El pasado 3 de agosto, hace ya 11 días, que vimos con asombro, horror e indignación como 10 mineros de la mina pozo El Pinabete, localizado en el municipio de Sabinas, Coahuila, se quedaron atrapados a 60 metros de profundidad, a raíz de un derrumbe. Esta es una mina de donde se extrae carbón y que, de acuerdo con los medios de comunicación, no contaba con las medidas de seguridad necesarias para la extracción del mineral ni mucho menos para salvaguardar la vida de los mineros.
Como es de esperar, y como dice el viejo refrán mexicano después de ahogado el niño a tapar el pozo; pues efectivamente así sucedió. El lamentable suceso en la mina El Pinabete, una vez que se sabe del derrumbe y de que se quedaron los mineros, medio mundo está prestando sus servicios, y ahí tenemos al ejército, Guardia Nacional, Policía, Protección Civil, bomberos, medios de comunicación, defensores de derechos humanos, diferentes gobiernos, incluido el mismísimo presidente Andrés Manuel López Obrador apostados afuera de la mina, unos ayudando y trabajando a marchas forzadas para tratar de rescatar a los mineros y otros más haciendo mosca.
Volviendo al refrán, vemos con asombro y enojo cómo después de lo ocurrido todos se movilizan, y la pregunta obligada es ¿por qué apenas se preocupan por la seguridad de la mina y de los derechos laborales y salariales de los trabajadores? Porque esa zona de Sabinas, Coahuila, no es nueva. Cómo tampoco es nuevo el suceso de derrumbes en minas, como ejemplo ilustrativo, está lo ocurrido en el año 2006 en Pasta de Conchos, donde, debido a la acumulación de gas en el interior de la mina, explotó y dejó 65 muertos.
De acuerdo con el Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales, en su infografía titulada “Carbón de sangre minera”, el año 2001, en la mina La Morita, fallecieron 12 obreros; en 2002 en pozo de carbón La Escuelita fallecieron 13 obreros; en 2006 Pasta de Conchos de Grupo México fallecieron 65 obreros, en 2011 Pozo de la empresa BINSA fallecieron 14 obreros; en 2012 pozo en ejido La Florida fallecieron 7 obreros; en 2021 Predio de Rancherías murieron 7 obreros” sin que las autoridades, patrones y sindicato hagan algo al respecto y para muestra un botón: el derrumbe del pozo El Pinabete donde 10 obreros siguen atrapados y a pesar que hace unos días el presidente de México dijo que muy probable los mineros iban a estar rescatados para el día 10 de agosto. Pues nada más no se ve avance y, por tanto, se reducen las probabilidades de encontrarlos vivos.
Si a la tragedia le sumamos la falta de afiliación a una instancia de seguridad social como el IMSS o ISSSTE y la falta de un salario bien remunerado que satisfaga las necesidades más elementales de los trabajadores, como son de alimentación, de vestido, de salud, de educación, de vivienda y de pago de servicios; ¿Dónde aplica aquí la frase machacona del presidente de primero los pobres? ¿Dónde están los sindicatos en defensa de los trabajadores?, ¿Dónde están los patrones que solo engordan sus bolsillos a costa de la fuerza de trabajo de los obreros? No olvidemos que la ganancia de cualquier actividad económica se debe al trabajo humano. A esos trabajadores a los que les pagan un salario de hambre, y no lo que en realidad producen.
No cabe duda de que a los trabajadores del país les urge organizarse y educarse políticamente y luchar hombro con hombro para lograr una mejor distribución de la renta nacional y a eso los invita el Movimiento Antorchista Nacional. A qué íbamos esfuerzos y juntos luchemos por esa patria justa y digna para los mexicanos.
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