Cuando Marx y Engels describieron cómo la burguesía explotaba a los trabajadores, muchos lo consideraron una situación impensable, mientras que para otros era algo cotidiano y normal. Para los trabajadores, esta explotación ha sido y sigue siendo una necesidad para conseguir un salario y sostener a sus familias.
Esta realidad, que parece lejana, se sigue viviendo hoy en día y en una escala aún mayor, pues la presión por producir más sin importar los métodos ha intensificado la explotación de la clase trabajadora.
En Tijuana, los obreros de diversas fábricas enfrentan condiciones de vida cada vez más infrahumanas: trabajan más de ocho horas en entornos insalubres y sin el equipo adecuado.
La situación de la clase obrera en México refleja un profundo desafío en el que los trabajadores, a pesar de ser explotados, siguen luchando con valentía por sus derechos y un salario digno.
Todos recordamos el caso del obrero desaparecido en la fábrica Prime Wheel y el incidente del obrero prensado en una de sus máquinas. Las investigaciones revelaron las múltiples irregularidades y las pésimas condiciones de trabajo en esta empresa.
Prime Wheel no es la única empresa con estos problemas; en Tijuana y en todo México, se han cometido crímenes similares que la prensa ha silenciado, ya sea para evitar controversias o por el respaldo del mismo Gobierno.
Los medios no han informado sobre las compañías que contratan obreros por destajo, sin seguridad social ni prestaciones, y que, en muchos casos, exponen a sus empleados a accidentes graves.
Así se conoció la historia de una obrera que perdió ambos brazos en una cortadora y de otro trabajador que, al resbalar en el piso, se fracturó la columna y quedó incapacitado.
Cuando Engels escribió La situación de la clase obrera en Inglaterra, quizá no imaginó que su obra reflejaría también la situación de la clase obrera en México y en todo el mundo.
Obreros que luchan día a día para alimentar a sus familias, obligados a trabajar más de ocho horas porque el salario es insuficiente, y que, en muchos casos, sacrifican su salud y seguridad en el proceso.
Estadísticas oficiales muestran que los mexicanos somos quienes más trabajamos en el mundo, pero también los que recibimos uno de los salarios más bajos, insuficiente para cubrir siquiera la canasta básica.
Esta situación no sólo depende de la gran o pequeña burguesía, sino también de políticas que garanticen salarios dignos para los mexicanos.
Antorcha ha impulsado la lucha por un trabajo digno y un salario que permita una vida adecuada. Ha promovido una distribución equitativa de la riqueza y enfatizado la importancia de que los obreros se organicen y luchen juntos.
No se trata sólo de los obreros mexicanos, sino de todos los trabajadores del mundo, unidos en una misma clase que debe avanzar por el mismo camino. Solo así se alcanzará la victoria.
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