La sabiduría popular dice que no hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo resista. Otra frase atribuida a Francisco Bulnes de principios del siglo XX reza que “cuando el pueblo dice que es de noche, aunque sea mediodía, hay que encender los faroles”, en muchas ocasiones los políticos usan estas frases para pasar como populares pero a la hora de los hechos no se trabaja por el pueblo. Para que esa sabiduría popular pueda ser encausada a defender y alcanzar sus propios intereses, el pueblo debe educarse y ponerse de acuerdo para tomar las decisiones que al propio pueblo convenga. De allí la tarea que ha emprendido el Movimiento Antorchista Nacional a lo largo sus cuarenta y siete años de lucha que se materializa y tiene ejemplos palpables allí en donde ésta tarea ha dado sus mejores frutos, los más representativos son los municipios de Tecomatlán o Huitzilan de Serdán en el estado de Puebla, en donde gobierna el pueblo organizado y consciente, y que son referencia a nivel nacional, reconocidos en su desarrollo por propios y extraños. Esta realidad ha sido posible porque su gente se organizó, se ha venido educando políticamente, su nivel educativo y cultura se ha desarrollado junto con la salud y la urbanización, pero lo más importante, hay una verdadera participación activa de la gente en las decisiones de las autoridades locales, complementada con la correspondiente vigilancia de las acciones cotidianas del gobierno local, es decir, que en esos municipios sí se gobierna con y para el pueblo.
A propósito del cambio de autoridades municipales el pasado mes de octubre en el estado de Chiapas. En la región de los Altos, se dio un fenómeno particular, no hubo un partido ganador en las elecciones, de 16 municipios en los que se llevó a cabo la jornada electoral del 6 de junio: el PRI ganó en 5 ayuntamientos, el PVEM también en 5, el PT en 1, Fuerza por México en 1, el PRD en 1, MORENA en 1 y el partido Podemos Mover a Chiapas en 2. Es decir, no hubo un partido ganador, no dominó el otrora poderoso PRI, ni tampoco arrasó Morena como lo esperaban ellos. ¿Qué lectura se puede tomar de esto? Que los resultados hasta ahora entregados por los partidos no son los que la gente necesita, es decir, la forma de trabajo ya en el puesto, la atención que le dan a los problemas de los municipios y el trato que se le da a la gente no es el que se espera de sus representantes “populares” que, en campaña se comprometen, hacen todo por quedar bien con la gente y en ocasiones llegan a resolver algunos problemas menores o le apoyan con dinero, pero una vez ocupado el cargo, se olvidan de los ciudadanos y las comunidades que visitaron en campaña y no pocas veces ya no atienden ni siquiera en su oficina de la presidencia municipal. Se ha llegado al extremo de no estar por meses enteros en el municipio y hay quienes hasta se rentan casa en la capital del estado o en una ciudad de mayor importancia. La gente de a pie, los campesinos, las amas de casa, los empleados, los estudiantes, se convencen cada vez más de que los políticos que llegan a las administraciones municipales no lo hacen con la intención de sacar adelante a su pueblo, de resolver las carencias en que se debate la gente trabajadora de sus demarcaciones, que se limitan a mal atender los pocos servicios municipales de que disponen los municipios. Ya los ciudadanos no ven como una posibilidad de mejoría los cambios de gobierno, cuando más, aspiran las comunidades a que se no se quede en el camino el recurso que se les destina vía el COPLADEM, pero si eso pasa, toman como medida el bloquear caminos, resultando incomunicados municipios enteros por semanas o meses.
Lo que está pasando es que la gente comienza a darse cuenta de cómo esos recursos que deberían servir para ir mejorando su municipio no se aplican en sus necesidades, sino en la compra de vehículos particulares, propiedades y hasta empresas de los principales funcionarios de los ayuntamientos. Por eso, esa misma gente, llegado el momento, manifiesta su desacuerdo negándose a apoyar a un partido y escogiendo la persona, en consecuencia, otorga el voto de castigo y busca con ello la posibilidad de encontrar ahora sí al bueno. Pero resulta que, como la realidad lo ha demostrado, son muy pocos los presidentes que sí trabajan por y para su pueblo y los demás salen malos o bien el poder los marea y en ocasiones termina en el desorden total como en el caso de Pantelhó en donde no hay autoridad hasta la fecha. Los partidos, con su forma de escoger a sus candidatos y los resultados que presentan ya no satisfacen las especificativas del pueblo y en consecuencia, como lo vemos, ya no tienen su respaldo.
Pero hay una salida. El antorchismo ha planteado que el propio pueblo organizado, consciente y con un proyecto claro que tome en cuenta sus propios intereses, se puede construir en cada región del país gobiernos populares, que emprendan acciones, obras y beneficios concretos en favor del mismo pueblo. Que deben buscar entre ellos mismos a quien mejor los pueda representar y ponerse a sumar cada vez más adeptos a su proyecto de mejora de cada municipio y, junto con ello, fortalecer el avance del antorchismo nacional para impulsar un proyecto de nación que dé rumbo a un gobierno a favor del pueblo, con desarrollo económico que promueva el empleo para quien lo necesite y con buenos salarios, que destine mayor inversión a obra social y que promueva una recaudación de impuestos de acuerdo a ingreso de cada quien, en otras palabras, que se distribuya mejor la riqueza. Tarea difícil, es cierto, pero el viaje más largo comienza con el primer paso. El antorchismo ya comenzó trazando la ruta que ha demostrado ser la mejor para los intereses de los de abajo y que la ha puesto en práctica en los ejemplos antedichos, si no seguimos esa ruta, corremos un alto riesgo de seguir caminando en círculos. La inteligencia del pueblo sabrá, más temprano que tarde, orientar sus decisiones correctamente.
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