Espero que estas líneas, sirvan como un reconocimiento a la labor diaria que desempeñan las mujeres como trabajadoras asalariadas, amas de casa, estudiantes, escritoras, periodistas, analistas, etc. Sé que solo con las palabras, la situación no va a cambiar, sin embargo, considero que sí podemos alentar, motivar, reconocer e impulsar a todas las mujeres que día a día se esfuerzan por ser mejores seres humanos y contribuyen, quizás sin saberlo a la construcción de una mejor patria mediante la educación de sus hijos.
El fragmento de la poesía “La Tierra y la Mujer”, de Gabriela Mistral, poeta chilena que recibió el premio Nobel de literatura en 1945, me parece que expresa el gran amor con que una madre cuida de su hijo y lo protege. Parece como si en algunos seres humanos cercanos, puede ejercer su amor maternal y aconsejarlos, cuidarlos y corregirlos, con el mismo amor con que lo hace hacia sus hijos.
Es un hecho que, en nuestro país, al contrario de lo que algunos dicen, se han incrementado los asesinatos de mujeres, de palabra solamente se ha estado ensalzando el papel tan importante que juegan en esta sociedad, cierto es que se han ganado algunos derechos, como el derecho al voto, en México, el 3 de julio de 1955. Sin embargo, aún hay mucho camino qué recorrer en este sentido.
El 30 de diciembre del año pasado, el periódico El País, en su portal digital, publicó: “Los feminicidios suben un 4% durante el gobierno de López Obrador” y en la misma nota: “De enero a noviembre de 2021 en México fueron asesinadas 3 mil 462 mujeres, un promedio de 10 al día.” Cifra espeluznante, terrible, como para preocupar a cualquiera, pero muy poco se hace y con poco éxito.
Quizás alguien puede preguntarse, si los seres humanos nacemos de una mujer ¿cómo es posible que existan los feminicidios? ¿Qué ser humano es capaz de tal atrocidad? Y entonces, tratando de ir al fondo de los problemas y evitando acusar a una persona, como si hubiera vivido aislada de la sociedad desarrollando sentimientos equivocados, podemos afirmar, otra vez, que la responsabilidad es de la sociedad capitalista en que vivimos y de la obsesión por ganar más dinero por parte de quienes disfrutan de las riquezas que se generan en este país.
Sor Juana Inés de la Cruz, uno de los grandes genios de la poesía mexicana, del siglo XVII, una poeta nata, que aprendió a leer muy joven a pesar de que en esa época no estaba permitido, escribió la poesía “Hombres necios que acusáis”, quizás aquello que pareciera un poema contra el sometimiento del hombre en ese tiempo, pueda servir ahora como un grito contra el sometimiento que los poderosos ejercen, aún en nuestros días, contra la mujer.
Una nueva sociedad, con un gobierno del pueblo, logrará que a la mujer verdaderamente se le reconozca, se le brinden oportunidades de estudio, de salarios, por lo menos iguales que a los hombres, estará liberada de violencia, de que algunos la vean solo como mercancía.
Logremos juntos, que nuestras niñas tengan oportunidades para educarse integralmente practicando cultura y deporte, leyendo a los grandes genios de la literatura universal como Shakespeare, Alejandro Pushkin o Dostoievski; asistiendo a eventos de gran calidad cultural, caminando seguras por las calles. Contribuyamos todos a la construcción de esta nueva sociedad, que a todos nos permitirá ser mejores y verdaderamente felices.
Y la muy consentidora,
la rayada de caminos,
me contesta: «¡Duerme al tuyo
para que se duerma el mío!».
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