Como se ha dicho en varias ocasiones, la educación es unos de los aspectos más importantes en la formación de una sociedad; sin embargo, algunos gobiernos no tienen el entendimiento de que para alcanzar niveles educativos altos es necesario una inversión constante en el mejoramiento de espacios y nuevas estrategias educativas. 

Nuestro país se encuentra entre los 15 países que produce más Producto Interno Bruto (PIB), sin dejar de lado que contamos con una inmensa variedad de recursos naturales (bosques, selvas, mar, oro, plata, petróleo), pero México no se ha distinguido por invertirle realmente a la educación. 

El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) expuso que el año pasado, 15.7 millones de personas de entre cero y 22 años no asisten a la escuela al nivel educativo que les corresponde. De estos, 5.5 millones corresponden a la educación inicial, 2.1 millones a preescolar, 1.1 millones a educación media superior, y 6.8 millones a la superior. 

Desde antes de la llegada de la pandemia de covid-19 a México, la educación era uno de los temas pendientes del gobierno ante los altos índices de abandono escolar y el acceso a la educación. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el impacto de la pandemia en el sector educativo, ante los cierres de centros educativos y el confinamiento en casa, medidas  que se tuvieron que implementar necesariamente, fue uno de los peores porque el país no reaccionó positivamente; no se impulsaron subsidios para ayudar a los estudiantes a acceder a la educación ni las herramientas necesarias para tomar las tan famosas clases a distancia, mismas que consistían en tomar clases con maestros a través de un televisor o un monitor de computadora, durante casi 2 años, y las consecuencias están a la vista. 

Hablando de la calidad de la educación de 137 países, México ocupa el no tan honroso lugar 102, esto como resultado arrojado por el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) realizado por la OCDE, cabe precisar que, si la evaluación fuera sobre la calidad en la educación en ciencias y matemática, bajaremos hasta la posición 117.

Para que entendamos mejor la falta de compromiso del Gobierno federal, mencionaré una acotación que me pareció interesante, Etiopía está dos posiciones arriba, a pesar de que es uno de los países más pobres de África: la mitad de sus 77 millones de habitantes vive por debajo del umbral de pobreza y el nivel de desnutrición infantil es uno de los más altos del mundo, es decir países sumamente empobrecidos salen mejor evaluados que el nuestro.  

Con esto nosotros podemos darnos una idea de la prioridad que el gobierno de la 4T le da al sector educativo. No debemos olvidar que los gobiernos no están para proteger a los más desprotegidos de nuestro país, que no les interesa que nuestros jóvenes sean hombres y mujeres realmente con herramientas académicas, que estamos en un país donde lo que se requiere es mano de obra barata, que hay una brecha enorme entre pobres y ricos, los gobiernos saben que un pueblo sin educación es presa fácil de la manipulación, control y dominación de la clase en el poder.

Es necesario que el pueblo de México, maestros y alumnos, tengamos capacidad de reacción, exijamos mejores condiciones para elevar la calidad educativa. No podemos cruzarnos de brazos. Si el futuro está en nuestros jóvenes, no podemos exigir un futuro mejor si a los que nos toca forjar el presente nos mostramos pasivos, despreocupados. Es momento de exigir mejores condiciones educativas, con todo lo que ello llegase a implicar