Toda vez que los movimientos políticos no pueden con el pueblo organizado; toda vez que lo han intentado todo y no pueden “por las buenas”, viene entonces el terror, la amenaza, los golpes, la intimidación, la fuerza, la violencia. Esa es la actitud de las clases poderosas que pretenden imponerse, no sobre la base de los argumentos, de la discusión, sino sobre la base de la fuerza.
El Movimiento Antorchista cumplió medio siglo de lucha y trabajo en defensa de los más desprotegidos de México y ha tenido que cruzar por las aguas turbulentas de la política nacional a lo largo de toda su existencia, pues con su actuar político, como todo proceso contradictorio, afecta intereses. Efectivamente, al defender los intereses de los más desprotegidos se ven afectados los intereses de las clases poderosas y éstas reaccionan como fieras heridas. Si las clases poderosas reconocieran que los desprotegidos tienen el derecho de organizarse y aceptaran que les asiste la razón al hacer la petición de que se distribuya de manera equitativa la riqueza nacional, pues es el pueblo trabajador el creador de la riqueza nacional, entonces las clases poderosas deberían estar dispuestas a renunciar a los privilegios que han acumulado con base en el trabajo ajeno, pero como en el sistema capitalista eso no va a suceder, pues justamente lo que justifica este sistema es que los poderosos se hagan del trabajo ajeno y los trabajadores sólo obtengan de la riqueza nacional creada una mínima parte en forma de salario, de tal suerte que tendrán que regresar a trabajar al día siguiente siempre, pues lo que reciben no les alcanza definitivamente para vivir.
A continuación, expongo tres casos que revelan cómo, al no poder con el pueblo organizado, entonces, hacen uso de la violencia, de la intimidación. Veamos.
En Tecomatlán, Puebla, “Los morenistas han desatado graves problemas que amenazan la vida de ciudadanos pacíficos y que el Gobierno del estado debe conocer y, claro, frenar de manera instantánea para que la elección sea tranquila para beneficios de todos los olomatecos. Pero vamos por partes.
El viernes 10 de enero, días antes de que iniciara el proceso de campaña (para la elección de juntas auxiliares), la señora Martha Sánchez Jiménez, dirigente local del partido Morena, se encargó de repartir tinacos, láminas y dinero en sobres a posibles votantes de la planilla “Unidos X Olomatlán”. De acuerdo con la versión del medio poblano diariocambio.com.mx: “Un grupo de personas que se identificaron como ‘Siervos de la nación’ realizaron entregas de apoyos presuntamente sesgadas en Tecomatlán (…). De acuerdo con las denuncias, las brigadas acudieron a las comunidades de La Unión, San Miguel y Olomatlán”. Es decir, el partido Morena, en apoyo de la planilla “Unidos X Olomatlán”, inició la compra de votos rumbo a la elección. Un partido político está interviniendo de manera directa, e ilegal, en la elección. Pero no es todo.
Durante la primera semana de las campañas, la planilla “Círculo negro” envió un comunicado a la prensa poblana en la que asegura que: “En los últimos días, los simpatizantes de ‘Unidos x Olomatlán’, abordo de motocicletas, se han dedicado a insultar y amenazar al equipo de trabajo de la planilla ‘Círculo negro’, mientras recorren las calles de la comunidad para realizar actividades propias de la campaña. Ante esta situación, la planilla “Círculo negro” hace una denuncia pública de estas acciones ilegales que enturbian el proceso de elección a presidentes auxiliares, teniendo como arma el miedo, la intimidación y la agresión, por parte de los simpatizantes de “Unidos x Olomatlán”, quienes están plenamente identificados”. La campaña avanzaba y las agresiones de los morenistas también. También intervino el morenista Diputado Pavel Gaspar y se han lanzado amenazas en la página de Facebook llamada “Pueblo Olomatlán” donde incitan a la gente en contra de nuestra organización” (www.movimientoantorchista.org.mx). Sólo con base en las amenazas y la compra de votos los morenistas se imponen. Se trata de prácticas corruptas, pero viniendo de los propios morenistas “nadie se entera”.
El segundo caso que vamos a denunciar es la intimidación en contra de nuestra dirigente estatal en Yucatán, Aleida Ramírez Huerta: “Sin motivos y sin identificarse, la tarde de este lunes elementos de la Policía Estatal de Investigación, acudieron al Albergue Estudiantil “Ermilo Abreu Gómez” en busca de la dirigente estatal, Aleida Ramírez Huerta, acción que calificó la vocera de Antorcha en la entidad, Edna Hernández Romero, “como un acto de intimidación”. “No hay motivos para que la policía de investigación acuda en busca de nuestra dirigente estatal, por ello, estos actos los calificamos como una forma de intimidación para quienes luchamos en favor del pueblo organizado; pues tanto nuestra dirigente estatal y quienes militamos en Antorcha, siempre actuamos dentro del marco de la ley”, agregó Hernández Romero” (www.movimientoantorchista.org.mx).
Finalmente, ponemos de manifiesto el caso de los compañeros del transporte antorchista poblano, que fueron atacados por la organización 28 de octubre. “Un herido en estado crítico y tres más en condiciones graves fue el saldo de un ataque perpetrado por 40 integrantes de la Unión Popular de Vendedores Ambulantes (UPVA) 28 de Octubre, quienes a bordo de unidades de la Ruta 10 atacaron en el derrotero de la Ruta 100 de Amozoc afiliada al Movimiento Antorchista, misma a la que meses antes ya han atacado con tiroteos contra sus unidades… Ovidio Celis Córdova, líder de los transportistas afiliados al Movimiento Antorchista, señaló que este es el último ataque de la 28 de Octubre al transporte afiliado a su organización: “nosotros no hemos caído en provocaciones, pero nos parece extraño que a pesar de que lo hemos denunciado nadie les ponga un alto y eso es lo que exigimos nosotros: que intervengan las autoridades en este problema, que paren las agresiones de la 28 contra nuestros transportistas y contra nuestra organización”” (www.movimientoantorchista.org.mx).
Parece contradictorio, pero las amenazas, las intimidaciones y las agresiones físicas en contra de nuestros compañeros son un signo de nuestra fortaleza y llamo al antorchismo mexiquense a que esté atento para defender a nuestros compañeros, estén donde estén, pues la base de la organización es la unión, la fraternidad y la lucha y los antorchistas. Debemos ser solidarios con nuestros camaradas: hay que denunciar las arbitrariedades en las redes sociales, pero hay que disponernos a movilizarnos si se hace necesario. Como dijo el Che Guevara a sus hijos: “Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.”
La amenaza, la calumnia, los ataques, la fuerza pueden triunfar en el reino de las tinieblas, de la ignorancia, de la oscuridad; sin embargo, como dijo el filósofo alemán, Johann Christoph Friedrich von Schiller, “la razón, para que triunfe sobre la fuerza, debe convertirse ella misma en una fuerza”, es decir, para detener los embates de la sinrazón, es necesaria la unidad consciente y decidida del pueblo organizado y a esa unidad les llamo compañeros y compañeras. A defender la razón, porque la tenemos y unidos vamos a triunfar.
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