El 22 de diciembre del año pasado, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, prometió, como otras tantas cosas que ha prometido, que nuestro país contaría, para los últimos días de 2023, con un sistema de salud de primer mundo, “como el de Dinamarca o incluso superior”.
Es una propuesta que ha mencionado desde años atrás, pero la pregunta es si es posible cumplir esa promesa o será como las tantas que ha hecho y hasta ahora, a cuatro años de gobierno, no ha cumplido; como tener un precio de gasolina a 10 pesos el litro o vender el avión presidencial, por poner algunos ejemplos.
Vayamos a la realidad (como prueba última de verdad), porque una cosa son las palabras, la voluntad, los bellos objetivos, y otra, lo objetivo, lo real. Analicemos y comparemos algunos datos del sistema de salud de nuestro país con el país de Dinamarca, que según investigaciones del Instituto Legatum, que agrupa 110 países, posee el primer lugar en sistemas de salud, mientras México, nuestro país, el honroso lugar 68.
Bien, empecemos con algunos datos básicos, el PIB per cápita de México es de 8,417 euros, mientras que en Dinamarca es de 57,520 euros; existen 49,103 euros de diferencia. Otro dato revelador es el salario medio percibido, México se encuentra entre los peores a nivel mundial y Dinamarca está entre los mejores también a nivel mundial.
Hay un aspecto en que sin duda alguna México es puntero, a pesar de que Andrés Manuel López Obrador prometió que ese problema se erradicaría en su gobierno, México es el país más corrupto de la OCDE y de los peores del G20; en tanto que Dinamarca, es el país con menos corrupción según Forbes.
Pasemos al tema que nos ocupa, el sistema de salud. En cuanto al presupuesto destinado en cada país, mientras uno va en aumento, el otro (no es difícil adivinar en cual) va de recorte en recorte; medidas de austeridad republicana primero y después la vergüenza de pobreza franciscana. En México el gasto en salud por cada mexicano es de 540 dólares; en Dinamarca 6 mil dólares por cada danés; una pequeñita diferencia, solo 11 veces más en el país escandinavo, ¿cómo le hará AMLO para igualar esa cantidad si para el ramo salud del PEF 2023, se aprobaron 209.6 mil millones, solo tres por ciento más que en 2022?
Abundemos en el tema, en México hay 2.4 médicos por cada mil habitantes, en Dinamarca 4.8; o sea, el doble que en nuestro país. En México hay 2.9 enfermeras por cada mil habitantes, en Dinamarca 10.5, ¿cómo superaremos esta cifra cinco veces superior?
Pudiéramos seguir con las cifras y en todas nos dejan atrás, pero si vamos al día a día en los hospitales, clínicas, centros y casas de salud nos podemos encontrar con un verdadero desmantelamiento del sector salud: tenemos un lamentable desabasto de medicamentos; una deficiente atención médica (no tanto por falta de voluntad del personal médico, como lo demostraron ante la pandemia de covid-19, sino por la falta de los más elemental para trabajar) y filas interminables para intentar lograr una ficha de atención.
Por ejemplo, en Nopala de Villagrán, en el estado de Hidalgo, se construyó un Centro de Salud, que por principio el Movimiento Antorchista Hidalguense gestionó como hospital, pero desde 2014 hasta ahora se encuentra inconcluso y en total abandono a pesar de la insistencia de la organización por terminarlo. En plena pandemia de covid-19, el personal médico tuvo que enfrentar la enfermedad y atender a los pacientes sin insumos elementales como oxímetros o termómetros; y en últimos días ha empeorado la situación, a tal grado de no cuentan siquiera con guantes, jeringas, sanitas, vaya, ni siquiera tienen abatelenguas. Hace unos días nos relataron el calvario que sufrió un ciudadano del municipio de Chilcuautla, también del estado de Hidalgo, cuando llegó a las nueve de la noche al hospital del IMSS en Mixquiahuala, sí, aquel que tanto cacaraqueó López Obrador, encontrándose con la sorpresa de que no hay servicio de emergencias y que no había ni doctores ni enfermeras, solo el velador y el conserje, dígame usted, ¿esto pasaría en Dinamarca?
Muchos de nosotros fuimos testigos a través de redes sociales como en el mes de octubre del 2022, un ciudadano hidalguense falleció en la sala de espera del ISSSTE en la ciudad de Pachuca, esperando ser atendido. No, definitivamente no estamos ni cerca de ser Dinamarca.
Los hidalguenses no podemos creer las viles mentiras de la 4T encabezada por Andrés Manuel López Obrador, no podemos ser tan ingenuos como para creer tales falacias, no se necesitan grandes alcances teóricos para ver la realidad a la que nos está llevando este gobierno. México no es el país de las maravillas, los otros datos solo son entelequias del inquilino de Palacio Nacional.
El pueblo hidalguense debe saber que ningún ungido será el que nos lleve a tener una vida mejor, que es el mismo pueblo quien puede y debe transformar la realidad en la que vivimos y convertir a México en un país con calidad de vida como en Dinamarca; organizándonos, luchando y educándonos, pero ahora ya no solo para pedir y recibir las migajas del pastel; ahora el pueblo debe ir por el pastel completo, el pueblo debe decidir cómo se reparte, y para eso, debemos luchar ahora por tomar el poder político, el pueblo debe tomar las riendas de nuestro país, no tenemos nada que perder, ya casi todo nos lo han arrebatado, hagámoslo ahora o será demasiado tarde.
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