Una vez más ha quedado en evidencia la esencia de la ideología política que gobierna a nuestro país. El partido político del cual cuyo eslogan parece haber quedado en el olvido conforme pasó el tiempo, con la misma facilidad con la que un castillo de arena es derribado, ha vuelto a enseñar los dientes tal cual perro bravo al ver que las cosas no salieron como esperaba.
El pasado 17 de abril, la Cámara de Diputados rechazó la polémica reforma eléctrica propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, porque la iniciativa no alcanzó los dos tercios necesarios (332 votos) que requería para ser aprobada.
En el portal de internet del medio de comunicación Alto Nivel se publicó una nota en la que se puede leer lo siguiente: “La reforma constitucional en materia eléctrica propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador fue desechada la noche de este domingo con 223 votos en contra y 275 a favor, por lo que el mercado de generación de electricidad en México, que se rige por los principios de competencia y libre concurrencia, con la participación de la iniciativa privada, permanecerá tal y como se dispuso en la reforma de 2013”.
Más adelante se puede leer con mayores detalles las modificaciones que se hubieran hecho, en caso de haber sido aprobada dicha reforma: “El dictamen, que modificaría cuatro artículos de la carta magna, planteaba regresar el monopolio de la generación y comercialización eléctrica a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y cancelar todos los contratos que en esta materia tienen diversas empresas. También preveía desaparecer la Comisión Reguladora de Energía, la Comisión Nacional de Hidrocarburos, y los Certificados de Energías Limpias”.
Para mi sorpresa, lo que sucedió después rebasó las expectativas de la faramalla que visualizaba; el rechazo de la iniciativa provocó el enojo de los morenistas a nivel nacional, a tal grado de que el discurso presidencial atacó con todo a los opositores a la reforma.
El portal de internet de La Jornada el 21 de abril del año en curso, publicó una nota titulada “Traidores a la patria, quienes votaron contra reforma eléctrica: AMLO”, donde el presidente se lanzó con todo. “El presidente Andrés Manuel López Obrador respaldó que se les llame traidores a la patria a quienes votaron en contra de la reforma constitucional en materia eléctrica, y recordó que ese concepto está tipificado en el código penal, con cárcel hasta por 40 años”.
Más adelante en la nota ya mencionada se puede leer: “Aclaró que, si bien no planea denunciar a nadie, cada quien debe hacerse responsable de sus actos, pero que no se rasguen las vestiduras diciendo ‘no quiero que me digan traidor’ cuando consciente o inconscientemente ayudaron a las empresas extranjeras que buscaban destruir a la empresa pública Comisión Federal de Electricidad y dañar a millones de mexicanos y pregúntenles a los españoles cómo les va con Iberdrola”.
Las declaraciones que AMLO ha dado en su lugar más sagrado y en donde se cree omnipotente; en sus conferencias mañaneras, sobre el tema que en párrafos anterior mencioné, tuvo una resonancia en todo el país a través de quienes creen ciegamente en su persona, creando una campaña en contra de quienes votaron en contra de la reforma.
Me llamó mucha la atención que, en Colima, los funcionarios morenistas han replicado ese discurso masivamente a través de redes sociales. Lo anterior incluye a la gobernadora de Colima, Indira Vizcaíno, quien exhaustivamente ha mencionado que lo sucedido es una traición que el país no olvidará.
“El pueblo de México no olvidará, no olvidaremos, la traición de ayer de algunas diputadas y diputados federales que sólo representan los intereses del PAN, del PRI, de MC, y de las empresas extranjeras, antes que los intereses de las y los mexicanos y de nuestra nación”, dijo.
Ahora bien; en Colima hay un rompimiento en el tejido social provocado por las problemáticas en materia de vivienda, empleo, salud, seguridad, entre otras. Como es bien sabido, el desabasto de medicamentos ha generado una inconformidad entre la población, pues es un derecho que no se cumple del todo bien, lo cual no debería ser así.
Y no se diga de la ola de violencia en la que se está ahogando la sociedad colimense, pues a diario se reportan hechos delictivos que terminan con varios asesinatos y, como lo dije en un texto que escribí hace unas semanas, esta situación ha escalado niveles que ni los ojos más añejos en Colima habían observado algún escenario de tal magnitud.
Preocupante es que, a las problemáticas que afectan directamente al pueblo colimense no se les ve un final próximo, solo dan pinceladas de esperanza y eso es una falta de respeto para quienes confiaron en el proyecto estatal que actualmente gobierna.
Según lo documentado por la titular del Poder Ejecutivo estatal, Indira Vizcaíno, ha realizado alrededor de 40 viajes a diversos estados; ausentándose de Colima ya sea para asistir a eventos con el presidente de la república, entre otras reuniones oficiales.
¿Qué ha ganado Colima con los viajes que ha hecho su gobernadora? El problema no es que ella salga de la entidad tantas veces, el asunto es que no ha dado a conocer con lo que se beneficiará el Estado con ello. Ahí radica la inconformidad de muchos colimenses, pues mientras vivimos con un amplio abanico de problemas y un descontento social, la señora gobernadora se la pasa engrandeciendo su imagen en tierras lejanas.
Recuerdo cuando a la administración pasada se le reclamaba que el mandatario estatal se la vivía en los aviones, mientras los problemas consumían la tranquilidad de los colimenses, y también recuerdo que Vizcaíno Silva, era una de las principales que reprochaba eso. Por eso, nunca digas de esta agua no beberé.
Termino mi participación con lo siguiente. A grandes rasgos expliqué la situación que vivimos en Colima, pero hay algo que me ha dado muchas vueltas en la cabeza, es que no entiendo que, para asuntos promovidos por AMLO, muchos simpatizantes a su ideología que son servidores públicos han mostrado su inconformidad, pero cuando son temas que impactan directamente a la población colimense y que, sobre todo, exhiben el raquítico trabajo hecho por la administración estatal, hay un silencio total. Que no se les olvide que si están en algún puesto público es por los colimenses y son a ellos a quienes le deben de rendir cuentas. Ni más ni menos.
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