Pienso que sería irresponsable aventurarse a afirmar lo planteado, sin tratar de entender la problemática general del país, para descender a la particularidad de un Estado que, por su poco desarrollo a diferencia de los demás, es una muestra muy aleccionadora para prever hacia donde se puede dirigir la sociedad oaxaqueña y mexicana en momentos críticos. Nuestro país venía sufriendo antes de la pandemia, el problema de la falta de crecimiento económico sostenido, que posteriormente se tornaron en crisis políticas y sociales.
A comienzos del año 2020, con la pandemia del covid-19, la gran mayoría de países desaceleraron su crecimiento. En ese año, las potencias del mundo, Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, decrecieron en -3.5%, -9.9% y -4.9% respectivamente. Por otro lado, China, Vietnam y Turquía crecieron al 2.3%, 2.9% y 1.8% (https://datos.bancomundial.
En México, fue casi lo contrario, se nos dijo por parte del presidente la República que la enfermedad era parecida a una gripa, que saliéramos a comer con los familiares; cuando las autoridades educativas por su cercanía con la ciencia, habían ya cerrado las escuelas. Después, se nos estuvo vertiendo una serie de informaciones engañosas: que ya se había aplanado la curva de contagios, que ya habíamos domado la pandemia y que, “no robar, no mentir”, ayudaba mucho a qué no nos diera la enfermedad. Ésta es la “seriedad” con que las autoridades y principalmente la 4T, tomaron la pandemia y con que siguen manejando esta tercera ola de contagios, promoviendo el regreso a clases presenciales el próximo 30 de agosto. Esto refleja, una vez más, la superficialidad y necedad, basado en intereses políticos de quienes nos gobiernan.
Ahora bien, la economía mexicana sin pandemia en el 2019, decreció al -0.0%. En el 2020, ya con pandemia, decrecimos en -8.2%, y en el primer trimestre de 2021, contra otros pronósticos, nos quedamos en 0.8% respecto al trimestre anterior, (datos Inegi). Es decir, se cumplirán tres años de crisis económica, que consiste, en menos producción de mercancías, desempleo masivo, disminución de la capacidad adquisitiva de la ciudadanía por falta de dinero y encarecimiento de los productos básicos como la tortilla, el gas, la carne, etcétera. En fin, la pobreza se incrementó de 51.9 a 55.7 millones de mexicanos más, según el Coneval. Por su lado, la inseguridad no ha parado, "del 1o. de diciembre del 2018 hasta el 30 de junio de este 2021, han sido asesinados 89,064 mexicanos, 95 por día" (Jorge Ramos Ávalos, Reforma, 21 agosto, 2021). La política de “abrazos no balazos" no está dando resultados positivos. La crisis en salud, con la tercera ola de contagios, alcanzó a 21, 250 casos positivos por día; defunciones por día, 986; total de casos positivos confirmados 3,271,128 y un total de defunciones confirmadas de 255,452 (El Economista, 25 de agosto 2021).
¿Y en Oaxaca, qué ocurre? Inmerso dentro de esta realidad, pero por su falto de desarrollo económico y social, se vuelve más aguda la crisis. Es un hecho casi inédito, que hasta ahora haya salido el secretario de finanzas, Vicente Mendoza, a informar la situación que guardan las arcas del Estado. Planteó reducir en un 37% la deuda de dos sexenios anteriores, principalmente en el sector de la salud. Su objetivo: en primer lugar, entregar unas finanzas ordenadas a un nuevo gobierno; en segundo lugar, dar certidumbre económica a las inversiones; tercero, enfrentar los retos presentes y futuros y; cuarto, por razones de transparencia. Terminó con dos datos alarmantes, que el Estado dejará de recibir más de mil millones de pesos del gobierno federal, de esto, 200 millones se les va a recortar a los municipios, y remató con la retórica oficial, que habrán ajustes; por “dolorosos que sean”, serán necesarios y que se priorizará la educación, seguridad pública y la salud. Prioridad que implica dejar sin certidumbre laboral a más de 5 mil trabajadores del sector, señalados de haber sido contratados de manera irregular.
Lo que no dijo son los impactos que va a provocar esa falta de inversión en el Estado. En obras sociales, por ejemplo, el sector de la construcción que engloba en su mayoría a medianos empresarios y albañiles, han tenido que vender sus herramientas para subsistir porque no hay obras. Se desapareció el seguro popular y el INSABI no está operando. Los hospitales no están funcionando realmente, su capacidad es limitada, si no hay dinero para pagar a los 5 mil trabajadores, no hay para materiales básicos, pues no olvidemos que, en los últimos días, gracias a las redes sociales se exhibieron imágenes de los hospitales sin mantenimiento, en realidad, ¿habrá medicamentos de calidad para frenar el virus? Ante esta situación, los familiares de los enfermos no confían en acudir a éstos, lo hacen cuando ya el paciente está muy grave y es la última opción. El sistema de salud del Estado está en terapia intensiva.
Los responsables son el Gobierno federal, su política económica errada, ahuyentando las inversiones, haber modificado extremadamente el gasto público a favor de sus programas y proyectos, en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF). Las reducciones a obras sociales para los pueblos y colonias marginadas; la extinción de fideicomisos y del seguro popular. A cambio, sus “apoyos”, sin reglas de operación delimitadas, permiten asignarse abiertamente a los seguidores de Morena y no para los más pobres necesariamente y, sus proyectos insignes, que prometen poca ganancia para los mexicanos y oaxaqueños. Por su parte, el gobierno del Estado tiene la penosa responsabilidad de callar esto y es responsable también, por cuánto no dice la verdad, tanto de las consecuencias del recorte al presupuesto de los oaxaqueños, como de su actuar para gobernar la entidad. Se ha vuelto una práctica en sus funcionarios, no solucionar y negociar con promesas, engañándose que así resuelven los problemas de la realidad, lo único que generan es más inconformidad, que lo están capitalizando los políticos de Morena con cinismo a su favor. Por acuerdo, miopía política o por cobardía, lo cierto es que el grupo en el poder actual, le está tapizando el camino a la gubernatura a Morena.
Por todo esto, el Movimiento Antorchista, hemos denunciando cada vez que podemos, la situación que priva en el país y el estado, con objetividad. Aunque un sector muy importante de la sociedad, decepcionados por las fuerzas políticas que ya han gobernado, se resignan a pensar que Morena puede ser la solución, sin embargo, ya está demostrada su incapacidad y es cuestión de tiempo para que el pueblo despierte de esta ilusión. Ante esto, es necesario que las autoridades de los pueblos, salgan a informar la situación real que guardan sus municipios, los estudiantes digan las condiciones deplorables en que se encuentran sus escuelas, los colonos y campesinos denuncien en las redes sociales y canales a su alcance lo que está ocurriendo en los campos de Oaxaca, para relucir la verdad que maquilla el gobierno federal y calla el estatal. Oaxaca es semillero de ideólogos y luchadores que deben prepararse para tomar acción en estas circunstancias. Debemos conformar una fuerza política distinta, que llegue al poder con un plan nacional definido, que garantice que la riqueza del país, la gocen todos sus ciudadanos y no solo unos cuántos poderosos, ahora amigos del presidente de la república. Los antorchistas seguiremos denunciando y trabajando para conformar esa fuerza.
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