MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La vacuna y sus limitaciones

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A poco más de un año de que inició la pandemia y de haberse registrado las primeras muertes en México, según cifras oficiales indican que hasta el pasado 20 de marzo hemos alcanzado  un total de 2,193,639 contagios y 197,827 defunciones. Todo esto derivado del mal manejo de la pandemia y de la falta de un plan estratégico para enfrentarla y combatirla. Los mexicanos no podemos ni debemos olvidarnos de las reiteradas y machaconas declaraciones del presidente y del doctor Hugo López-Gatell en el sentido de que: “ya se aplanó la curva” “ya se domó la pandemia”, “no pasada nada, nos podemos abrazar”, “el cubre bocas no garantiza nada” etc., etc.

Apenas el pasado 18 de enero de 2021, el presidente de la república declaraba en el pulpito de su mañanera, que México ocupaba el primer lugar en América latina en donde más vacunas se estaban aplicando; sin embargo el portal www.ourworldindata.org afirmó que si bien es cierto que a finales de 2020, México fue la primera nación latinoamericana en iniciar la aplicación de la vacuna contra la enfermedad, es ahora uno de los países con menos dosis suministradas por cada 100 habitantes en el mundo.

Otra de sus declaraciones engañosas fue la de sostener que para fines de marzo estarían vacunados todos los adultos mayores de 60 años. Nuevamente la realidad lo desmiente, pues de la totalidad de los adultos mayores (15.1 millones) de 60 años, resulta que sólo 36,851 han recibido su esquema completo de vacunación, es decir, las dos dosis; 3,447,000 han recibido sólo la primera dosis. ¿Qué pasará con los más de once millones restantes? ¿Cuándo recibirán siquiera la primera dosis? ¿Y los millones de estudiantes y profesores que necesitan retornar a sus aulas para cuando recibirán su vacuna? ¿Y el resto de los mexicanos hasta cuando señor presidente?

En el asunto de las vacunas como en muchos otros rubros de su desempeño al frente del gobierno, lo que se pone al descubierto es la  ineptitud, la indiferencia y muchas, pero muchas mentiras. La cruda realidad lo desmiente y lo evidencian como un presidente que mucho habla y dice, pero muy poco lo que hace en favor de la gran mayoría de los mexicanos.

Al momento de escribir  estas líneas (sábado 20 de marzo), se sabe que de los 126 millones de mexicanos, sólo 646,802 personas (apenas el 0.51%) han recibido la dosis completa de la vacuna. De estos, la gran mayoría, (592,500) pertenecen al personal del sector salud, uno de los sectores más golpeados por la crisis sanitaria y el que ha registrado el mayor número de muertes a nivel mundial; sólo 4, 300,720 que representan el 3.37% del total de la población del país, han recibido la primera dosis. Esto significa que 121 millones 699,280 tendrán que seguir esperando y por tanto, arriesgando su vida.

Con el claro propósito de contener el malestar y descontento de la población que ha salido a protestar a las calles (Oaxaca, CDMX, sólo por mencionar algunos ejemplos), exigiendo las vacunas a que tienen derecho, en fecha reciente el inquilino de palacio nacional informó que el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica anunció la donación a nuestro país de 2.5 millones de vacunas AstraZeneca que en el vecino país del norte no se está aplicando a cambio de que el gobierno de México ejerza una mayor aplicación al tema de migración, es decir, a cambio de que el gobierno mexicano contenga la migración en su frontera sur y evite el paso de indocumentados centroamericanos. Todo esto mientras en otros países como Noruega se pone en entredicho la efectividad de esta vacuna y su posible relación con la aparición de eventos trombóticos en personas vacunadas en varios países de Europa.

A la política fallida del gobierno de la 4T para contener y enfrentar la pandemia a nivel nacional, no escapa el estado de Hidalgo que a la fecha acumula un total de 36,034 casos de COVID19 y 5,679 defunciones de acuerdo a la información del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica  de la Secretaría de Salud. Como un ejemplo claro de esta política fallida está la campaña de vacunación donde se puso de manifiesto, por lo menos en lo que concierne a la sierra otomí-tepehua, una de las más pobres del estado; la indiferencia, y el desconocimiento de la realidad concreta y en consecuencia el desprecio por la vida de millones de mexicanos.

Recientemente concluyó la primera fase de la campaña de vacunación en los municipios de esta empobrecida región, en donde la pandemia ha causado también sus estragos provocando la muerte de decenas de pobladores que en forma callada han sucumbido a la muerte en la soledad de sus casas por el temor de ir a un hospital. Muchos pudimos ver las imágenes que publicaron varios portales a través de las redes sociales, de las dificultades a que tuvieron que enfrentarse los familiares de los adultos mayores en el municipio de Tenango de Doria para poder trasladar a sus padres o abuelos en sus espaldas o en camillas improvisadas con palos y cobijas hasta los puntos de vacunación, lo que revela que la campaña se diseñó desde el escritorio y sin ninguna posibilidad de ser modificada; de paso se puso de manifiesto la falta de infraestructura carretera y en consecuencia la falta de servicio de transporte publico seguro y eficiente. Muchos de estos adultos fueron transportados en sillas montadas a los hombros de sus familiares, para poder llegar a recibir la vacuna que se intenta hacer pasar como un logro del gobierno de la 4T por parte de los “servidores de la nación” que se hayan presentes en todos los puestos de vacunación, prestos a capitalizar electoralmente la aplicación de la vacuna. Importa decir que la vacuna que ahora se aplica entre las personas mayores de 60 años no está llegando a toda la población, pues sólo se establecieron puestos de vacunación en las cabeceras municipales y algunas de las comunidades más grandes del municipio, lo que impide o limita que toda la población reciba el beneficio de la vacuna. Hay que tomar en cuenta que mucha de la población vive muy dispersa y alejada de los centros de vacunación, muchos otros están imposibilitados para acudir a recibirla ya sea por razones económicas o por falta de transporte suficiente y seguro y muchos otros por lo avanzado de su edad o el padecimiento de alguna discapacidad que les impide acudir a recibir la vacuna incluso en las propias cabeceras municipales.

La política de vacunación del Gobierno de la 4T que seguramente fue diseñada desde el escritorio y pensando más en la captación de votos y no en salvar vidas, está dejando fuera del beneficio a muchos adultos mayores algunos de los cuales debido a su atraso cultural y a la falta de información sistemática y fundamentada se niegan a aplicarse la vacuna alegando que recibirla no les acarreará ningún beneficio concreto, lo que pone al descubierto la poca confiabilidad de la población en relación con las instituciones y la política gubernamental en general.

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