MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La farsa, promover un cambio para el pueblo, pero sin él

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Tal como en otros estados, en Colima estamos a casi a tres meses de la próxima elección gubernamental, y las principales fuerzas políticas partidistas tradicionales, ya se declaran más que listas para esta próxima contienda histórica. En este contexto, tal como en casi todos los otros procesos electorales pasados, todas estas fuerzas aseguran que las tendencias políticas y sociales a enfrentarse serán las mismas; es decir, que la pugna se dará entre los partidos políticos y las alianzas que buscan desde los Estados la continuidad gubernamental del presidente y su 4T, por un lado, contra todos los otros que buscan un cambio social en el país. De la continuidad, según lo declarado por varios partidos y personajes ligados a la política del presidente, no me cabe la menor duda, pero, es de los que se dicen partidarios del cambio, donde me surgen muchas y variadas interrogantes.

Primeramente, hay que decir, que los defensores de la 4T, que pretenden aplicar totalmente y, sin cambio alguno, las decisiones del presidente en el Estado, no son pocos, y conviene identificarlos bien para evitar posibles equívocos futuros entre los votantes. Se sabe que a la cabeza de los elegidos por el presidente se encuentra Indira Vizcaíno, candidata de Morena y de Nueva Alianza que, seguramente por encargo de López Obrador, comenzó su campaña repartiendo los Programas de Transferencia Monetaria Directa, es decir, comprando votos a diestra y siniestra con los apoyos oficiales. Enseguida, tenemos a la diputada con licencia Claudia Yáñez Centeno que, aunque renegando de Morena, se ha declarado fiel seguidora del presidente, y no cabe duda que, de ganar la contienda con el partido Fuerza por México, aplicará sin más en el Estado, todo aquello que instruya el señor de las conferencias mañaneras.

Tampoco difiere de esta intención la del senador Joel Padilla, del PT, que, seguramente por encargo y estrategia de arriba, está impulsando ahora a una mujer como candidata a la gubernatura. Lo mismo podemos decir de los partidos Encuentro Solidario (PES), Redes Sociales Progresistas (RDS) y demás "morralla", que, si alguno se me escapara, caben bien en esta tendencia, donde ya se están completando con cuanta pedacería y reciclados van encontrando, para poder entrar de lleno a la competencia electoral venidera.

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Del Partido Verde habría que dejar la duda en el aire para que ellos mismos nos confirmen sus verdaderas intenciones, pues, Virgilio Mendoza ha sido un político muy hábil cuando de proteger sus intereses y los de sus seguidores se ha tratado. Su fuerza y su presencia no es poca, pero, tan luego se nota que se inclina por los coqueteos de la 4ªT, como por los piropos propios de los contrarios que ya conocemos.      

Ahora veamos a los que se dicen partidarios oficiales del cambio. Aquí se distinguen bien dos contendientes con ciertas posibilidades. Por un lado, tenemos a la candidata de la curiosa alianza PRI-PAN-PRD; es decir, a Mely Romero, y por el otro, a Leoncio Morán Sánchez, de Movimiento Ciudadano. De la legitimidad de sus pretensiones nada puedo yo decir, es más, aclaro que desde siempre me he considerado también partidario consecuente del cambio que se busca; pero, quiero precisar, que, buscar un cambio social para el pueblo, sin tomar en cuenta al pueblo mismo, me parece, y me ha parecido siempre, una soberana e insolente vacilada.   

En mi calidad de dirigente estatal del Movimiento Antorchista colimense, he tenido la fortuna de conocer palmo a palmo el Estado, sus municipios y sus distritos electorales, y por lo mismo, conozco a casi todos los diferentes personajes de la política tradicional de aquí. Sé de sus muchos aciertos y desaciertos, de sus logros y derrotas, de su evolución e involución, así como del beneficio que han acarreado a los colimenses con sus acciones, y también de sus deleznables perjuicios. Puedo opinar con alguna certeza lógica, sobre quienes sí, y quienes no, con cierto tino popular y de justicia social en estos aciagos momentos, pueden dirigir con algún éxito el Gobierno, y por lo mismo, los destinos de todos los sectores sociales del Estado y sus municipios. Pero, yo sinceramente no veo que los partidos y sus alianzas estén postulando a sus mejores hombres y mujeres para esta ardua y difícil tarea. No veo, por ejemplo, en las candidaturas y sus fórmulas o equipos, con las honrosas excepciones de siempre, a los verdaderos representantes del pueblo y sus distintos sectores que lo componen.

Aquí es entonces donde comienzan las interrogantes que dije líneas arriba: ¿para quién o para quienes; entonces, ¿buscan el cambio los partidos contrarios a la 4T? Es muy cierto que vamos de mal en peor con el gobierno de López Obrador. Y la prueba más contundente y terrible es, que muchos de quienes confiaron y votaron por él, ahora ya no lo harán, esto es muy seguro, porque durante su gobierno murieron de coronavirus, de homicidios dolosos y violencia, o de hambre y de enfermedades curables en el abandono. Pero, ¿en verdad estábamos mejor antes del gobierno de la 4T? Yo sinceramente lo dudo. Ya desde antes estábamos mal. Si así no fuera, nunca, lo aseguro, la mayoría de los votantes hubieran preferido experimentar con un gobierno como el que ahora tenemos.

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Por tanto, yo sostengo, que el verdadero cambio que el país y el Estado necesitan, no debe ser a lo mismo que había antes de la 4T. Es por esto que el nuevo cambio, para que sea verdadero, requiere la participación activa y efectiva del pueblo y sus sectores en los diferentes gobiernos. No incluir a los verdaderos representantes populares en las nuevas decisiones que vienen, como ya dije, sería un craso error, y, por lo tanto, una farsa más.

En Colima, nadie como el Movimiento Antorchista, como lo podrá constatar fácilmente cualquiera que no sufra de prejuicios gratuitos, ha hecho tanto y durante tantos años por el bienestar de los colimenses más pobres. Nadie que no sea gobierno, ha promovido tanto el mejoramiento y la adquisición de vivienda popular para los que no la tienen; la infraestructura educativa para los estudiantes de los bachilleratos rurales; la productividad de los campesinos más desamparados; así como la alimentación, la salud y el bienestar general de los colimenses antes y durante la pandemia. Nadie. Y esto es así, porque Antorcha es el pueblo mismo, pero organizado. ¿Por qué entonces no se toman en cuenta a los antorchistas, que también son pueblo, para formar parte del cambio que dicen buscar para beneficio del pueblo mismo?

Pero ya lo dije con otro motivo, y hoy lo repito con este razonamiento: no hay mal que por bien no venga. Si los que se dicen modernos partidarios del nuevo cambio, al momento de promoverlo, ignoran el esfuerzo de las verdaderas organizaciones populares, como el caso del trabajo de los antorchistas, que ya referí, entonces, quedará demostrado que hay razón de sobra en lo que digo: estaremos ante las postrimerías de un nuevo engaño electoral. Y entonces nos veremos en las urnas. Que conste.        

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