MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

México será asfixiado por la hambruna mundial

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Los graves problemas que se tienen en México, desatendidos y aumentados por la equivocada forma de gobernar del presidente Andrés Manuel López Obrador, promotor de la llamada Cuarta Transformación y emanado de los reductos del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), con el hundimiento en la economía, en los servicios médicos y la educación, así como de la seguridad, aderezados con el nulo combate a la miseria extrema y la pobreza, colocan al país en presa fácil de la hambruna mundial que ya se ha comenzado a registrar debido al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.

Sin embargo, pareciera que esa situación no logra hacer recapacitar a López Obrador, que continúa esgrimiendo verborrea populista, mucho más preocupado en lograr triunfos electorales para los candidatos de Morena, que en establecer el blindaje respectivo para que la nación que gobierna no se vaya de picada hacia los problemas que ya están haciendo crisis no tan solo en esta nación, sino en todo el mundo.

Hemos sido los antorchistas quienes, esgrimiendo constantes llamados al Gobierno federal, nos manifestamos abiertamente con la finalidad de que el gobierno recapacite y se percate de que la política que ha implementado desde su llegada, lejos de resultar en beneficio de los mexicanos, ha remado en contra, generando el hundimiento de las familias, aumentando la pobreza y la inseguridad, lacerando la economía de los estados y municipios así como deteriorando la educación y los servicios de salud.

Hoy, frente al conflicto armado entre Rusia y Ucrania, los países diversos han comenzado a implementar estrategias para no sucumbir frente al grave problema que se avizora por la falta de alimentos y el encarecimiento de estos. Cosa que no ha sucedido en México, donde la Cuarta Transformación está dedicada a otros quehaceres muy diferentes, sobretodo de aspecto político-electoral sin pensar que la crisis mundial está llamando a la puerta.

Es evidente que los graves problemas que tienen México, hicieron crisis al llegar la pandemia de la covid-19, debido a que la Cuarta Transformación no atendió el problema como debiera, no se aplicaron estrategias de ninguna especie que salvaguardara a la gran mayoría de familias, principalmente de los núcleos empobrecidos, comenzando a sucumbir frente a ese enemigo mortal.

De entrada, no se aplicó una cruzada nacional alimentaria, se careció de medicamentos y equipo médico en la gran mayoría de los hospitales del país que son manejados por el Gobierno federal, mientras que con la mano en la cintura se mandó a la fregada el Seguro Popular para imponer otra institución médica como el INSABI que dejó mucho que desear.

En contraparte, los centros educativos del país quedaron inservibles al ser vandalizados, mientras se recomendaba a os alumnos y padres de familia continuar sus estudios de forma virtual o echando mano de las empresas televisoras más importantes de la nación, hundiendo la educación después de constatar que en miles y miles de hogares no se contaba con los implementos electrónicos adecuados para el aprendizaje de nuestros niños y jóvenes.

A la par, los precios de los productos de la canasta básica comenzaron a elevarse, lo mismo que los servicios diversos, provocando el caos económico de las familias mexicanas después de que la pandemia provocara el cierre de empleos.

En medio de esa situación desastrosa se comenzó a pronunciar con mayor fuerza la inseguridad, donde las bandas criminales comenzaron a actuar con sobrada impunidad, dejando pueblos enteros convertidos en pueblos fantasmas una vez que la gente comenzó a huir de sus lugares de origen para salvar sus vidas.

Enrique Quintana, en su columna Coordenadas de El Financiero, lanzó el llamado de alerta, refiriendo que nos amenaza una crisis alimentaria; “La hambruna y la pérdida de la capacidad del ingreso para adquirir alimentos amenazan al mundo, por la combinación de los problemas de abasto con los incrementos de precios”.

Fue desde el pasado 11 de marzo que el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Gutiérrez, indicó que si no se toman medidas de fondo, decenas de millones de personas en el mundo pueden padecer hambruna en los siguientes meses.

De acuerdo con un amplio reportaje publicado por el diario El País (domingo 15 de mayo), la tendencia a que estallara esta crisis ya se asomaba con el cambio climático y la pandemia, pero se acentuó a partir de febrero con la invasión de rusa a Ucrania.

Una de las expresiones de esta crisis es el disparo en los precios de los alimentos. De acuerdo con datos de Bloomberg, en los últimos 12 meses el precio internacional del trigo se ha elevado en 73 por ciento en dólares; y el del maíz subió 50 por ciento entre octubre y los primeros días de mayo.

Al respecto el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) revela que, en los últimos meses, México aumentó los precios de los alimentos en 12.6 por ciento, es decir, con alrededor de 5 puntos por arriba de la inflación general.

Lejos de aplicar medidas de emergencia, el gobierno de la 4T sigue diciendo que el país de ninguna forma se verá afectado por ese problema, lo cual resulta iluso, es una mentira más que en su condición populista sigue manejando López Obrador,  ya que el poder adquisitivo de las familias se encuentra prácticamente pulverizado mientras los precios de los alimentos se siguen elevando.

Tampoco ha funcionado el famoso programa antiinflacionario, anunciado el pasado 4 de mayo, para supuestamente hacer frente a esa crisis que está llamando a la puerta en México y que será de graves consecuencias, una vez que el Gobierno federal está más pendiente de su revocación de mandato, de los triunfos electorales para los candidatos de Morena, de cuestiones político-electorales, en lugar de aplicar la estrategia debida para que el país pueda enfrentarse a  tan difícil circunstancia.

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