MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Pacientes buscan medicamentos en mercado negro por desabasto provocado por la 4T

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El pueblo de México, en ninguna circunstancia debe olvidar que, en sexenios anteriores, nuestro país ya enfrentaba serios retos en materia de salud pública, pero el presidente Andrés Manuel López Obrador, tan pronto llegó al gobierno, decidió eliminar el Seguro Popular, lo que implicó dejar sin seguridad social a casi 16 millones de personas para sustituirlo con el fracasado Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi).

Asimismo, desde el inicio de su gobierno, ordenó la cancelación de los contratos para el suministro de medicamentos para el sector salud por parte de empresas privadas, lo que provocó desabasto tanto en el sector público como el privado, un problema que día con día se agrava, incluso cobrando vidas en todo el país, sobre todo de personas de escasos recursos. El problema fue más evidente en niños con cáncer, caso que provocó denuncias y protestas públicas en su momento.

El Colectivo Cero Desabasto documenta que las familias y los médicos tratantes de cáncer infantil saben que con un tratamiento seguido al pie de la letra, aplicando los medicamentos específicos para cada tipo de cáncer y de manera ininterrumpida, la posibilidad de supervivencia de los menores de 18 años es del 56 por ciento en México, según datos del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia (Censia) de la Secretaría de Salud. Como se ve, el porcentaje de supervivencia ya era bajo, pues en países desarrollados es del 80 por ciento, pero la actual situación de desabasto ha complicado el panorama.

Todos sabemos que López Obrador, no solo niega el problema, sino no deja de prometer. En una de sus giras por un municipio de Oaxaca, para ganarse los aplausos de un centenar de asistentes a la inauguración del Hospital Materno Infantil, prometió un sistema de salud mejor que el de Dinamarca. "Va a ser como el de Dinamarca, ya lo pensé mejor, va a ser mejor que el de Dinamarca", afirmó.

Pero, mientras el presidente presume que este año en México habrá un sistema de salud de primera, mejor que el de Dinamarca; en los sectores público y privado sigue agravándose el desabasto de medicamentos provocado por la 4T; y los tapatíos con algún padecimiento se ven obligados a surtir sus recetas en puntos de venta ilegales, cuyos productos obviamente resultan peligrosos.

Muchas personas se ven orilladas a correr el riesgo, quienes en el mejor de los casos no les va a hacer efecto, pero en el peor podrían darles una cosa por otra, y pueden estar consumiendo un medicamento que no es el que se les indicó y eso tiene implicaciones gravísimas para la salud.

En días recientes, algunos medios de mayor circulación en Jalisco dieron a conocer que algunos psicofármacos que no están a la venta en farmacias establecidas y que tampoco están disponibles en instituciones de salud pública y privada, se ofertan en puntos de venta ilegal como El Santuario y a un costado del Hospital Civil Fray Antonio Alcalde, entre las calles Hospital y Coronel Calderón, en Guadalajara.

Medicamentos como alprazolam, clonazepam, metilfenidato y carbonato de litio están a la venta de forma clandestina. Su costo oscila entre los 200 y los 900 pesos por caja con 30 tabletas, y su venta se realiza en plena vía pública, aunque se trate de una acción prohibida de acuerdo con la Ley General de Salud.

El buscar medicamentos en la ilegalidad por el desbasto provocado por la 4T, tiene implicaciones graves. Académicos de la Universidad de Guadalajara hacen ver que la falta de medicamentos puede empeorar casos de depresión y ansiedad, incluso pueden presentarse episodios de agresividad.

Muchas opiniones coinciden en que el colapso del sistema de salud de la 4T se debe a decisiones equivocadas del presidente López obrador, pero en realidad se trata de una estrategia bien diseñada del actual grupo político. Su interés no está en garantizar la salud ni el progreso de la población, sino tener los suficientes recursos para ofrecer apoyos clientelares a su base electoral para perpetuarse en poder al precio que sea.

Los mexicanos están pagando con su salud y las vidas de sus seres queridos, la ambición de poder y dinero de la 4T y Morena. La organización México Evalúa señala, si bien el Seguro Popular no alcanzó la perfección en sus 14 años de existencia, por lo menos tenía bases sólidas y en todos los rubros proporcionó mejores resultados que el Insabi, por ejemplo: más de 40 millones de consultas externas se dejaron de realizar en un año. Los niños con cáncer infantil, atendidos por el Seguro Popular, sumaron 1,721, mientras que del Insabi sólo fueron 368 y, por desgracia, 3,000 niñas y niños murieron por no tener medicamento contra el cáncer. Desde septiembre de 2022, se ha reportado un millón 474 mil 206 decesos por falta de medicamentos.

Según expertos en salud pública, retrocedimos cuatro años en la esperanza de vida con la desaparición del Seguro Popular.  Acaba de fracasar el Insabi y ahora se trasladarán sus funciones al IMSS-Bienestar y volverá a fracasar, porque las mismas fallas y vicios se están trasladando. Se avecina ante una verdadera catástrofe para la salud de los mexicanos. Solo el pueblo organizado y educado puede evitarlo. Nadie más.

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