El 25 de marzo del presente año, en una visita que el Ing. Aquiles Córdova Moran, Secretario General del Movimiento Antorchista realizó a la ciudad de Pachuca Hidalgo, para reunirse con más de 25 mil antorchistas de ese estado, y después de una entrevista que brindó a la prensa local, dichos medios destacaron, como nota principal, no la magnitud del evento, ni la participación entusiasta y voluntaria de los asistentes o el mensaje que con gran contenido ideológico, el ingeniero Aquiles Córdova Moran expuso ante los antorchistas; no, nada de eso; sino que expusieron -y eso si a primera plana- el tipo de vehículos en el que se traslada el dirigente nacional del antorchismo.
La intención era más que evidente: mostrar la incongruencia del líder antorchista, y del antorchismo nacional, en el sentido de hablar de los pobres y tener vehículos costosos. Al respecto, conviene decir que dicho ataque no es ni el primero y ni siquiera será el último; los antorchistas sabemos que no podemos esperar nada bueno de nuestros enemigos y opositores.
Al respecto, ¿Qué respondemos los antorchistas?
Primero, en nuestro país todo mundo habla "de los pobres", "de los que menos tienen", "de los humildes", etc. En los procesos electorales y en los discursos, no encontramos a nadie en el mundo entero que no muestre aprecio hacia las clases marginadas pero, una vez pasado el proceso electoral y conquistado el poder, los ganadores se convierten en acérrimos enemigos de los pobres y usan el poder solo para enriquecerse personalmente. Salvo rarísimas excepciones, no hay político que no haya sacado fabulosas riquezas del robo descarado de las arcas públicas, fortunas que ni soñando hubiesen conseguido trabajando honradamente. Y...¿por qué no se investiga y se exhibe mediáticamente a todos lo que hicieron su fortuna del erario público?
¿Por qué no se expone con toda crudeza la incongruencia de estos personajes que mienten cuando piden el voto, cuando lo que buscan es saquear y robar del erario público? ¿Será porque son sus amigos y porque son ellos los que les pagan para enlodar y calumniar a otros? En este caso, a los antorchistas.
Los antorchistas somos la única organización en el país, y probablemente en el mundo, que desde que comenzamos a hacer política, trabajamos sobre dos ejes fundamentales: luchar por el poder, a lo cual tenemos derecho, y a desarrollarnos en el terreno económico. Sabíamos, cómo muchos, que la independencia económica implica la independencia política y actuamos en consecuencia; nos propusimos desarrollar este aspecto y también está permitido en nuestro sistema económico. Nuestra actividad económica es totalmente legal y nos proporciona modestas ganancias que usamos, eso sí, íntegramente para la lucha política que venimos librando a lo largo y ancho del país. Nadie, salvo quizá los antorchistas, pueden decir que han tenido éxito político, gracias precisamente a la modesta solvencia que tenemos para sufragar nuestros propios gastos y eso sin robarle nada a nadie, ni hacer ningún tipo de corrupción o venta de la lucha social, cosa que la absoluta mayoría de los políticos y partidos políticos sí hacen.
En ese sentido, si los antorchistas generamos nuestros propios recursos, ¿qué de malo tiene que le proporcionemos a nuestro líder nacional un buen vehículo para que realice su trabajo?
La dirigencia nacional del antorchismo sabe que, debido a su trabajo incansable, a su lucidez e inteligencia y a la congruente defensa de los pobres de México, el Ing. Aquiles Córdova Moran es el líder de los pobres de México y en estados como Puebla, Oaxaca y en otras partes del país, nuestro Secretario General ha sido objeto de atentados contra su vida y de múltiples amenazas de muerte. Nos corresponde pues, a los antorchistas, no permitir que nuestros enemigos se salgan con la suya. Nos consideramos con el derecho y la obligación de cuidarlo a él y a los líderes más destacados, para que sigan haciendo la labor de organizar, educar y dirigir a los pobres de nuestro país.
De pasada, hay que decir que el maestro Aquiles, como le decimos de cariño los antorchistas, nunca nos ha pedido ningún lujo; ni vehículos, ni ropa, ni comida, ni nada. Todo lo que él tiene a su disposición ha sido discutido por la Dirección Nacional y aprobado unánimemente como una forma de proteger su vida y proporcionarle herramientas para que realice mejor su trabajo. Y además, lo hemos acordado y ejecutado con gusto. No es el único; también otros dirigentes antorchistas destacados cuentan con medios para sobrevivir y trabajar en las mejores condiciones.
Dudas sobre la integridad moral de nuestro dirigente no las tenemos; la inmensa mayoría del antorchismo nacional conoce el lugar donde vive y nos consta que habita una modesta casa, que no tiene vicios y que su alimentación es de lo más frugal que pueda concebirse; es decir, come lo que la inmensa mayoría de los mexicanos comemos. No hay aquí tampoco abuso ni exceso y por lo tanto, tampoco hay malgasto de recursos. Es decir que, prácticamente quienes convivimos con él, sabemos que es el que más trabaja y el que menos tiene. En las filas del antorchismo no nos hacen ninguna mella los ataques que nos hizo la prensa local de Hidalgo.
El ingeniero Aquiles le ha dado claridad ideológica, unidad y línea política al antorchismo; ha sido y es un ejemplo para todos los antorchistas. En ese sentido no nos ha provocado -ni lo va hacer- la mínima fisura. Por ese lado estamos total y absolutamente curados.
Es probable que gente que desconoce lo escrito anteriormente, le provoque desconfianza e inquietud. Es natural; la política en México y en el mundo así se ha llevado durante años y todos están acostumbrados a pensar de esa manera; sin embargo, los antorchistas hemos dicho que somos diferentes, y los somos. Por esa razón, el pueblo de México viene acercándose cada vez más a las filas y a la ideología del antorchismo. Nuestro avance y crecimiento es muy superior a cualquier partido u organización política en nuestro país.
Esta es, precisamente, la causa fundamental de los ataques referidos.
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