Hemos iniciado un nuevo año, y con él llegan los comicios de 2024, mismos en los que se elegirá a 20 mil 286 funcionarios; el proceso electoral más grande de la historia, pues rebasa a los de 2018 en los que se eligieron 18 mil 299. Así, el sexenio de Andrés Manuel López Obrador llega a su final, y con ello, los mexicanos tenemos la urgente necesidad de conocer qué país nos dejará.
No podemos olvidar que la frase “por el bien de todos, primero los pobres”, fue la bandera que enarboló y ha sostenido durante su mandato el presidente, pero ese sector de la sociedad, al que juró defender y cuyas necesidades dijo que resolvería, ha sido el más afectado durante todos estos años. Es, además, el que más ha aumentado en número, pues la pobreza extrema tuvo un incremento de 2.1 millones de personas, al pasar de 8.7 millones en 2018, a 10.8 millones al cierre de 2020.
Esto acarrea consigo otra revelación: los múltiples apoyos de transferencia monetaria directa que ha sostenido su Gobierno y que, dijo, también beneficiarían a los más pobres de nuestra sociedad, han sido otra gran mentira.
Abordemos aquí dos puntos importantes. En primer lugar, debe destacarse que el presupuesto para estas ayudas ha tenido un incremento en términos reales del 30 por ciento.
Según datos del portal Expansión Política, durante el gobierno del actual mandatario nacional, se ha invertido en estos apoyos un total de 6.5 billones de pesos, siendo seis de sus programas los que han tenido el mayor incremento durante su gobierno:
1. La Pensión para el Bienestar de las Personas Mayores incrementó su presupuesto 2.7 veces al pasar de 123 mil 92.2 millones de pesos, a 339 mil 341.3 millones.
2. El Programa de Becas de Educación Básica para el Bienestar, tuvo un incremento del 10 % pasando de 31 mil 733 millones a 34 mil 922 millones de pesos.
3. Las Universidades del Bienestar pasaron de mil 230 millones de pesos a mil 476.
4. El programa Sembrando Vida pasó de 18 mil 463 millones de pesos a 37 mil 136 millones.
5. Jóvenes Escribiendo el Futuro pasó de 9 mil 195 millones de pesos a 11 mil 126 millones.
6. El Programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños Hijos de Madres Trabajadoras pasó de 2 mil 413 a 2 mil 926 millones de pesos.
Y es aquí donde entra el segundo punto importante y que debemos destacar, pues esas ayudas y ese incremento no ha llegado a los hogares mexicanos más necesitados.
A pesar de las repeticiones constantes del presidente sobre que 70 % de los hogares recibe al menos un programa social, lo cierto es que, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), tan sólo el 29.7 % de los hogares reporta recibirlos.
A ello debe sumarse que en 2016, el 67 % de los hogares en pobreza extrema declaraba recibir apoyos; ya para 2020, sólo el 43 % de ese sector reportó haberlos recibido. Si tomamos en cuenta que la población en pobreza extrema aumentó y que los apoyos a ese sector se redujeron, podemos concluir que los apoyos del Gobierno no están llegando a las familias más necesitadas.
En el asunto de la salud, la situación no es diferente, pues otra de las frases de López Obrador que ya desgastan los periódicos y medios de comunicación de que convertiría nuestro sistema de salud en uno como el de Dinamarca exhibe una más de sus mentiras.
A pesar de las maniobras que ha querido difundir, lo cierto es que la población que recibió atención médica de alguna institución pública se redujo de 22.3 millones de personas en 2018 a 13.8 millones a finales del 2020. Esto trajo, por consiguiente, que se incrementara en 26 % la población que se vio obligada a acudir a los servicios de salud privada, acarreando así, un gasto mayor en salud dentro de los hogares, que cada vez ganan menos recursos. La población sin acceso a los servicios de salud pasará de 20.1 a 35.7 millones.
Pero eso, desafortunadamente, no es todo, pues debe destacarse que la población en pobreza alimentaria pasó de 27.5 a 29.6 millones; el rezago educativo pasó a afectar a 24. 4 millones, y tomemos en cuenta también que este ha sido el sexenio más sangriento de los últimos años, pues se han registrado ya más de 170 mil homicidios; superando, por mucho, a los sexenios anteriores.
Estamos pues, en la recta final de un gobierno que se ha guiado, como ha quedado demostrado, no por querer combatir y erradicar la pobreza, sino todo lo contrario: por permanecer en el poder, a costa de lo que sea, incluso si eso significa matar a su pueblo de hambre, pues prefiere seguir haciendo política e incrementar la riqueza de las minorías; de esas que se han hecho poderosas precisamente por explotar a la clase más pobre de México.
Si la población en pobreza extrema aumentó y los apoyos a ese sector se redujeron, podemos concluir que los apoyos del Gobierno no están llegando a las familias más necesitadas.
Queridos compañeros y amigos, el sexenio que está por concluir nos ha dejado grandes lecciones a todos, mismas que debemos aprovechar de manera oportuna. Nos ha enseñado y demostrado nuevamente que el único que puede luchar por liberar al pueblo, es el pueblo mismo; que un gobierno que no emane del pueblo jamás verá cómo mejorar las condiciones de vida de los más pobres.
Sobre todo, nos ha enseñado, y espero que todos lo podamos ver y valorar, que sin la unión de todo el pueblo trabajador y consciente no se logrará un cambio real. Estamos a tiempo de escuchar y hacer caso a la historia; después, quizás sea muy tarde.
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