MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La soberbia y el poder

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Desde hace más de siete años, un grupo de campesinos humildes de la junta auxiliar de San Jerónimo Almoloya, perteneciente al municipio de Cuauhtinchan, han gestionado la ampliación de la red eléctrica para un importante sector de esta comunidad, en donde ya existen casas habitadas y otras en proceso de construcción.

Para estar en condiciones de hacer realidad la consecución de esta obra, se necesitan dos requisitos elementales: el uso de suelo y tenencia de la tierra, que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) requiere para la correcta integración del expediente técnico, y con ello seguir con la gestión para la programación y ejecución de la obra.

Sin embargo, ya han pasado dos administraciones municipales más la que está en curso; es decir, ya van casi ocho años que han peregrinado en las oficinas de los presidentes municipales y siguen sin resolver el otorgamiento de estos dos documentos básicos que se han convertido en una verdadera pesadilla para estos campesinos humildes.

Pero la historia no termina aquí, recientemente acudieron otra vez con el presidente municipal en turno con la esperanza de resolver en definitiva su añeja demanda, con la fe de que este es de otro partido y quizás sea más sensible y solidario con los que menos tienen de su municipio, como lo había prometido en campaña; y que además gobernaría para todos sin distinción de ninguna naturaleza.

Oh sorpresa que se llevaron cuando fueron recibidos por el que habían votado para que llegara a ocupar la silla presidencial de este territorio municipal. La respuesta fue similar a las que habían obtenido de los gobiernos anteriores, la negativa de siempre. Pero en cuanto al trato fueron superados los pasados gobernantes, en un acto de arrogancia y soberbia, digno representante de un tipo de gobierno que posee el poder absoluto y cuyo accionar no se encuentra limitado por las leyes existentes.

Con un trato humillante y denigrante hacia los peticionarios, les negó una vez más la solución de su problema, argumentando que no tiene ningún compromiso que lo obligue a resolver este tipo de demandas, ya que durante su campaña política en búsqueda de la presidencia municipal no hizo compromiso con nadie ni mucho menos con organizaciones políticas. Por lo tanto, que lo hagan como quieran, porque no habrá ninguna respuesta positiva a sus planteamientos.

Así las cosas, en este municipio donde gobierna el partido Compromiso por Puebla. Un partido local de reciente creación que, con el trato que les da a los ciudadanos, se asemeja a los demás partidos que por sus actos de incongruencia son arrojados en el basurero de la historia.

No cabe duda de que el poder en manos de un ignorante corrompe, lo transforma en un ser prepotente y vanidoso, se olvidan que los puestos de responsabilidad hacen a los hombres eminentes más eminentes todavía, y a los viles, más viles y pequeños. Se olvidan de que el poder es pasajero y hay que mantener la humildad porque todo regresa a la normalidad.

Mientras tanto, seguiremos luchando hasta lograr nuestro objetivo de contar con este elemental servicio que, seguramente vendrá a mejorar nuestras condiciones de vida; si tenemos que recurrir con la más alta autoridad de nuestro estado, así lo haremos porque la razón nos asiste. No es posible que, por el capricho y negligencia de un enfermo mental por el poder que ostenta, nuestra obra quede fuera de la programación de la comisión federal de electricidad, dependencia responsable de la materialización de este proyecto. Ya que recientemente se verificó en el campo por parte del personal de la dependencia en mención, la viabilidad y la justificación de esta importante obra.

Ocho años de lucha nos han enseñado que no basta con creer en los políticos mañosos y embusteros que, con el afán de llegar al poder, son capaces de recurrir a todo tipo de falacias para engatusar a la gente que vote por ellos, pero ya estando en el poder se prostituyen de sus principios y se olvidan de todo compromiso, convirtiéndose en enemigos de su pueblo.

Esta es la lección que debemos de sacar de este gobierno de Cuauhtinchan, y lo que debemos de hacer es organizarnos y formar nuestro propio partido, un verdadero partido que represente los intereses de la clase trabajadora de nuestro país, para conquistar el poder en beneficio de los más necesitados de nuestra patria, sólo así estaremos en condiciones de erradicar los males de esta sociedad.

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