MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Más a la derecha que el nazismo?

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Dentro del razonamiento del ser humano, hay un concepto que en el medio periodístico se conoce como “proximidad”; esto quiere decir, en pocas palabras, que lo que ocurre cerca de nosotros toma mayor relevancia que lo que ocurre en otro país al otro lado del mundo, o incluso, lo que ocurre en otro estado. Sin embargo, y muy a pesar nuestro, existe también la dialéctica que bien entendida y aplicada reestructura nuestro pensamiento sobre la realidad, llegando entonces a comprender algunas de sus leyes más importantes: la concatenación universal y las causas y efectos de los fenómenos, ya sean estos naturales o, como en este caso, sociales.

La primera ley (la concatenación universal), nos ayuda a entender que todo lo que pase, está relacionado; existe una interacción mutua entre los fenómenos; y esto se relaciona la segunda ley (la causalidad), que nos dicta que de una u otra forma lo que ocurre cerca de nosotros o lo que ocurre del otro lado del mundo, va a terminar influyendo sobre nosotros, negativa o positivamente, y esto incluso cuando nos negamos a enterarnos de qué es lo que pasa, pues al contrario de muchas cosas, la realidad, sigue siempre su curso, independientemente de si lo queremos o no.

¿Hay acaso algo más a la derecha que el nazismo, el que ellos representan en Europa y apoyan en Ucrania?

Comienzo hablando de estos “términos”, por llamarlos de alguna manera, porque creo que es importante analizar y entender lo que está pasando en el mundo; me refiero en este caso específicamente a cómo la llamada ultraderecha está ganando terreno en Europa.

La Unión Europea está conformada por 27 países (Alemania, Bélgica, Croacia, Dinamarca, España, Francia, Irlanda, Letonia, Luxemburgo, Países Bajos, Suecia, Bulgaria, Eslovaquia, Estonia, Grecia, Malta, Polonia, República Checa, Austria, Chipre, Eslovenia, Finlandia, Hungría, Italia, Lituania, Portugal y Rumanía).

Esta unión se autodescribe como “una organización que abarca numerosos ámbitos políticos diferentes, desde el clima, el medio ambiente y la salud hasta las relaciones exteriores y la seguridad, la justicia y la migración.” Eso viene a cuento porque hace unos días, derivado de la más reciente reunión en Italia del G7 (Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos). Los más grandes medios de comunicación cabecearon la mayoría de sus notas dando a conocer que las extremas derechas nacionales ganaban terreno en el parlamento europeo. Pero veamos un poco más de cerca la situación de los países que han atraído la atención mundial: Francia, Alemania e Italia.

Empecemos por Francia. El presidente Emmanuel Macron, aquel que por marzo de 2023, por sus reformas de aumentar los años de jubilación a trabajadores, provocó multitudinarias manifestaciones –y que es en nuestros días en Europa el más vociferante y rabioso promotor de la guerra en Ucrania contra Rusia–, decidió el 9 de junio disolver el parlamento (la Asamblea Nacional), esto, después de que su partido (Renacimiento) fuera aplastantemente derrotado por la oposición en las elecciones al parlamento europeo.

“Según las proyecciones iniciales, el partido de ultraderecha Agrupación Nacional (RN) se impuso con el 31,5% de los votos, más del doble que Renacimiento, que pasó al segundo lugar con el 15,2% de los votos” (CNN, 9.6.2024). Esa oposición, calificada de ultraderecha, es encabezada por Marine Le Pen, quien en años anteriores se ha postulado a la presidencia de Francia, siendo derrotada por Macrón, y ahora ella lo vence en las elecciones al parlamento europeo.

Ante este fracaso, Macron disolvió la Asamblea Nacional y convocó a elecciones extraordinarias. Lo interesante aquí es que, de ganar nuevamente Le Pen, compartirá el poder con Macron, quien seguirá gobernando hasta 2027. Pudiera parecer que no hay problema alguno, pues si a Le Pen se le ha catalogado como de ultraderecha y Macron es abiertamente de derecha, podrían llevar la fiesta en paz, pero no olvidemos que han existido antiguos vínculos de Le Pen con Rusia. En marzo de 2017, medios de comunicación como El diario de España, BBC, El País, El Mundo, El Economista, entre otros, daban a conocer que Le Pen había sido recibida por el presidente ruso, Vladimir Putin, en el Kremlin. ¡Alerta número 1!

En Alemania también le fue mal a los guerreristas que atizan el conflicto y arman a Ucrania contra Rusia. En las elecciones al parlamento europeo el partido derechista del canciller Olaf Scholz, el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), sufrió una dolorosa derrota (igual que su compañero de armas en Francia), acción por la que varios líderes alemanes le exigieron hacer lo mismo: disolver el parlamento, a lo cual, por cierto, se ha negado. Pero no perdamos de vista que, junto con Macron, Sholz es el otro belicoso promotor de la guerra en Ucrania. Y también apoya a Israel: el medio es.euronew.com, dio a conocer que las exportaciones de armas de Alemania a Israel se han multiplicado ¡por 10!, de 2022 a la fecha, lo que le valió a Olaf la desaprobación y el abucheo en un mitin de su propio partido. Agreguemos a esto que ya se anunció que el próximo 23 de junio el canciller alemán se reunirá con el presidente argentino, el ultraderechista Javier Milei. ¡Alerta número 2!

¿Y en Italia? Ahí, en las elecciones al parlamento europeo, la primera ministra Giorgia Meloni se impuso claramente al posicionarse con un 28.6%. Meloni durante toda su carrera política ha sido asociada con la Liga Lombarda y, sobre todo, con quien fuera su padrino político, Silvio Berlusconi quien defendió la posición del Kremlin cuando comenzó la invasión de Ucrania: "A Zelenski le bastaba con dejar de atacar a las dos repúblicas autónomas de Donbás y esto no habría ocurrido, así que juzgo muy negativamente el comportamiento de este señor”, fueron las palabras de Berlusconi, quien, además, dicho por el mismo Vladimir Putin en una entrevista con El Mundo, era el primero de los cinco amigos del presidente ruso. ¡Alerta número 3!

Las cosas, pues, como hemos visto, no están como para tomarse al pie de la letra. Pues resulta ahora, que aquellos gobernantes que han apoyado vehementemente a los nazis ucranianos y su líder Zelenski, han decidido catalogar a sus oponentes como de ultraderecha, pero, perdón por mi duda: ¿hay acaso algo más a la derecha que el nazismo, el que ellos representan en Europa y apoyan en Ucrania?

Pero como dijimos al principio, lo que pase en el mundo, tarde o temprano repercutirá en nosotros; y con este texto fatigado de viajes, con palabras tachadas y sustituidas, con frases desamparadas, con tinta gastada, con tanto papel roto; en fin, con lo que se conoce como el tormento de la obra o la tortura de la creación, estaremos atentos para seguir estudiando de cerca el fenómeno, conforme se destapen las verdades sobre el resurgimiento o no de la ultraderecha y su posible avance en el mundo, y su correlación con la falsa izquierda; y veremos evidentemente, lo que en los próximos días podría ocurrir con esta “ultraderecha” en Alemania, Francia e Italia, una ultraderecha que difícilmente puede estar más a la derecha que el cuarteto nazi Macron, Scholz, Biden y Netanyahu. Cuidado, pues, con la geometría política simple.
 

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