La educación pública en nuestro país muestra un mayor rezago bajo el gobierno de la 4T. Esta, que debería ser un puntal que permitiera relanzar el desarrollo del país, no juega su papel, ya que sigue abandonada por parte del Estado.
Poco ha hecho el Gobierno de AMLO por atender este aspecto y se ha limitado a cuestiones más mediáticas como la supuesta creación de universidades y becas a jóvenes, las llamadas Becas del Bienestar “Benito Juárez”.
Dígase lo que se diga, la educación en México se encuentra rezagada. Quiero referirme un poco a las becas y su papel en la situación actual de nuestro país.
Hoy las becas a los estudiantes se dan como todos los programas monetarios: sin una verdadera intención de impulsar la educación; se dan sólo como forma de ganar adeptos para el partido en el poder.
Empezaré diciendo que, consultando los diarios, aparecen muchas notas periodísticas en las que se señalan irregularidades en la implementación de esta panacea que implementó la 4T para impulsar la educación media superior mediante una masificación del apoyo monetario a los jóvenes que cursan ese nivel educativo:
Y parémosle ahí porque la historia de irregularidades de este apoyo a los jóvenes está, desde la misma creación de este programa, plagada de malversaciones y opacidad en la aplicación de los recursos.
Creo que dar las becas sin ton ni son, viéndolas sólo como una de tantas medidas que se deben realizar para mejorar la calidad de la educación, y considerarlas una panacea con solo entregárselas al joven sin ver la realidad en que se mueve, es un grave error.
Las becas por sí solas, y más dadas sin una supervisión que permita ver su correcta aplicación tanto en su dispersión como en cómo se aplican en cada caso, no son efectivas. Muchos jóvenes aplican este apoyo en todo menos en su educación.
Pero no sólo eso: se necesita crear una infraestructura educativa importante invirtiéndole recursos suficientes; se requiere preparación de alta calidad de los docentes en todos los niveles, que tengan los materiales pedagógicos en talleres y laboratorios; se necesita impulsar que los jóvenes tengan garantizada una alimentación y salud que les permita desarrollar sus potencialidades.
Se requiere, en pocas palabras, aplicar dentro del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) cada año muchísimos más recursos que los que hoy se asignan.
Recuerdo, dentro de lo rescatable, cómo se otorgaban en otros tiempos las becas a estudiantes de mi generación. Se hacía un estudio socioeconómico para ver que la familia del estudiante era de condiciones económicas limitadas y, en segundo lugar, se pedía que el joven que aspiraba tuviera un promedio mínimo de 8.
Este último requisito, que pareciera innecesario, creo que es muy importante. ¿Por qué? Muy simple: el joven en cuestión, que deseaba mantener la beca, debía esforzarse y aplicarse en sus estudios, y su familia estar vigilante de ello.
Hoy las becas a los estudiantes se dan como todos los programas monetarios: sin una verdadera intención de ayudar a impulsar la educación; se dan sólo como una forma de ganar adeptos o correligionarios al partido en el poder.
México, si quiere salir del atraso económico, social y cultural, necesita un nuevo modelo educativo. Pero para ello necesita que quien gobierne sea una nueva clase en el poder: la clase de los trabajadores. Con la 4T iremos en la educación de todos los niveles, como los cangrejos, hacia atrás.
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