Desde los primeros días del año que corre, en nuestro país se han presentado una serie de acontecimientos que han marcado gravemente el estancamiento en el progreso social de los mexicanos. El modelo económico, que es la base de la estructura social, está en decadencia, de ahí la razón por la cual se pueden explicar los efectos del llamado "gasolinazo" que han originado un descontento social que va en aumento, mismo que ha tomado forma en manifestaciones espontáneas, vandalismo, violencia y otros actos que dejan en evidencia la grave descomposición social, coyuntura que aprovechan bien algunos enemigos del progreso de los pueblos y que se han identificado como los actores intelectuales de dichos sucesos de desestabilidad social. A lo que me refiero, el Ing. Aquiles Córdova Morán, Secretario General del Movimiento Antorchista Nacional ya lo ha señalado en su colaboración del día 20 de enero, publicada en el diario nacional El Universal.
En el contexto del estancamiento social, los fenómenos existentes van marcando un nulo avance en diferentes aspectos, no sólo en lo económico, que sabemos bien es el motor principal de los cambios estructurales, sino también en la forma en que se educa al pueblo para hacerlo más consiente y crítico de la realidad, para aportar ideas que solucionen los conflictos y no se agraven más. Es en este punto que señalo la importancia de la educación en la sociedad, ya que la transformación de la conciencia humana hará que los conflictos de cualquier índole puedan abordarse de forma más objetiva y analítica, pero también es cierto que este proceso de transformación no es sencillo, pero con un proyecto de nación bien estructurado y aplicado, los efectos negativos se pueden revertir.
Entendiendo así la importancia de la educación, el Movimiento Antorchista Nacional ha llevado a la práctica una serie de acciones que contribuyen a la nueva formación del hombre, no sólo en el plano educativo sino también en el contexto cultural, pues a sabiendas de las graves deficiencias del sistema educativo nacional, la práctica de la cultura se vuelve una herramienta infalible que contribuye a la formación del hombre, ya que a través de esto el ser humano adquiere disciplina, conciencia del cuidado de sí, trabajo en equipo, compromiso por mejorar, compañerismo, solidaridad, sensibilidad y sobre todo comprende el significado de apreciar el trabajo del hombre para el bienestar social.
Esta educación cultural que promueve el antorchismo está representada en las Espartaqueadas Nacionales Culturales, eventos promovidos por Antorcha y que convocan a todos los artistas del pueblo a participar en una contienda fraterna donde se hace una demostración de la práctica cultural de los pueblos de todo el país. En dicho encuentro miles de mexicanos se concentran una semana para participar en disciplinas como oratoria, declamación, danza, baile, música, entre otros, y comparten sus actividades y la forma en que cada grupo las realiza para después llevarlas a la gente que, por la grande desigualdad económica en que vivimos no tiene la oportunidad de presenciar el arte en sus diferentes manifestaciones, pues asistir a demostraciones teatrales, conciertos o exposiciones resulta un lujo que sólo la gente de la alta sociedad se puede dar, dejando sin la oportunidad al pueblo de apreciar lo que el ingenio del hombre ha hecho, además de que se denigra la capacidad que tiene la gente humilde para entender el significado del mismo trabajo, y es que en las escuelas no se inculca la valoración cultural ni mucho menos enseña.
De esta manera el antorchismo ofrece una alternativa de formación humana y social para darle a la población otras opciones de organización que no perjudiquen la estabilidad social y que sirvan para mejorar las relaciones sociales, pues sumergidos en un contexto de caos, violencia, agresiones y una mal información de los fenómenos sociales, únicamente se hace que el hombre sea más individualista y egoísta, incapaz de establecer mecanismos de bienestar colectivo. Es por eso que la cultura y su práctica ayuda a que el ser humano tenga otra visión de las cosas, pues comprendiendo las palabras de los poetas, atendiendo a la disciplina colectiva y al esfuerzo de superación espiritual, el hombre abandona su carácter individual, sus sentimientos egoístas, su enajenación social y adquiere esas cualidades que desde los inicios de la sociedad caracterizaron a la humanidad, su carácter altruista y solidario.
Con todo esto Antorcha sabe que para mejorar una sociedad como la nuestra, sumergida en una descomposición por la desigualdad y la pobreza que generan la corrupción, la mal información y la violencia, se requiere de hacer al hombre más humano, y que de esta forma entienda el sentir del pueblo y desinteresadamente luche por cambiar esta situación, por ello las Espartaqueadas tiene su razón de ser y este año, en su 19º edición, alrededor de 17 mil artistas arribarán a Tecomatlán, Puebla, cuna del antorchismo, para participar en la contienda que se llevará a cabo del 28 de enero al 05 de febrero, a la cual están todos cordialmente invitados.
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