Hace unos días estuve en una reunión con vecinos de la comunidad de Guadalupe Ocotlán, pueblo de huicholes o wixárikas como también se les conoce, en el municipio de La Yesca, ubicado en los límites de Nayarit y Jalisco; esta región está en la sierra Madre Occidental y se ubica dentro de las zonas con más marginación en el Estado; para llegar a este lugar, la mayor parte del camino es terracería, y por cierto, en muy malas condiciones, lo que lo pone como una demanda urgente de resolver para impulsar el desarrollo del municipio; agregándose la falta de agua potable a varias de sus comunidades anexas, la falta de vivienda y servicios básicos en general. Se ve pues claramente, que es una parte olvidada por las autoridades de los diferentes niveles de gobierno.
A lo anterior se suma, la participación de las autoridades municipales y estatales, que como es del conocimiento público, los funcionarios, a la mayoría de ellos, solo se les ve cuando andan pidiendo el voto para regidores, para presidentes municipales y demás cargos, a tal grado que muchos no conocen quién es su diputado local, no saben quién es su representante en el Congreso del Estado, precisamente porque ya nunca se le vuelve a ver por aquellos lugares, y cuando la gente quiere verlo, a él o a otros funcionarios, para que se les resuelva algún problema, se hacen los desaparecidos. Esa es la realidad del municipio de La Yesca, pero, se puede afirmar con seguridad que el problema es más general.
Los mismos problemas que menciono, también se ven en el municipio Del Nayar, Ruiz, Huajicori y hasta en el mismo Tepic, que es la capital, sus comunidades carecen de buenos caminos, las mismas carencias, los mismos problemas.
Lo municipal es un reflejo de lo estatal. Nuestra organización, Antorcha Campesina, desde hace varios meses ha estado planteando a nivel estatal una pequeña lista de demandas de varios grupos del estado que necesitan ya una solución.
Tenemos en primer lugar, el problema de las familias desalojadas del predio conocido como Valle Marlin, en Bahía de Banderas, donde 80 familias fueron violentamente desalojadas por la policía y donde se les destruyeron sus pertenencias y los dejaron literalmente en la calle; como nuestra organización denunció este abuso e insensibilidad del poder estatal, se acordó con IPROVINAY (Instituto Promotor de la Vivienda en Nayarit) que se buscaría en esa ciudad un predio para colocar a estas familias, y que éstas mismas, fueran pagando en abonos el terreno. Pues van pasando los días y nada, no se concretiza la adquisición de dicho terreno.
Tenemos al grupo de comerciantes del Nuevo ISSSTE, en La Cantera, Tepic, donde el mismo Estado pidió gente que prestara servicios en preparar la alimentación para los trabajadores constructores del nosocomio, después de varios años, la obra ha quedado concluida, pero ahora ya no se quiere a los vendedores en frente del hospital. Son 26 familias de comerciantes las que piden que se les respete su espacio, el derecho ya ganado a tener un trabajo digno, de donde se pueda sostener a sus hijos. Se les prometió un espacio para trabajar y hasta la fecha no se les ha cumplido.
En tercer lugar, también de Tepic, está la colonia Ampliación Emilio M. González, que habitan en un predio irregular por ya casi tres años, lo que solicitan las más de 200 familias es que el IPROVINAY interceda ante los dueños de dicho predio, lo compre, y ya después, las familias le paguen en abonos el terreno a este Instituto. Como se puede ver, las familias quieren pagar el terreno, sólo piden la ayuda del Estado para tener certidumbre jurídica sobre su terreno. Igual, el gobierno no da una propuesta de solución.
Y, como cuarto asunto, están los insumos agropecuarios (fertilizantes, herbicidas, insecticidas y semillas mejoradas) que los campesinos del municipio Del Nayar, Rosamorada, Ruiz, Santa María del Oro y La Yesca solicitan a la SEDER (Secretaría de Desarrollo Rural). Los campesinos no son dueños de grandes latifundios, son campesinos que viven de una agricultura de autoconsumo, no son los grandes productores, y que, por lo tanto, son los que más necesitan de estos apoyos para producir y sostener a sus familias. Se reconoce que algo se ha apoyado, pero sale a cuenta gotas el apoyo para tanta necesidad.
Estos son los principales problemas, los más apremiantes, aparte hay otros como la vivienda, despensas, etcétera, que, en conjunto, sumados con los ya descritos, son los que los antorchistas nayaritas han estado planteando. A todos ellos se ha dicho que se les dará seguimiento, la realidad es que las oficinas se ven solas, la misma pandemia les cayó como anillo al dedo para justificarse; si nunca les han interesado los asuntos de los ciudadanos, ahora, en la etapa final de la administración, menos quieren voltear a ver los problemas, y los mismos funcionarios del gobierno estatal han dicho que ya no hay dinero, que ya van de salida, como si con eso se borrara la problemática social.
Como se puede ver, el abandono a las colonias y comunidades es generalizado, el no resolver los problemas a la gente también es algo generalizado, por lo que, el remedio también debe de ser la organización de todo el pueblo, preparémonos para la lucha, para que a nuestra gente siempre se le escuche, y también para que siempre se le resuelvan sus problemas.
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