Este viernes 4 de febrero, se llevó a cabo la primera confrontación de esta dimensión entre el gobierno de la 4T en Guerrero y la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, con un saldo de 21 agentes policiacos lesionados -de la Policía del estado y de la Guardia Nacional (GN)-, cinco normalistas heridos y cinco detenidos que más tarde fueron liberados tras la intervención de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

La trifulca inició poco después de las 12 de la mañana cuando más de 500 elementos de la Guardia Nacional y de la Policía del estado evitaron que los estudiantes entregaran volantes informativos sobre su movimiento, en exigencia de la presentación con vida de sus 43 compañeros desaparecidos en Iguala en septiembre del 2014 y la toma de la caseta de cobro de Palo Blanco, de la Autopista del Sol, a la altura del kilómetro 20.

Durante casi una hora, los normalistas lanzaron petardos y piedras mientras los policías, con equipo antimotín y escudos, disparaban pistolas de gas lacrimógeno en su intento de amedrentar y dispersar a los manifestantes; en el intercambio de petardos, piedras y gases lacrimógenos, resultaron lesionados 21 elementos policiacos y cinco normalistas.

Tras este encuentro, los normalistas detuvieron un tráiler de una empresa, bajaron al conductor y dejaron que el vehículo se desplazara a alta velocidad unos 400 metros, ante los gritos desesperados de reporteros que se percataron del hecho. El tráiler se estrelló en una caseta de venta de dulces, incidente que dejó únicamente daños materiales.

Hasta las 14 horas, los elementos de la Guardia Nacional y Policía del estado mantenían cerrada la caseta y por tanto, el paso vehicular en ese punto mientras los normalistas corrían a sus autobuses para resguardarse en las instalaciones de su plantel, ubicado en el municipio de Tixtla de Guerrero.

Los lamentables hechos ocurrieron sólo un día después de que la gobernadora de Morena, Evelyn Cecia Salgado Pineda anunciara el operativo para resguardar las casetas de peaje de la Autopista del Sol.

Entre otras exigencias, los normalistas exigen mejoras para su escuela rural, aunque el punto medular sigue siendo la presentación con vida de sus 43 compañeros desaparecidos hace más de siete años,

La confrontación causó polémica en redes sociales, luego de que un grupo de personas repudiara las acciones por parte de los normalistas y asegurara que la normal ya no cumple con su función de formar maestros para comunidades alejadas y atenta contra el estado de bienestar de la población en general, exigiendo incluso el cierre del plantel; otro grupo exigió la destitución inmediata de los mandos que dirigieron el excesivo operativo -más de 500 policías- en la caseta de Palo Blanco, donde los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa realizaban un volanteo informativo.

Fue evidente la falta de capacidad y de pericia de los mandos de la Guardia Nacional y de la Policía del estado de Guerrero en la conducción de este operativo a todas luces realizado para continuar con la simulación por parte de los gobiernos federal y estatal, sobre la verdad y la justicia por los 43 normalistas desaparecidos, “si la 4T en realidad viene de la lucha social, que se ubique y cese la represión e injusticias en nuestro estado”, expresaron los normalistas a través de un comunicado.

Según trabajadores y testigos de la caseta de peaje, fueron los mandos de la Policía del estado quienes iniciaron la confrontación para provocar a los normalistas.

En tanto, dirigentes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG) tras condenar las acciones del gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, reprobaron la recriminación y la represión a los estudiantes, asegurando que primero está el diálogo y que no permitirán otra represión contra movimientos sociales.

Cierto que, la mayoría de los lesionados fueron elementos policiacos, pero son ya siete años lucha incesante, de zozobra, de injusticia y de espera de resultados a la exigencia de saber lo que en realidad pasó la aciaga noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre de 2014, con los 43 normalistas desaparecidos.

La lucha por las causas sociales y la promoción y defensa del estado de Derecho deben ser resultado de un permanente ejercicio de diálogo, que se concrete en decisiones y acciones que contribuyan a la solución de los problemas sociales, a fin de que no se repitan actos como los ocurridos este jueves 4 de febrero en la Autopista del Sol porque nada justifica el uso de la violencia.