Es necesario mencionar las causas ajenas a las familias hermosillenses que las obligan a tener que vivir en zonas irregulares; no hay un plan de adquisición legal de lotes a bajo costo para todo aquel que lo necesite, son fatigosas las trabas burocráticas para regularizar un lote, no hay un plan de crédito para adquirir vivienda de interés social para las familias de muy bajos ingresos, la vivienda de interés social es de mala calidad, muy cara y no todas las familias las pueden adquirir, el municipio no ha intervenido enérgicamente conforme a la ley para reasignar todas las viviendas deshabitadas, hay miles de viviendas abandonadas y por otro lado miles sin vivienda: es la otra cara de la misma injusticia.Siempre ha estado en manos de las instituciones gubernamentales resolver el problema de la vivienda en los últimos años, pero lo han dejado en manos de las inmobiliarias privadas y éstas han hecho negocio; por otro lado, las instituciones han desprotegido al pueblo dejándolo a su suerte para que resuelva su problema invadiendo predios y habitándolos.Como estamos viendo, tarde o temprano, regresa a las instituciones, municipales, estatales y federales, el problema es cada vez más agudo, con diferente forma, tanto de las inmobiliarias como de las invasiones populares, demandando solución.El responsable último es el gobierno de resolver los problemas de vivienda, independientemente de los funcionarios en turno y de color partidario.
Hasta ahora no se ha resuelto el problema de la vivienda popular, en beneficio de todos aquellos que la necesitan.Gobiernos van, vienen y se vuelven a ir, dándose el lujo de no resolver las necesidades sociales de las colonias populares, como la regularización y la introducción de los servicios básicos, en Las Tres Reinas y en decenas de colonias y ejidos.Por si esto fuera poco, tienen el cinismo de regresar cada tres años a pedir el voto y con descaro prometerles las mismas promesas incumplidas.Esto suena irrisorio, parece increíble, pero es cierto, porque los ciudadanos por décadas hemos permitido que nos prometan todo y al mismo tiempo nada, porque nunca nos dicen cuándo, cuánto, dónde, quiénes y que se firmen compromisos verificables.Debemos darnos cuenta de esto, vecinos, ahí reside nuestra primera debilidad segunda, los vecinos a la hora de ir a solicitar que se cumpla lo prometido en campaña, unos muestran interés, otros no, otros hasta acusan de revoltosos a los que luchan; así ningún pueblo conseguirá nada y seguirá siendo presa fácil de la manipulación; tercera debilidad, cuando se trata de un problema que hay que resolver como colonia, una jalan para la derecha, otros a la izquierda, para delante y otros para atrás, algunos solo critican y hablan sin jalar para ningún lado: esta falta de unidad los funcionarios la han aprovechado astutamente; cuarta, caer en la trampa de creerles a los funcionarios de antes y ahora el que te digan, "ya mero… mañana… en un mes… en tres meses… sólo me falta la firma…", pero nosotros ante tanta jugada y vacilada, debemos creerles hasta que nos muestren avances concretos, cómo, cuánto, cuándo, quiénes y costo, de lo contrario solo son buenas intenciones y cantos de sirena para endulzar el oído de los peticionarios y mantenernos ilusionados como unos ingenuos, pensando que la luz y regularización llegan mañana; quinta debilidad, ver nuestra lucha con una dosis de egoísmo y creer que los problemas de nuestras colonias los resolveremos aisladamente, separadamente e las demás colonias, de los demás grupos de humildes como nosotros, no nos hemos dado cuenta que el apoyo mutuo entre vecinos de varias colonias aumenta nuestra fuerza y la posibilidad de obligar, civil y legalmente, a las autoridades a que resuelvan nuestras necesidades.Duele decirnos nuestras debilidades, pero cuando las concienticemos y aceptemos, habremos de dar un gran salto hacia nuestra propia liberación y desarrollo como vecinos.
Hasta ahora, vivir con gran disponibilidad de agua potable, energía eléctrica, drenaje, pavimentaciones y espacios recreativos en Hermosillo es un privilegio que los pobres no podemos darnos; por razones jurídicas, económicas y políticas, durante años varias administraciones municipales y estatales, emanadas de diferentes partidos políticos (PRI, PAN, MORENA) han prometido resolver en la colonia Las Tres Reinas, el problema de fondo que es la regularización del predio donde habitan más de 700 familias humildes, pero hasta ahora no hay ningún avance palpable, significativo y visible, solo pronunciamientos generales que nos llevan a concluir que no hay nada concreto.
Pero eso no es lo peor, lo más grave es que cuando cuestionamos a las autoridades acerca de por qué no dan datos concretos, con proyectos, cifras y cantidades, reaccionan como gorilas sin banana, encolerizados porque queramos saber más.Es que de promesas generales estamos hartos y esa forma de gestión nos ha llevado a no avanzar durante años; a pesar de todas las transformaciones que nos prometieron, sigue siendo más de lo mismo.Los funcionarios que están encargados de las dependencias responsables de regularizar predios, no han presentado avances palpables, tal es el caso de Sindicatura municipal, que al frente tiene al Prof.Fermín González, quien la ha jugado de torero, papel que seguirá jugando mientras en las colonias haya ciudadanos que les crean sus discursos huecos y hacer creer a los ciudadanos que hay grandes avances, pero nada de eso es cierto y, si no, a los hechos.
Desde que inició hace dos años la administración morenista, los vecinos hermosillenses, obligados por las precarias condiciones que viven, nuevamente ingresaron su solicitud al ayuntamiento, porque ahora sí serían primero los pobres.Eso aumentaba la esperanza de que se le dieran trámite a su petición y se resolvieran más pronto sus necesidades; pero, para muestra basta un botón, poco a poco nos vamos dando cuenta que este gobierno es la misma gata de antes solo que revolcada, que en Hermosillo en los hechos no se aplica el lema de primero los pobres, que el gobierno a dos años de administración se está convirtiendo en la desesperanza de los que menos tienen, no vemos acciones donde se les apoye a los desposeídos y más necesitados, violando el mandato popular y los derechos humanos universales.Los gobiernos están obligados a jalar parejo, sin protagonismo, ni simulaciones contra el rezago social en la que está sumergido nuestro pueblo; los funcionarios honestos de todos los niveles deben saber que nuestro mayor enemigo común, de ellos y de Antorcha, es la lacerante pobreza.Nosotros, por nuestra parte, luchamos desde hace 47 años contra ese mal, siempre les hemos exigido a los gobiernos trabajar por los que menos tienen y si no lo hacen, el pueblo debe ser el arreador de todos esos burócratas que no le dan resultados, les guste o no.
Este escrito no está elaborado por simpatía política partidaria, ni porque queremos llevarnos la medalla, nuestra tarea histórica es señalar los caminos y formas que el pueblo debe tomar para vivir mejor, trabajando, gestionando y resolviendo sus demandas y cuando vemos lentitud y manejos astutos, mañosos, poco claros acerca de nuestras problemáticas en las colonias, salimos a denunciar tales actos de quien sean.Compañeros y amigos hermosillenses, llevamos 2 años de esperar resultados palpables en beneficio de nuestras colonias, pero lo único que hay es mucho ruido pero pocas nueces, como reza el dicho popular; por eso hemos decidido salir a las calles a denunciar a nuestras autoridades municipales y lo seguiremos haciendo, con lonas, volantes y en los medios de comunicación, es la única opción que nos han dejado, nadie podrá acusarnos de impacientes o radicales exigentes, nuestra lucha es justificada, las demandas ahí siguen pendientes.Si hoy la alcaldesa no tiene tiempo para atendernos, la esperaremos en las colonias cuando vaya a pedir nuestro voto y ahí le exigiremos que cumpla, los funcionarios se van, pero el rezago social ahí sigue y mientras ahí siga, ahí estará Antorcha presente, porque somos la voz de los olvidados.Adelante compañeros, nunca olviden que nuestra fuerza reside en nuestra unidad e intensa lucha.
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