a López Obrador, al morenismo y la Cuarta Transformación).ésta forma de "convencer" y "educar" al pueblo no es nueva, es muy vieja y ha sido utilizada por gobiernos de derecha, incluidos los fascistas alemanes e italianos y de otras latitudes para mantener "unidos" a "los que quieren un cambio"; los nazis, por ejemplo "polarizaron" al pueblo alemán con su racismo extremo, con sus teorías de la "raza aria", "de la superioridad de los pueblos de origen germánico".Y en la Alemania nazi, los "enemigos del orden" y de "la pureza de principios éticos e ideológicos", los "propagadores del caos la degeneración física e intelectual" fueron los judíos, los gitanos, los eslavos, etc.Ahora mismo, en EE.UU., Donald Trump ha utilizado el "supremacismo anglosajón" para polarizar a su país.
Pero la polarización artificial impulsada por López Obrador en México al igual que en los países que se ha instrumentado- no educa a las masas explotadas y marginadas por el orden capitalista, pues no le indica a esas masas cuál es la verdadera causa de su situación de miseria, de carencia de salud, de educación de calidad, de cultura, etc., por tanto, no promueve la organización clasista del pueblo trabajador, ni le muestra las formas de lucha correctas y eficaces a las grandes masas para lograr su liberación de la pobreza, de la desigualdad abismal y la opresión.Por esta razón no resulta extraño que el líder del morenismo odie a las organizaciones sociales, pues ve en ellas un peligro para sus objetivos políticos y sus métodos de manipulación ideológica-política.
La verdadera polarización que oculta el presidente de la República y el morenismo es la del crecimiento de la miseria en el pueblo trabajador, el aumento del desempleo, de la insalubridad, es lo de la gravedad del número de fallecimientos por la covid-19.Esa polarización es la que el gobierno de Morena ha logrado esconder a través de su poderoso aparato de control mediático.
Ahora que hay más desempleo, más miseria y hay más ruina en miles de negocios y hay miles de estudiantes e investigadores se quedan en la orfandad presupuestal por la cancelación de los fideicomisos (lo mismo los artistas que ahora pierden el apoyo con la criminal medida), ahora que los gobiernos estatales y municipales están siendo despojados de su presupuesto, al que tienen derecho y con el cual pueden atender las necesidades de sus gobernados, etc., todos los afectados por las nefandas políticas de Morena, debemos unificarnos en un torrente contestatario que en las elecciones del 2021, impida que se sigan destruyendo los derechos de los mexicanos.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario