A sus apenas 16 años, Yahir Sánchez Alegría, quien vive en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, ha comenzado a trabajar para ayudar en los gastos del hogar, obligado a insertarse al mercado laboral desertó de su escuela.
Él representa a uno de los 5.2 millones de niñas, niños y adolescentes que se quedaron fuera del ciclo escolar 2021, por falta de recursos económicos para seguir sus clases en la modalidad virtual; él no tuvo dinero para inscribirse a alguna institución educativa.
Su madre al llevarle desayuno al trabajo declara que derivado de la crisis económica, su muchacho ha tenido que abandonar la escuela y ponerse a emplear su fuerza en oficios que le ayuden a solventar los gastos de alimentos y servicios, pues durante la pandemia no pudo seguir en la escuela por falta de internet y porque las condiciones fueron cada día peores para los hogares chiapanecos.
Según datos oficiales existe registro de deserción escolar en diferentes niveles educativos, ya que la población que deja la escuela lo hace para incorporarse a trabajos en el campo, limpieza o albañilería, principalmente.
En la entidad la pandemia por covid-19 ha causado crisis económica en diversos sectores, pero también el abandono del alumnado en las aulas, especialmente los de nivel media superior, lo que significa la necesidad de las familias de obtener ingresos para existir.
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