El deporte, en todas sus disciplinas y cada una de ellas con su grandeza y dificultad, tiene una capacidad transformadora inigualable. Tiene como objetivo principal fortalecer y estimular las capacidades del hombre que tiene una participación a la hora de realizar cualquier disciplina deportiva, no solo a nivel kinestésico, sino también emocional y, por tanto, social, mismo que contribuye de manera elemental en las relaciones humanas.
Esto no es nuevo ni ha sido tema exclusivo de científicos, investigadores, deportistas, analistas, y no quisiera extenderme en el asunto exclusivo del deporte en sí, ya que no soy especialista en el tema ni mucho menos, pero debido a un tema coyuntural a nivel nacional y mundial, que tiene a todos los fanáticos del futbol atentos en las pantallas, y algunos que tuvieron la oportunidad de asistir al evento mundial que se realiza en Qatar, sí quisiera hacer una reflexión al respecto, ya que es un tema muy presente en la vida diaria de muchos mexicanos.
El hombre, desde la antigüedad, ha practicado deporte. En un principio, la actividad física iba correlacionada con la subsistencia del ser humano en la recolección, la casa, la pesca, pero también en sus rituales que iban mezclados con la danza y culto a sus dioses. Si bien hay etapas de evolución del deporte y no es la misma ni el mismo desarrollo el que se va dando en un continente como en otro, lo cierto es que el deporte, así como lo conocemos actualmente, nace por una necesidad social que era la de la supervivencia y, posteriormente, en Inglaterra que es de donde se conoce que empezó a tomar forma las disciplinas deportivas como las practicamos a nivel mundial, los hombres lo realizaban para convivir mutuamente después de su trabajo. Disciplina, organización, competencia y meta es lo que caracteriza al deporte desde ese momento y este carácter se lo da el mismo trabajo en equipo, el trabajo social.
Eso se acabó. El deporte, como una forma de recreación y convivencia entre los hombres, se acabó, ahora este es un negocio y está en venta como cualquier mercancía en el mercado. El futbol, como el que se vive hoy en día en Qatar, el basquetbol, el voleibol, el ciclismo, la gimnasia, es ahora un monopolio. La fachada que nos muestra, hoy por hoy, cada una de las disciplinas del deporte oculta la verdadera estructura que está detrás del fin actual del deporte. Por lo tanto, el deporte, dejó de pertenecerle al pueblo, este pasó de ser creador y dueño del deporte, a ser un simple consumidor.
En nuestro país las condiciones no son distintas. El deporte, como muchas cosas más con el actual gobierno, está en el olvido; si de por sí estábamos lejos de competir a nivel mundial en la mayoría de las disciplinas, ahora hay menos apoyo al deporte tanto como disciplina como en infraestructura. El problema no es la falta de cuadros capaces, sino la falta de interés de las autoridades correspondientes para invertir e implementar un plan de trabajo que nos permita ser competitivos en esta disciplina.
Pero en medio de este desierto de preocupación por recuperar la esencia del deporte, en medio de la ausencia de trabajar por regresarle al pueblo lo que por derecho le corresponde, está el Movimiento Antorchista, que un día si y otro también trabaja, no solo para que los gobiernos le den mejores condiciones al pueblo para que pueda practicar estas disciplinas, sino también por regresarle su esencia al deporte.
Ejemplo de esto son los innumerables eventos deportivos que organiza Antorcha en donde miles de deportistas compiten sanamente sin ganar nada a cambio, ni fama ni dinero, tan solo la satisfacción de lograr sus metas y ver sus esfuerzos, su perseverancia y entrega reflejado en una tabla nacional.
En Tecomatlán, Puebla, por ejemplo, se lleva cada dos años la Espartaqueada Deportiva; en Veracruz se realiza el torneo Nacional de Voleibol; en el estado de México el Torneo Nacional de Ajedrez y en Michoacán el Torneo Nacional de Basquetbol. Este último se llevará a cabo el próximo 26 y 27 de noviembre en la Unidad Deportiva “Wenceslao Victoria Soto” en la ciudad de Morelia y están todos cordialmente invitados.
A todos estos eventos no solo acuden deportistas experimentados, sino que los equipos mismos están conformados por estudiantes de todas las edades, obreros, maestros, amas de casa, campesinos, pequeños comerciantes, que compiten y disfrutan de estos eventos cuyo nivel es muy alto.
Esta es precisamente la meta que tiene el Movimiento Antorchista, quitarle el carácter de monopolio, de mercancía al deporte y regresárselo al pueblo, que se elimine poco a poco el papel de consumidor humano y pueda así absorber el carácter transformador que le proporciona al hombre el deporte. Esto hace y seguirá haciendo Antorcha, aunque el sistema siga negándoselo y haciendo del deporte un gran negocio.
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