¡Sí, es necesario! Es urgente que el pueblo trabajador lea y estudie la revista Buzos cada semana, porque se escribe, edita e imprime para el pueblo que quiere erradicar el hambre y la pobreza.
Los campesinos, obreros, las amas de casa, los estudiantes, universitarios y maestros deben estudiar su contenido, analizarlo, hacerlo parte de su pensamiento y entender que es la prensa de los trabajadores, que no busca enriquecer a sus dueños (que son igual de pobres que hace 25 años o quizá un poco más), sino analizar los problemas de cada comunidad y ciudad del país y del mundo. Y, sobre todo, darles una solución racional, seria y con fundamentos científicos.
Buzos es libre y sus lectores se lo agradecemos, porque eso implica que sus escritos buscan cambiar a este país tan pobre, desigual, hambriento, inseguro en extremo, sin salud pública, sin escuelas, sin trabajo y sin salarios buenos.
Estas líneas no son publicidad pagada, no. Porque Buzos no tiene dinero para pagarse comentarios en su favor y yo no tengo ganas de cobrarles mis comentarios, que nacen de un sencillo análisis sobre la realidad mediática actual.
La prensa independiente y popular, la que no se ha sometido al poder estatal de la 4T morenista (antes priista o panista, o, por decirlo con más claridad, del capitalismo de mercado), está en su mejor momento para sembrar sus profundas ideas en la mente de un pueblo que se está cansando de estar marginado, hambriento, con sed de justicia y esperando una rebelión. A esa prensa, poca en México, pertenece la revista Buzos.
La prensa nace como una defensa de los sometidos contra el poder del Estado, como una forma en que la clase oprimida impulsó sus ideas de rebelión entre los pueblos explotados. Así podemos leer aún la obra de grandes periodistas en México, como don Ignacio Ramírez “El Nigromante”, del excelente prosista Martín Luis Guzmán, de don Rafael F. Muñoz o John Kenneth Turner (no mexicano, pero fundamental) y de Aquiles Córdova Morán, el genio del proletariado moderno.
Todos ellos fueron y son fundamentales en la prensa revolucionaria de sus épocas. Pero el capitalismo, el sistema burgués de explotación, compró a la prensa (radio, televisión y escrita) y es ahora el arma de guerra de las clases dominantes para lavarle el cerebro a las clases dominadas.
La prensa está completamente monopolizada, centralizada. No hay libertad de opinión. La prensa mexicana está completamente controlada: desde los intereses económicos de los empresarios burgueses y del gobierno de todos los niveles se le dice qué se publica y cómo se publica.
La prensa, que fue arma de lucha de las revoluciones y que logró organizar a millones de explotados para cambiar los sistemas sociales, con el sistema capitalista se ha convertido en una mercancía que se vende sin problemas.
¿Y quién la puede pagar? El pueblo pobre no puede pagarle a la televisión, a la radio o a los diarios impresos más importantes, porque son muy caros y sólo le sirven a los grupos económicos de sus dueños.
Los colonos, obreros y campesinos no pueden pagar notas o desplegados sobre las carencias de servicios básicos en sus colonias, la explotación bestial en las fábricas o la miseria que hay en los campos.
Los estudiantes no pueden pagar un reportaje que hable sobre las carencias de salones, baños, salas de cómputo, laboratorios, salas de arte o canchas en sus escuelas.
Las notas, las entrevistas y los reportajes cuestan mucho dinero y el 99 % de la población no puede pagarlas. ¿A quién le sirve la prensa, entonces? A los empresarios y al gobierno mexicano.
Ellos, desde luego, sí pueden pagar notas en la prensa digital, entrevistas en la televisión “con los mejores periodistas”, spots en la radio, chismes en las columnas de los “grandes diarios” y usar a la prensa a su gusto, para mentir a gusto.
¿No fue esa la estrategia de las mañaneras de López Obrador? ¿No es esa la estrategia de las “mañaneras del pueblo” de Claudia Sheinbaum? ¿No es esa la estrategia de los gobiernos estatales, sobre todo de Morena, que le copiaron al “Peje” la misma fórmula? ¡Claro que sí!
Salen todos los días muy trajeados, con un sinfín de secretarios inútiles que los acompañan, para decir “sus verdades” al estilo del famoso Joseph Goebbels, propagandista de Hitler: mintiendo una y mil veces. Y la prensa difunde “esas verdades”, previo pago de dinero contante y sonante.
Contra toda esa prensa del capital debe luchar la prensa independiente, como la revista Buzos, que ¡ahora cumple 25 años!
Buzos no ha sobrevivido ni se ha enriquecido jamás de la publicidad gubernamental ni empresarial. Esa es una diferencia con los medios burgueses, porque depender del dinero del gobierno o de las empresas implica defender los intereses de esos gobiernos y empresarios.
El genio de la revolución proletaria Carlos Marx (también periodista y colaborador de la prensa de Europa y Estados Unidos) escribió en 1842:
“Es cierto que el escritor debe ganarse la vida para poder existir y escribir, pero no debería existir y escribir para ganarse la vida… La primera libertad de la prensa consiste en estar libre de comercio. El escritor que degrada la prensa a la categoría de medio material merece, como castigo de esa esclavitud interna, la esclavitud exterior, la censura; o, mejor aún, toda su existencia ya es un castigo”.
Buzos es libre y sus lectores se lo agradecemos, porque eso implica que sus escritos buscan cambiar a este país tan pobre, desigual, hambriento, inseguro en extremo, sin salud pública, sin escuelas, sin trabajo y sin salarios buenos. Es decir, luchar contra la pobreza y el hambre, que es el mal que nos pesa a por lo menos 100 millones de mexicanos.
Buzos crece en años y en el número de impresos con el descontento que se va generando en México, crece porque encontró lectores identificados con sus argumentos, que se sienten defendidos; crece porque tiene un gran cuerpo de agentes de difusión en todo el país que es envidiable, porque es un cuerpo de repartidores que lleva la revista a las colonias de todas las ciudades y a los lugares más alejados, a los pueblos, ranchos y comunidades en donde no llega ninguna prensa, salvo Buzos.
He visto a grupos de colonos o campesinos los sábados o domingos reunirse temprano para estudiar algún artículo de Buzos. He visto a jóvenes de prepa y universitarios reunirse en una sala para leer a los columnistas de Buzos.
He visto a gente en los restaurantes ir al anaquel de la revista a tomar una, dos o tres y llevársela para leerla, ¡porque en varias tiendas se regala! ¿Conoce usted un medio que logre lo mismo que la revista Buzos? Yo tampoco.
Muchas revistas dejan de existir cada año porque sus contenidos no son del agrado de la gente y no se venden, salvo con la publicidad gubernamental. Buzos sobrevive gracias a lo contrario: no necesita padrinos con dinero y la gente la compra con gusto porque su contenido refleja los problemas de la realidad nacional.
Hoy son 25 años bien cumplidos, gracias a la excelente dirección del Ing. Pedro Pablo Zapata Baqueiro y su consejo editorial. Pero le falta una vida más larga aún, porque será, lo sé de cierto, la revista de la revolución social de México que vendrá.
¡Gracias a todos los que hacen Buzos! ¡Enhorabuena!
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