MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

No olvidar a Héctor Pérez Martínez, hombre ilustre y progresista

image

Es mala costumbre del pueblo ignorar su pasado o verlo como una realidad ajena. Esta condena le orilla a ignorar las explicaciones de su estado actual de cosas, ignorar las razones verdaderas de su miseria y, por tanto, resignarse a vivir en ella. Y el conocimiento histórico dota de sentido crítico a un pueblo, porque también en ésta, los desamparados se inspiran; olvidan la estúpida idea de que las cosas no cambian, y que siempre han sido y serán igual. Saber su Historia es hacer crecer su conciencia política, indudablemente, pues hallan en el pasado la inspiración de grandes hombres que creyeron en la justicia social y emplearon toda su vida para establecerla.

Héctor Pérez Martínez fue uno de esos hombres: comprometido con los pobres y amante impetuoso de su patria. Personaje injustamente olvidado en su propio estado, quizás para ocultarle a los campechanos más pobres que dentro de todas sus penurias también se pueden forjar grandes hombres que les ayuden a crear una política más favorable para ellos.

Pérez Martínez nació en San Francisco de Campeche, el 21 de marzo de 1906 y murió el 12 de febrero de 1948, en Veracruz, a la temprana edad de 41 años. Como miles de campechanos de ahora, este escritor fue de origen humilde y, luego de cursar su educación básica en nuestro estado, se trasladó a la edad de 21 años a la Ciudad de México, donde estudió en la Preparatoria Nacional y posteriormente en la UNAM, la carrera de Odontología, carrera que nunca ejerció dada su exaltada vocación política. Su formación como político estaría incompleta si no se toma en cuenta su formación en el oficio del periodismo: desde muy joven, en 1929, comienza a trabajar en el diario "El Nacional Revolucionario" donde en poco tiempo llegó a ser subdirector.

Su labor como periodista le granjeó muchas simpatías entre la sociedad de Campeche, eso le permitió ganar las elecciones para gobernador en 1939; en su administración se desarrolla mucho la infraestructura de su estado: crea escuelas, edificios públicos, hospitales, caminos, etc. Además continúan con su importante labor editorial, todo ello producto de su espíritu revolucionario. Su política siempre tuvo como eje rector a las clases trabajadoras: otorgó casas para trabajadores y abrió escuelas especiales para ellos. Toda esta política contrasta cruelmente con la actitud anodina y burócrata de nuestros servidores públicos actuales que se sienten mini- monarcas feudales y se niegan, siquiera, a oír las necesidades populares, por ejemplo la administración del alcalde carmelita Pablo Gutiérrez Lazarus.

Por su intensa labor política a favor de los pobres y para darle buena imagen a la administración federal de Miguel Alemán Valdés (el cachorro de la Revolución), en 1946 es promovido como secretario de gobernación federal. Ya en el gabinete federal nunca olvidó sus compromisos con su estado natal: creó en Campeche el Comité Proturismo Ah-Kim-Pech; se reglamentó la recolección y venta de agua de lluvia; se concedió el 50% de las participaciones federales (por concepto de explotación de maderas) a las juntas municipales; se estableció la Escuela de Enfermería y Obstetricia, y la Dirección de Educación física de Campeche. Se crearon también varias bibliotecas, la más importante es el Centro Cultural de Obreros y Campesinos. También durante su gobierno se fundó el Museo Arqueológico, Histórico y Etnográfico y el Archivo Público del Estado.

Su actividad política no obstruyó su labor intelectual, su preocupación por la difusión de la cultura. Se le adjudica el descubrimiento y edición del diario perdido Justo Sierra O´Reilly, que publicó en 1938. Como escritor se le recuerda con las excelentes biografías y obras literarias: Juárez, el impasible, Piraterías en Campeche, Cuauhtémoc, Facundo en su laberinto, etc. En Juárez, el impasible, una de las biografías más completas sobre nuestro Benemérito de las Américas, se explica cómo el presidente Juárez sufrió por la invasión francesa en nuestro territorio. Pérez Martínez, dice que el oriundo de Guelatao era un hombre de luces, impregnado de las ideas de la ilustración y un gran admirador de la Francia revolucionaria de Voltaire, Diderot, entre otros. La pasión con la que escribe esta biografía nos hace pensar que Héctor Martínez se inspiró en este gran presidente, para imitarlo en su compromiso patriótico y compromiso social.

Su personalidad paradigmática: ser político (y un político comprometido con las masas) a la par de ejercer una labor cultural influyente, nos hace tomarlo como ejemplo; sobre todo, para contrastarlo con la mediocridad (en el terreno político y cultural) de muchos funcionarios públicos y electoreros de hoy. Al mismo tiempo, estamos ciertos que ante los grandes problemas de pobreza que aquejan a la inmensa mayoría de los campechanos, apostarle por un político salvador, por muy grande que este sea, es una ilusión. La medula del cambio está justamente en los desamparados y que, junto con sus hijos más valientes, más comprometidos y más educados harán el cambio social que el pueblo exige.

Pérez Martínez nos demuestra que los buenos políticos nacen de las entrañas del pueblo trabajador. Porque, a veces, la rebeldía del pueblo se convierte en una furia incontenible que necesita un guía, una luz que sepa conducirlo por el camino hacia el bienestar, porque de no ser así, tiende a ahogarse como el marinero que desconociendo las profundidades del mar, se adentra y es atrapado por una gran tormenta o simplemente por la fuerza indomable del océano.

Por eso se vuelve muy importante, que los pobres formen a sus propios líderes, nuestros propios intelectuales. Jóvenes comprometidos con su pueblo. Capaces de cambiar las condiciones de miseria en que viven nuestras familias y con el valor necesario para hablarle siempre con entera franqueza a la gente. Ese es el espíritu con que forjamos la educación de los estudiantes pobres en el Albergue Estudiantil de Campeche "Dr. Héctor Pérez Martínez"; la misma filosofía con la que el Quijote educó al Sancho Pansa cuando hablaba de las características de un caballero andante:

"Es una ciencia que encierra en sí todas las ciencias del mundo, el que la profesa...ha de ser teólogo, ha de ser médico y principalmente herbolario, ha de ser astrólogo, ha de saber las matemáticas, ha de saber nadar. El caballero, además de mucho saber, ha de ser casto en los pensamientos, honesto en las palabras, liberal en las obras, valiente en los hechos, sufrido en los trabajos, caritativo con los menesterosos y, finalmente, mantenedor de la verdad, aunque le cueste la vida en defenderla (...) de todas estas grandes y mínimas cosas se compone un buen caballero andante."

  • Etiquetas:

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más