Mal, pero muy mal, deben de andar las cosas con el nuevo gobierno en el país, como para que ahora, como en un acto de última y desesperada instancia, tengan que salir a protestar en las calles: los estudiantes universitarios para que los dejen estudiar sin que los maten; las mujeres y las niñas, para que las dejen vivir como mujeres sin que las maltraten, violen y asesinen; los indígenas originarios, para que les dejen vivir con sus entornos naturales sin que se los destruyan; los padres de niños con cáncer, para que dejen vivir a sus hijos y no les quiten sus medicinas; los familiares de asesinados y desaparecidos, para que les hagan justicia y aparezcan sus seres queridos; y en fin, como para que los mexicanos defensores de la democracia, como Francisco I. Madero y otros, tengan ahora qué protestar para que les dejen elegir democráticamente sus gobiernos, militando en el partido político que ellos elijan y quieran. Algo trágico, pero muy trágico y terrible debe suceder con nuestra sufrida patria, como para que ahora incluso, los inconformes que necesitan protestar, tengan que salir a las calles a protestar, para que los dejen protestar, conforme a la Constitución, sin que los regañen, amenacen ni repriman. Ya no hay de otra, la lección es clara. Llegó la hora de reconocer, en un acto de legítima y necesaria autocrítica, que nos equivocamos. Con el gobierno federal actual, como dice el dicho popular, saltamos de la sartén para caer en la lumbre.
Y para muestra un botón. El colmo de la intolerancia y el autoritarismo del Gobierno federal actual, se puso de manifiesto hace algunos días en la comunidad de San Carlos, en Macuspana Tabasco, tierra natal del presidente Andrés Manuel López Obrador. Ahí, en su gira presidencial, el Presidente recibió, como dice el pueblo, una sopa de su propio chocolate. El hijo pródigo de Macuspana, tuvo que suspender su discurso en más de una ocasión, ante un nutrido y enardecido tumulto de rechiflas, gritos y abucheos en contra de su gobierno, del Gobernador Adán Augusto López Hernández y del presidente municipal Roberto Villalpando Arias, morenistas los dos y ahí presentes. Regañó a gritos y con aspavientos y amenazó, incluso a los concurrentes (se supone que partidarios acarreados por sus operadores), con suspender definitivamente su discurso e irse, si los gritones y abucheadores no se callaban. ¿Qué tan mal han gobernado los morenistas Tabasco, como para ganarse tal repudio de su propia gente?, ¿No es esto un llamado de atención para el resto de los mexicanos maltratados por el gobierno de AMLO?
En respuesta a los reclamos públicos en el evento, reclamos que solamente exigían obras, servicios, programas y cumplimiento a las promesas de campaña, el Presidente dijo sólo que no quería "grillas" ni "politiquerías" en su gobierno. ¡¿Grillas?!, ¡¿politiquerías?!, ¿Eso es lo que son para el Presidente de la República los justos y necesarios reclamos de sus gobernados, incluso de sus partidarios? Está claro que AMLO no entiende ni le importa, ni quiere ver el sufrimiento de los padres y además familiares de los estudiantes ejecutados, de las mujeres y niñas violentadas, asesinadas y algunas desaparecidas o despedazadas. ¿Es "politiquería" querer vivir o vivir en paz?, ¿Es "grilla" pedir que sus hijos no mueran de cáncer?, ¿Es "grilla" y "politiquería" pedir que bajen los precios - tal como lo prometieron -, de la luz, el gas, la gasolina y demás tarifas de servicios? México no merece la suerte que está viviendo ahora. Y como dije, mal, pero muy mal estamos.
Pero dentro de los males, siempre hay uno que es peor. En Puebla, el Gobernador morenista Miguel Barbosa Huerta, no obstante las multitudinarias manifestaciones de enojo y reclamo de los universitarios de todo el estado, que le exigen justicia para sus compañeros muertos, ejecutados violentamente en días recientes, sólo atinó decir a un reportero que lo enfrentó en plena protesta, que la mejor opinión que le merecen las protestas de estudiantes, es que "celebra que los jóvenes se organicen, celebra una universidad pública, viva, ¡viva!, no controlada, no manipulada." Y nada más. ¡¿Una universidad pública viva?! ¿en serio? Que lamentable, sarcástica y paradójica respuesta para los que reclaman, precisamente, justicia por los universitarios muertos. A decir del medio digital pueblanlinea.com, el grito de ¡"si no puedes, renuncia"! fue la consigna más sonada en esta multitudinaria marcha de 150 mil universitarios. Como en el caso de la próxima marcha de las mujeres, ¿tampoco tenía esto en mente el señor Presidente Andrés Manuel?
Hace no mucho, denuncié en un espacio similar a este, las amenazas de que están siendo objeto, por parte del gobernador Miguel Barbosa, mis compañeros antorchista del estado de Puebla, amenazas que, de cumplirse, atentarían contra la libertad, - y tal vez contra la vida -, de los principales dirigentes del Movimiento Antorchista en el estado, y gran parte del país. ¿Qué fue lo que despertó la furia de Barbosa contra Antorcha? Nada, solamente la iniciativa de sus dirigentes, de promover la necesidad de la creación de un nuevo partido político en Puebla, de una verdadera alternativa política para los más pobres, de la creación del MAP. A principios del mes de febrero, el Instituto Electoral del Estado IEEP, negó, con argumentos deleznables, el derecho al MAP a ser partido político. Los promotores del MAP se inconformaron, se manifestaron y apelaron al Tribunal Electoral del Estado. Y es precisamente en todo este lapso del proceso, cuando Barbosa arremete, con sus plumíferos de cabecera, contra los antorchistas poblanos. Y la amenaza es clara: o renuncian a la iniciativa del partido, o cárcel para los dirigentes. ¡Que lamentable estado el de la vida democrática poblana, bajo la bota de Barbosa!
Hace algún tiempo leí en algunos diarios, que en alguna de sus mañaneras el Presidente López Orador dijo que, cuando el pueblo dejara de quererlo, lloraría y se iría a su rancho ubicado en Palenque, Chiapas. Luego de las rechiflas y abucheos que recibió en su tierra natal, no estaría mal que tomara muy en cuenta su dicho, México está dejando de quererlo, y por lo visto de los universitarios poblanos, a Barbosa también. ¡Corrijamos el rumbo de la patria, ya es hora!
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