MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

No basta con la ideología del amor al prójimo

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No basta con la ideología del amor al prójimo, los buenos sentimientos, ser de buen corazón. Claro que son necesarios los buenos sentimientos; no se trata de desairarlos o menospreciar dichas actitudes, pero podemos tenerle mucho amor al prójimo y no proveerlo de nada más que amor, y con este amor no se alimentará ni él solo, mucho menos a su familia.

Se habla de una disminución de la pobreza. Pareciera que este humilde opinador quiere desprestigiar la tarea del presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, pero yo les digo a mis pocos lectores que se nos muestre dónde, en qué lugar donde habita la clase trabajadora de este país, su riqueza aumentó y, por tanto, sus grandes necesidades disminuyeron. No lo encuentro, no lo veo.

El obrero y el jornalero deben darse cuenta de que son explotados y expropiados y que la remuneración que reciben no es suficiente para vivir dignamente, sino apenas para subsistir.

Nuevo León, estado rico y próspero, pero mal distribuida la riqueza que se produce. Ahí están las colonias de la periferia de la metrópoli: sin agua, sin energía eléctrica, sin pavimentación, sin drenaje, sin poder acceder a una educación de calidad.

La gente que vive en estas colonias llenas de miseria, sin poder emigrar a fraccionamientos o colonias que cuenten con todos los servicios necesarios, acceso a la salud, a la educación, donde laborar, empleos bien pagados, no se ve.

Oh, amigo lector, ¿ustedes creen que la gente gusta de vivir en la miseria y la inmundicia?

Yo humildemente pienso que no, que el contexto social en el que se desenvuelven, donde viven día a día, es el que los condiciona a vivir como viven, sin más oportunidades, no quedándoles más alternativa que resignarse a vivir como hasta ahora.

A este pueblo trabajador le hace falta darse cuenta, hacer conciencia de su verdadera situación ante el desarrollo de la sociedad, de que los apoyos directos que se le dan no bastan para mejorar su precaria forma de vivir, que en el continuo movimiento sólo le alcanza para restar ciertas necesidades, pero que, cuando se acaba dicho apoyo, sigue siendo pobre y vuelve a los lamentos.

En contraparte, el presidente de la república, en reciente visita al estado de Nuevo León, comentó que en su sexenio obtuvieron excelentes ganancias comerciantes, empresarios y banqueros.

Haciendo referencia a los últimos, en palabras de AMLO, tuvieron utilidades récord de 270 mil millones de pesos de utilidad el año pasado.

El obrero, el jornalero y cualquier trabajador del tipo que sea, y en el grado que sea, lo único que tiene, lo único con que cuenta para vender es su fuerza de trabajo física e intelectual.

Este fenómeno se da dentro del sistema económico capitalista en su modalidad neoliberal, ahí donde los banqueros incrementan sus utilidades de forma ominosa, mientras aquel que trabaja día a día jornadas exhaustivas y excesivas recibe, en el mejor de los casos, apoyos directos, tarjetitas de bienestar.

El trabajador productor de mercancías, generador de plusvalía, debe darse cuenta de que es explotado y expropiado de lo que produce con su fuerza de trabajo; de que la remuneración que recibe, dizque por su trabajo, es falsa, es una falacia.

Ese pago es una gran mentira, oculta tan oculta que a veces hasta el mismo explotador se la cree. Pero la remuneración que recibe el trabajador en determinada jornada es sólo para subsistir, para que no se mueran de hambre él y su familia.

El trabajador debe darse cuenta de que el único que produce riqueza nueva es aquel ser ingenioso de carne y hueso, vivo, porque sólo él, con el desgaste de su fuerza física e intelectual, produce nuevas mercancías.

En otras palabras y sin dogmatismos, la acción de la fuerza de trabajo que permite transformar las materias primas y crear una nueva mercancía, crea un nuevo valor, ya que los medios de producción sólo transfieren su valor al producto nuevo creado.

Este incremento es lo que logra que el producto final tenga un valor superior a la sumatoria de las materias primas, las materias auxiliares, maquinarias, instalaciones y otros elementos esenciales para el proceso de trabajo, más lo que recibe como salario el trabajador. 

A este plus es a lo que llama Marx plusvalía. Plusvalía que se la queda el burgués, el capitalista dueño de los medios de producción.

Esto es lo que debe saber y entender el obrero o el jornalero, todo ser viviente pensante, productor de mercancías, para darle un giro al modo de producción existente, donde el trabajador haga conciencia de que son la mayoría y luche por tomar el poder político por la vía democrática.

Una vez en el poder, los medios de producción deben servir para producir riqueza a fin de cubrir las necesidades de toda la población, sin concentraciones excesivas y, obviamente, sin necesidades extremas, que la comunidad tenga lo necesario para llevar una verdadera vida digna. Tarea del pueblo unido, organizado y educado.

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