MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La inflación sigue encareciendo la vida

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Según lo que leí, “la inflación es el aumento de forma general y sostenida, de los precios de los bienes y servicios en una economía, la cual genera una pérdida en el poder adquisitivo de una población, provocando efectos negativos en la economía y los habitantes de una nación”. (https://enciclopediaeconomica.com/). Uno de los efectos negativos es la pérdida del poder adquisitivo a la hora de realizar las compras; por ejemplo, al comprar la canasta básica integrada por los productos indispensables que una familia requiere para subsistir, yo diría para sobrevivir en un mes, considerando sus necesidades energéticas, proteicas, de carbohidratos y grasas.

Fueron los precios de los alimentos de la canasta básica los que más influyeron en este histórico récord inflacionario. No obstante, el índice subyacente, el cual elimina de su cálculo los bienes y servicios con precios más volátiles como los agropecuarios o los energéticos, registró un aumento de 8,35% a tasa anual, su punto más alto desde diciembre de 1999. (https://elpais.com)

 Es inevitable sentir asombro por la rapidez con que los productos básicos están subiendo de precios y la lentitud (o peor aún, la negativa) al aumento de los salarios. Por ejemplo, esta semana, en lugar de pagar 300 pesos en la verdulería donde acostumbro comprar, pagué 500 pesos, o sea 200 pesos más a la semana solo en frutas y verduras. En la tienda de conveniencia donde surto mi despensa gasté 85 pesos más.  También me sorprendí al ir a la farmacia similar, que se supone que es donde uno encuentra los precios más bajos, al gastar 650 pesos en medicamentos (que son muy básicos, ninguno especial), y la consulta ya cuesta 100 pesos, cuando el año pasado costaba 75. Tan solo con esto, quiere decir que, a la quincena, a partir de ya, estaré gastando 485 pesos más en alimentación y aproximadamente un 20 más si me llegó a enfermar. 

En contraste, en la cruda realidad, están los bajos salarios, que además de eso tienen mucho tiempo siendo iguales, no los han aumentado como se necesita. Por ejemplo, un docente de zona rural, gana alrededor de nueve mil pesos mensuales, que gasta más o menos así: 40 litros de gasolina a la semana, tres 400 pesos al mes, pago de niñera o guardería o clases particulares de algún taller, para cuidar o entretener a sus hijos, mientras trabajan, dos mil 800.  Y 800 pesos, en comida y despensa a la semana, o sea tres mil 200 ¿Con qué cubrirá todos los demás gastos de salud, vestido, calzado, recreación e imprevistos, si solo considerando estos rubros le hacen falta 400 pesos para completar? ¿Qué calidad de vida tiene y ofrece a los suyos con esos ingresos? Es evidente que un solo turno de trabajo no es suficiente hoy en día, y a eso se debe que busquen otras opciones, pero no solo es la situación de docentes rurales, sino de muchos otros trabajadores de todo tipo. 

Y mientras eso pasa con las mayorías, los magnates como Carlos Slim, un magnate de las telecomunicaciones, y el hombre más rico del país, y el lugar número 13 del mundo con una cuantiosa fortuna de 81 mil 200 millones de dólares, se ponen a darnos clases de economía, al sugerir como terminar con la pobreza en México, dando consejos prácticos para estar mejor, de entre los que destaca la inversión a la educación.  Y yo coincido con él, pero se habrá preguntado por un instante, aunque sea, ¿de dónde sale toda su riqueza? ¿Será solo de su inteligencia?

Está claro que la clase trabajadora, con su fuerza de trabajo físico e intelectual, es el único, el único que genera la riqueza, pues nunca se ha demostrado lo contrario, nunca, por ejemplo, se ha visto que si siembras una moneda salgan más. Solo el trabajo es lo que produce riqueza. ¿Y si tantas manos producen toda la riqueza mundial, por qué hay tan pocos ricos? ¿Por qué si en México hay millones de trabajadores que desde que nacen están destinados a terminarse su vida laborando, más de la mitad de país vive en situación de pobreza?

La realidad es una maestra, y nos enseña, que el problema es, que la riqueza no se reparte equitativamente y las consecuencias de esta gran injusticia, la estamos viviendo las mayorías. El modelo económico que predomina, ya está llegando a su máximo, y ya no puede sostener las mismas formas, la inflación es un fenómeno que obedece a la sobreproducción, al fracaso del capitalismo.

Mientras la clase trabajadora no reconozca su valioso poder, se organice solidariamente y luche por mejores condiciones, seguiremos esperando un milagro del cielo, es decir, que los ricos como Carlos Slim, estén dispuestos a dar más que solo consejos, o sea, renunciar, aunque sea un poco a sus numerosas ganancias. ¿Lo creen posible?

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