MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La salud, derecho de todos, privilegio de unos cuantos 

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Estimado lector. Quiero iniciar mi colaboración semanal refiriéndome a la reciente celebración de la VI cumbre de la CELAC, que esta vez se celebró en nuestro país, y que contó con la presencia de los presidentes de América Latina y de el Caribe. Lo tratado ahí será tema de otra colaboración, pero me llamó la atención las opiniones divididas de los mexicanos, ante la presencia de los presidentes de Cuba y Venezuela, Miguel Díaz Canel y Nicolás Maduro; estas opiniones referían el odio de un sector de los mexicanos que demostraban su repudio a los regímenes “comunistas" de aquellos países. Lo curioso de esto es que esas mismas opiniones declaraban rotundamente que en México vivimos en un “comunismo". Y creo preciso aclarar dos cosas que pueden ayudar a comprender lo que determina un modo de producción (capitalismo o socialismo). Lo primero es preguntarnos ¿En manos de quienes están los medios de producción, es decir: las fábricas, las maquilas, las minas, el campo, los aeropuertos, las líneas de transporte, etc.? Y la otra es ¿Las ganancias que se generan con estos medios de producción a manos de quiénes van a parar? ¿A manos de los trabajadores directos o a manos de los dueños de esos medios de producción. Es importante respondernos estas preguntas, porque la teoría dice que la característica del capitalismo es que una muy pequeña parte de la población es propietaria de los éxitos con los que se produce y por tanto es la dueña de todo lo producido; mientras la mayoría no es duela ni del polvo que se le pega en la fábrica, y, de las ganancias inmensas que produce, solo recibe un salario de hambre por su jornada de trabajo.

La propiedad privada sobre los medios de producción es lo que reina en México, de tal modo que, podemos concluir que México es un país capitalista, y como todo país en que predomina este sistema económico, se generan dos clases antagónicas, una que concentra riqueza y otra que concentra pobreza. México es un país con poco más de 120 millones de habitantes, de los cuales, más de 90 millones viven o padecen algún tipo de pobreza. Y esto me parece importante remarcarlo porque es el verdadero mal de nuestro país, es el cáncer que esta carcomiendo a México. 

En nuestra sociedad todo se ha privatizado, y todo se obtiene si tienes dinero: la educación, la cultura, el deporte, la ciencia, la tecnología y la salud, esta no se escapa; cada vez son más los hospitales privados, estos tienen la posibilidad de ser equipados con nuevos aparatos, con nuevas tecnologías, que se ponen a disposición de quienes puedan pagar; mientras la salud pública los hospitales y clínicas del IMSS o del ISSSTE están cada vez mas rezagadas, sin equipamiento, los equipos están viejos, las instalaciones o infraestructuras también. La salud es un derecho humano y por tanto vale preguntarse ¿En México la salud es un derecho solo para el que la puede pagar?

En estos tiempos tan sombríos por la pandemia de la covid-19, las historias de lo difícil que resulta curarse por esta enfermedad, se cuentan por miles. Solo aquellos que tienen el dinero suficiente cuentan otra historia, pero no los obreros, los campesinos, amas de casa, estudiantes, ni algunos profesionistas, estos se debaten literalmente entre la vida y la muerte, pues los hospitales que atienden a los contagiados por covid-19 están saturados, no hay camillas suficientes, no hay ventiladores, no hay tanques de oxígeno, no hay suficientes médicos.  ¿Cómo se cura un pobre? ¿Con bebidas calientes? ¿Con paracetamol? Ha dicho la propia Secretaría de Salud que un paciente que se complica y que tiene que ser intubado, requiere de poco más de cien mil pesos para su tratamiento. ¿Acaso es posible para un simple trabajador reunir esta cantidad de menos de quince días?

 Pues en México no se ve un plan integral del Gobierno federal pensado en remediar estos problemas de salud. Sí le preocupa cumplir cabalmente con las fechas en las que se comprometió el presidente López Obrador para terminar las obras de El tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía la refinería de Dos Bocas. Sí hay preocupación por crear más programas de transferencias monetarias , (más parecidas a políticas clientelares) pero para el sector salud no hay recursos. Parece que a la 4T no le han bastado los miles de muertos en México para reaccionar y sensibilizarse.

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