Prácticamente somos todos los antorchistas (más de dos millones de mexicanos) los que aportamos con cooperaciones voluntarias (en efectivo, en especie o en trabajo) a las finanzas de la organización, desde los más altos dirigentes nacionales, pasando por los activistas, también por los que encabezan los grupos antorchistas agrupados en órganos representativos llamados plenos, hasta los más humildes profesionistas, estudiantes, obreros, campesinos, pequeños comerciantes o amas de casa, organizados en los grupos de base de Antorcha.Además, a través de diversas actividades económicas, participan con su aportación voluntaria, simpatizantes, amigos o pueblo en general no antorchistas que se disponen a dar una modesta contribución a nuestra causa o a alguna lucha en particular que estemos encabezando en algún punto del territorio nacional.
Las actividades económicas que realizamos son colectas públicas principalmente con los activistas dedicados al 100 por ciento al trabajo de la organización y con el apoyo de voluntarios, rifas entre amigos, kermeses, bailes, jaripeos, venta de todo tipo de productos alimenticios, ropa, bisutería, etc.; existen compañeros asalariados que por propia voluntad cooperan con parte de su salario; y los integrantes de los grupos antorchistas de base, si bien no todos, una buena parte, dan cooperaciones simbólicas al tesorero de su comité para gastos del propio grupo.
Los recursos, provenientes de las actividades antes mencionadas y de los pequeños negocios de la organización, se destinan para satisfacer las necesidades materiales y espirituales de todo el ejercicio de la organización: los gastos del activismo (pasajes, alimentación, gasolina, etc.); al cuidado, salud y educación de los hijos de los activistas de tiempo completo; a la salud y preparación de los activistas; las finanzas de la organización se han destinado a curar enfermos, dar medicinas, ayudar en gastos de defunción a los miembros de la organización que más lo necesitan; también a la creación de grupos nacionales culturales de primerísimo nivel de danza, baile, poesía, canto, música, teatro, etc., y a la realización de eventos del mismo tipo, es decir, culturales que están destinados a la recreación sana y espiritual de cientos de miles, quizá hasta millones de mexicanos que los han visto; las finanzas se destinan a la promoción masiva del deporte a nivel nacional, a la celebración de encuentros y torneos deportivos del más alto nivel y a la preparación de maestros en deportes y de atletas de alto rendimiento; parte de los recursos de la organización se dedican al sostenimiento y preparación de maestros profesionistas que todavía no tienen plaza y que enseñan en diversas escuelas; también se dedican a la formación de estudiantes científicos, hijos del pueblo trabajador, pero de muy alto nivel en licenciaturas, maestrías y doctorados, en diferentes ramas del saber como las matemáticas, la economía, la cultura, la biología, la agronomía, la medicina, la historia mundial y nacional, el derecho, etc.; algunos de estos estudiantes científicos se han ido a otros países a costa de la organización para continuar su preparación académica, y todos ellos poniendo al servicio del pueblo pobre y trabajador sus conocimientos y capacidades; parte importante de los recursos son para llevar a cabo nuestras protestas y movilizaciones, legales, legítimas y pacíficas.
No todo el dinero de nuestras finanzas ha sido dinero gastado.Una parte muy importante de los recursos así recaudados han sido invertidos productivamente para la creación de pequeños negocios totalmente legales como cooperativas, tiendas de abarrotes, tortillerías, restaurantes, hoteles, gaseras, gasolineras, etc.Naturalmente, está claro que no habrían sido suficientes dichas actividades económicas para todos los negocios con los que hoy cuenta el antorchismo, ni tampoco sería posible que, de la noche a la mañana, o cuando más en un sexenio, se pudiera construir esta base económica.
Nuestros pequeños negocios han sido creados (y administrados honradamente) a lo largo de cuando menos más de 30 años, no todos a la vez, sino casi uno por uno.Podríamos decir que la acumulación originaria de nuestro capital, sí fueron las actividades económicas antes referidas, para la creación de los primeros 2 o 3 negocios; pero, al paso del tiempo, y sin dejar de hacer las actividades económicas, nuestra organización, en cada negocio emprendido, ha aplicado el principio de concentrar su capital, es decir, de reinvertir las utilidades (mínimamente un 40% de las mismas) o para crear otros nuevos negocios, destinando el resto de las utilidades netas para los gastos antes mencionados.Los negocios de Antorcha han cumplido con todos los requisitos para obtener los permisos, no hemos hecho jamás ninguna manifestación para que se nos otorguen, y cumplen con los requerimientos oficiales, incluidos los del Sistema de Administración Tributaria.
Somos pues independientes económicamente, con dinero bien habido producto del trabajo abnegado y tesonero de todos los antorchistas del país, eso nos ha permitido ir construyendo limpiamente la herramienta organizativa y educadora de los pobres de México para conquistar su liberación, nos ha permitido luchar enérgicamente ante el gobierno sin traicionar jamás a quienes defendemos, educamos yorganizamos políticamente.
Aquí, pues, no hay ningún delito que perseguir, los antorchistas no tenemos de qué avergonzarnos, al contrario, aunque nuestra base económica es bastante modesta, debe ser, es, motivo de orgullo, pues con este tipo de independencia económica, somos una organización popular y revolucionaria que ya es ejemplo en el mundo.
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