Anteriormente el deporte universitario iba ligado con los estudios académicos, los maestros y entrenadores se enfocaban en que todos los atletas fueron alumnos integrales en el ámbito académico y deportivo.
Hoy en día los universitarios que, al mismo tiempo, son deportistas de alto rendimiento, muchas veces se enfocan más en ver qué universidad les otorga una beca más alta o “paga” más dinero por ellos, en lugar de que se interesen en la carrera que quieren estudiar y que vaya de la mano con el deporte que practican; en ocasiones se venden al mejor postor como si fueran una mercancía, pensando que solo necesitan el deporte para salir adelante, dejando de lado el estudio.
La actividad física y deportiva es un componente de la formación integral del estudiante, este es un aspecto importante recogido en el artículo 61 del Estatuto del Estudiante Universitario (Real Decreto 1791/2010).
El deporte como la actividad física fomenta la autoconfianza, la interacción social y la integración; el ser deportista no impide ser un buen estudiante, el practicar algún deporte en alto rendimiento y llevarlo de la mano con el estudio hace una persona integral, el deporte potencializa habilidades motrices y mentales, la solución de problemas en la vida diaria.
Las universidades en lugar de enfocarse en solo darles apoyo económico a los atletas deberían preocuparse también por elevar su calidad académica, para también potencializar su nivel en el área laboral
Las universidades que tienen como objetivo la formación de equipos competitivos, maestros y entrenadores de alta calidad, como el Instituto Deportivo “Salvador Díaz Mirón” (IDSDM), saben los problemas o las dificultades que tienen los atletas académicamente y el problema es que no todas las universidades y maestros intentan atacar el problema, solo se enfocan en tener su sueldo y no en el desarrollo del alumno, el trabajo de ellos es estar en la disposición de apoyar al alumno independientemente de las clases regulares, saber que para tener resultados en un ámbito se debe llevar de la mano el otro, tener claro que los resultados van ligados uno con otro, el querer hacer deportistas de alto rendimiento, pero también excelentes maestros y entrenadores deportivos.
Las universidades en lugar de enfocarse en solo darles apoyo económico a los atletas deberían preocuparse también por elevar su calidad académica, para también potencializar su nivel en el área laboral. Algunos de los atletas por el hecho de enfocarse solo en tener resultados deportivos descuidan su formación profesional y terminan desertando de sus estudios universitarios, lo que los lleva a perder su trayectoria deportiva igualmente.
La tutoría es un elemento de calidad que se debe incorporar a la docencia universitaria, sobre todo si se tiene en cuenta que cada vez se requiere más apoyo y atención para promover el aprendizaje y garantizar el seguimiento del proceso formativo de los estudiantes (Álvarez y Lázaro, 2002).
Es aquí donde nosotros los maestros y entrenadores debemos entender bien en nuestro papel, el explotar de manera eficiente al atleta, para que el día de mañana sea un deportista de alto rendimiento y de igual manera un excelente profesionista.
Maestros y entrenadores hay que enfocarnos realmente en lo que hará un cambio en los alumnos, en los atletas, hacer bien nuestro trabajo, no esperar solamente recurso económico a cambio, si no tener la satisfacción de saber que tú influiste en el desarrollo de una persona y que fuiste parte de su crecimiento tanto laboral como deportivo.
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