MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

México, un país rico con muchos pobres

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México no es la nación más rica del mundo, pero se ubica entre las más ricas. Según un nuevo reporte, nos encontramos en el noveno lugar en la concentración de riqueza a nivel mundial. Hay un empate con Japón (El Financiero 20 de noviembre de 2021). Para que nos entendamos mejor pondré algunos ejemplos, hay cientos de países que no poseen petróleo en su suelo y tienen que comprarlo a otras naciones para mover su industria, nuestro país, en cambio tiene petróleo y, por tanto, no necesita importarlo. Hay países que  no tienen hierro, cobre o carbón y sus minas están prácticamente agotadas; en México, por el contrario, hallamos minas de estaño, cobre, hierro, plata, oro, etc. Existen países que no poseen costas ni mar, que están rodeados por todos lados por tierra y, por lo mismo, si quieren comer cualquier marisco deben comprarlo a un precio muy alto; mientras  en esos países desean los mariscos, en México encontramos kilómetros y kilómetros de costa, nuestro país está prácticamente rodeado por mar, de donde sea se puede pescar gran cantidad de especies marinas. En fin, México posee todo: tierras para cultivo, grandes pastizales para criar ganado, bosques maderables, selvas, desiertos, es decir, somos un país riquísimo en recursos naturales.

Y entonces, ¿por qué en México hay hambre? ¿Por qué en México hay mexicanos sin empleo? ¿Por qué existen niños que no conocen el sabor de la carne, leche fruta o pescado? La respuesta es relativamente sencilla y fácil de entender: existe pobreza porque la riqueza nacional está concentrada en unas cuantas manos; en nuestro país un pequeño grupo de multimillonarios es dueño de los bancos, las fábricas, la tierra, los medios de transporte y de comunicación, o sea, es dueño del país y, en consecuencia, dueños de la vida y el destino de los mexicanos.

Es sumamente absurdo que toda la riqueza que se va a los bolsillos de los ricos, de los que tienen comida siempre en su mesa, ropa  en su guardaropa, carros en su cochera, que no se truenan los dedos para darle educación o curar a sus hijos, es producida por los trabajadores del pueblo, que con sus manos callosas manos y cansadas espaldas labran esa riqueza, y ellos, los creadores de ese dinero, los que ensucian sus ropas, los que quedaron mutilados de alguna parte de su cuerpo dentro de las fábricas, los que sudan sangre para producir un par de zapatos o hacer un vestido, se quedan con una migaja de su humilde y miserable salario. Así de injusta es la situación económica en México.

No debemos olvidar que lo que multiplica el dinero, lo que hace crecer la fortuna de los ricos y de los países, es el trabajo del hombre, son los trabajadores lo que multiplican la riqueza social, esta riqueza la debería de disfrutar quien la produce.

Según datos del Coneval, hace tres años había 51.9 millones de personas en pobreza, el año pasado sumaron 55.7 millones; el mayor cambio en términos de carencias sociales se presentó en el acceso a los servicios de salud. El porcentaje de población en situación de pobreza extrema también aumentó de 7% a 8.5%, lo cual significó un aumento de 8.7 a 10.8 millones de personas en dos años; o sea, 2.1 millones más. Estos datos a modo de reforzar lo que más arriba comentaba.

Este es el problema, ¿cuál es la solución? Para acabar con la desigualdad económica, todos tenemos que ponernos de pie, como un solo hombre y como un solo ideal, todos los trabajadores de este país deben levantarse y, con claridad mental y valor en el corazón, comenzar a defender los intereses de su familia, de su clase, de su patria. Es cierto que la lucha no es una cama de rosas, que encierra peligros, pero en este sentido no hay otra opción. Abrazar la lucha para disfrutar del pastel que entre todos los pobres hacemos o ver desde el aparador el pastel. Así está el asunto, la decisión es de ustedes, amable lector.

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