En el nuevo ciclo escolar que está por iniciar, la Presidencia de la República pondrá en marcha su ya famosa Nueva Escuela Mexicana, que consiste entre otras cosas en cambios radicales a los libros de texto gratuitos para la educación básica.
Como todos sabemos, los nuevos libros de texto han sido objeto de polémica: algunos especialistas en materia educativa y científicos sostienen que se trata de una improvisación más de la Cuarta Transformación, que realiza cambios sin saber para dónde debe encaminar el modelo educativo para lograr un México educado, sin analfabetismo, con personas especialistas en ciencias sociales y naturales, proceso que inicia desde la niñez, que en unos años nos conducirá a ser un país que desarrolle la técnica e impulse nuestra economía. Otros, como el presidente del país y sus secuaces, defienden los libros de texto y dicen que no dará marcha atrás en la entrega de ellos en todas las primarias del país.
Antes de retomar las opiniones de especialistas sobre los nuevos libros de texto gratuitos, quiero destacar que estos materiales elaborados por el gobierno de López Obrador no son comunistas, ni enseñan el marxismo ni nada parecido a ello. Varios periodistas ignorantes u opinadores, con más saña que ideas, han dicho que se trata de la nueva educación comunista que Morena le quiere dar a los niños. Pero esa es una mentira gigante, que no se sostiene en la realidad.
Los libros no son comunistas por dos razones: la primera razón es que Morena no está formada por gente comunista, ni marxista y, por lo tanto, no pueden enseñar lo que no saben. Decir que los libros son comunistas es una forma de atacarlos usando para ello a los fantasmas de antaño, los fantasmas de la Guerra Fría de la segunda mitad del Siglo XX.
La segunda razón es que el marxismo es una forma de analizar la realidad (la sociedad, la naturaleza y el pensamiento) de manera científica, es decir, con los mayores avances en la ciencia hasta el momento. Pero a los nuevos libros de texto gratuitos justamente lo que les hace falta es la ciencia. Esa es justamente la crítica que le hacen a los libros los especialistas en materia educativa, que no son marxistas ni por error.
Los libros no son comunistas por dos razones: la primera razón es que Morena no está formada por gente comunista, ni marxista y, por lo tanto, no pueden enseñar lo que no saben. Decir que los libros son comunistas es una forma de atacarlos usando para ello a los fantasmas de antaño
Ahora sí, retomo un texto de Irma Villalpando publicado el 26 de julio en la revista Nexos, que se titula Los nuevos libros de texto gratuitos: un enorme retroceso. Ahí, la especialista sostiene: Los nuevos “libros de texto gratuitos están llegando a las escuelas y con ello hay evidencia concreta de lo que se anunciaba anticipadamente en redes sociales gracias a múltiples filtraciones de dichos materiales: existe un enorme retroceso en la calidad de los mismos”. Y es que “en las aulas mexicanas, el libro de texto representa, de entre todos los materiales educativos, el de mayor relevancia. Para los aprendizajes de Matemáticas, ciencias, Español o Historia, los docentes acostumbran a diseñar su plan de clase tomando como insumo central los libros de texto”.
En Matemáticas, sostiene: “Al revisar los libros de primero a cuarto grado observo una disminución drástica en el número de temas de aprendizaje matemático. Para el caso de primero de primaria, Raúl Rojas González y David Block han documentado tanto el déficit de temas matemáticos como los errores conceptuales en su abordaje. En Matemáticas tenemos poco y malo”.
Sobre la literatura, dice Irma Villapando: “Ante la urgencia de resaltar el retroceso en Matemáticas poco se ha dicho sobre lectura, otro dominio que se debilitó con los nuevos libros de texto. Tomemos el ejemplo del libro de lecturas de tercero de primaria que va de salida. Tiene en su contenido una muy buena y didáctica compilación de grandes plumas como García Márquez, José Martí, Sor Juana Inés de la Cruz, Leopoldo Lugones” y varios otros como Amado Nervo, Antonio Machado, Oscar Wilde, Cervantes o León Tolstói. “En contraste, el nuevo libro de Múltiples lenguajes, que debería recoger y enriquecer el disfrute y la apreciación de la literatura, tiene únicamente seis textos literarios de autores contemporáneos poco conocidos. (…) La literatura en la etapa infantil es una de las áreas de mayor importancia para procurar el vínculo de los niños y las niñas con el mundo. A través de los cuentos, historias, poemas o fábulas es posible ensanchar la comprensión de lo que somos y queremos ser los seres humanos. La lectura no únicamente amplía la riqueza cultural sino potencia nuestras habilidades cognitivas y emocionales”.
Finaliza diciendo la investigadora: Los nuevos libros de texto gratuitos no tienen “cimientos en lectura y Matemáticas” y “debilitan para siempre la capacidad cognitiva de los estudiantes y su desarrollo para ser críticos, para crecer como personas, para ayudar a sus comunidades y para mejorar las condiciones sociales y económicas de sus familias y su entorno”. Son libros que no ayudan, sino que empeoran la calidad educativa en el país.
Urge una nueva política educativa que analice cómo estamos actualmente en educación y que implemente un plan educativo que nos convierta en una nación desarrollada, para poder acabar con la pobreza que existe en el país.
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