MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Las garras del imperialismo: Ucrania y Palestina

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Desde que el imperialismo, gracias a su triunfo en la Guerra Fría, se quedó como el dueño absoluto del mundo según su visión de las cosas, no ha parado de endurecer su política de control y dominio político sobre países débiles, que forman la inmensa mayoría del mundo; obligandolos a acatar las recetas económicas del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, aunque claramente vayan en contra de lo que las economías de esos países, y sobre todo las clases populares de los mismos, requieren realmente para superar sus condiciones de rezago y de pobreza; a continuado con el indiscriminado saqueo de los recursos naturales del mundo entero, acrecentando con ello, a niveles nunca antes vistos, la desigualdad en el desarrollo económico de las distintas regiones del mundo, y con ello la concentración de la riqueza planetaria en países de occidente, principalmente la Estados Unidos.

Los países hoy ricos y desarrollados comenzaron a serlo, históricamente, gracias a la colonización del planeta que iniciaron en el siglo XV; es decir, gracias a que lograron una acumulación originaria del capital mediante procedimientos que tenían muy poco de civilizado, progresista y económico, como las conquistas, las invaciones y los saqueos a mano armada, la conversión de las colonias en mercados para sus productos de exportación, tambien mediante políticas impuestas por la fuerza y la violencia e, incluso, el comercio y la venta de esclavos para hacer prosperar sus negocios en el ultramar con poca o ninguna inversión en trabajo asalariado.

Esa ventaja histórica la han podido conservar, hasta el día de hoy, con sólo reacomodos y redistribuciones de riqueza, territorios y mercados (por ejemplo, las dos guerras mundiales) gracias, precisamente, al modo capitalista de producción, que les permite, ahora si mediante procedimientos “legitimos”, mediante mecanismos “económicos”, continuar el saqueo de las riquezas naturales, de la mano de obra y los mercados de los países pobres, en provecho de las metrópolis.

Actualmente el imperio gringo tiene dos frentes de lucha por su hegemonía, la guerra contra Rusia, llevado a cabo en Ucrania y recientemente la guerra entre el grupo de la resistencia Palestina Hamás contra Israel, donde el primero es apoyado por países árabes y musulmanes, principalmente Turquía e Irán (éste último, aliado de China y Rusia) y el Estado Judío es apoyado militarmente y económico por Estados Unidos y países Europeos.

 Rusia posee las mayores reservas de recursos energéticos y minerales del mundo, muchos de los cuales están aún sin explotar. Es la mayor superpotencia energética: posee las mayores reservas de recursos forestales y la cuarta parte del agua dulce sin congelar del globo.

En la actual operación militar en Ucrania, que inició el 24 de febrero de 2022, no han fallecido tantos rusos, pero sí suman miles de soldados rusos que han perdido la vida en defensa del “mundo ruso” –dicen que más de 300 mil– y para impedir que Estados Unidos invada Rusia y avance su proyecto imperialista de construcción de un mundo unipolar, en el que sólo él decida y ordene todo en función de sus intereses y sus prioridades.

Lo que el mundo conoce como guerra entre Rusia y Ucrania realmente es un conflicto entre Estados Unidos y Rusia en torno a la unipolaridad o multipolaridad del mundo. El territorio en el que se desarrolla el conflicto bélico es Ucrania, donde los estadounidenses trabajaron varios años atrás con grupos neofascistas. Los imperialistas gringos usan a Ucrania para acabar con el mundo multipolar que impulsa Rusia.

Desde 1917, año en que se publicó la Declaración de Balfour, los ingleses tomaron el control de Palestina, pero desde siempre se han opuesto los nativos, quienes no desisten en su intento de expulsar de su territorio a los judíos, y quienes constantemente agreden a los primeros con el fin de expulsarlos definitivamente de sus tierras.

El Estado de Israel se creó oficialmente en 1948. Desde entonces, han muerto miles de palestinos, sin importar si eran niños, mujeres, adultos mayores, civiles o militares. Los palestinos son víctimas de la colonización del Estado de Israel, con el apoyo militar y económico de Estados Unidos.

El conflicto Israel-Palestina  es interminable, no se acaba ni se acabará mientras la codicia de Estados Unidos no se satisfaga, lo que sucederá cuando los palestinos accedan a desalojar su territorio ante el invasor judío que quiere establecer un régimen político afín a los Estados Unidos y, desde ahí, frenar a la Federación Rusa para someter a los países del Medio Oriente.

Trabajar para construir una patria más justa, más próspero, más equitativo, más desarrollado económicamente, más democrático y más libre,  es estar a favor del mundo multipolar que encabeza el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, y el presidente de la República Popular China, Xi Jinping.

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