La manifestación más evidente de que la educación, desde antes de la pandemia y en tiempos de pandemia, no está dando los resultados requeridos y que está lejos de lograr el cometido de impulsar el desarrollo de nuestra nación, son las políticas que hasta la fecha se han implementado para atender el a este sector.Ni antes de la 4aT ni en su tiempo, éstas aseguran la esperanza de que millones de niños, adolescentes y jóvenes, en edad de estudiar, tengan las mismas oportunidades si, primero, no se atienden las condiciones materiales de su existencia, misma que posibilitan el surgimiento y desarrollo del pensamiento, lo que a su vez garantizaría ese desarrollo.
Desde antes del actual gobierno, la educación mexicana se halla en una encrucijada, por un lado la baja inversión que tradicionalmente se ha considerado para este sector tan importante, pero ahora se le han sumado recortes presupuestales derivados de las políticas de austeridad que, según el gobierno, so pretexto de "eliminar la corrupción" (lema de justificación para todo lo que le estorba en sus intereses), es mejor destinar los recursos de manera directa en becas y a padres de familias, a quienes éstos últimos deja en su mano la responsabilidad de la rehabilitación de las instituciones, ¿será que realmente ésta la solución? Ya los padres de familias y estudiantes y los resultados darán su veredicto.
Por el otro, el advenimiento de la pandemia que ha dejado estragos difíciles de reparar y sobre todo, ha venido a evidenciar lo que mucho se ha negado o simplemente pasaba desapercibido, pero que irremediablemente con el tiempo ha agudizado la crisis educativa nacional: desigualdad en el acceso de la educación, bajo nivel académico a nivel mundial, falta de infraestructura física, así como la tecnológica, entre otros.En fin, una serie de problemas que hace histórico el rezago educativo en nuestro país.
Suma y cuenta, la preocupación del gobierno se manifiesta en recorte presupuestal, lo que trae consigo la reducción de fondos para obras y equipamiento en escuelas.En una nota del grupo Milenio del 30 de septiembre, dice, "de acuerdo con el proyecto del Presupuesto de Egresos para el Ejercicio Fiscal 2021 presentado el 8 de septiembre por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el rubro educativo se ve impactado por los recortes presupuestales." Mientras en infraestructura educativa básica se asignaron en el presente año un total de 221.9 millones de pesos, para 2021 se calcula una transferencia por 219.2 millones (-2.8%).Lo que respecta a la infraestructura media superior se pasará de 9.2 a 9 millones (-0.1%), y en el nivel superior bajará de 200.2 a 197.7 millones (-2.5%).En términos reales el recorte se calcula en 4.5%.
La misma realidad vive el Fondo de aportaciones múltiples (FAM), que tiene como objetivo la asistencia social y la infraestructura educativa, que en su conjunto también tendrá menos dinero, pues de disponer de 748.6 millones de pesos en 2020, el próximo año recibirá 739.2 millones, es decir, 9.4 millones menos.Esto no solo afecta la infraestructura escolar, pues la partida de asistencia social en escuelas (desayunos escolares, apoyos alimentarios y de asistencia social a la población en condiciones de pobreza extrema) también se vio afectada con una reducción que va de 317.3 millones a 313.3 millones de pesos.
Y si a esto le agregamos la eliminación de los fideicomisos que está promoviendo el Gobierno federal, entre ellas el de ciencia y tecnología (62 fideicomisos), la transformación sobre la base de un desarrollo económico-social, pende de un hilo.Los científicos que el país necesita para crear las tecnologías y fortalecer la economía con la creación de nuestros propios medios de producción que nos haga independientes de la producción y economía del extranjero, será solo una utopía.
Es decir, la política económica para mejorar las condiciones para brindar educación no sólo no ha mejorado, ni es igual al periodo neoliberal, sino que van siendo cada vez de mayor precariedad, por lo que los resultados que se puedan esperar no son tan prometedores.Así las cosas, las transferencias monetarias directas, son el único estímulo que le espera a los estudiantes y padres de familia.Y ojalá esto se vea reflejado, en un corto o mediano plazo, en aprovechamiento académico de los estudiantes, si es que el Gobierno federal no quiere fallarle al pueblo que depositó su confianza ante la ya de por sí brecha educativa en la que vivía el pueblo mexicano y si realmente quiere impulsar una "cuarta" transformación que traiga consigo el desarrollo de nuestro país en beneficio de los más desfavorecidos.El tiempo dará la razón.
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