La evaluación docente y los eufemismos de la 4T

En 2018 miles de docentes apostaron su voto a la cuarta transformación, alentados por el prometido cambio en las condiciones laborales que prometían la revalorización del magisterio como la panacea a todos los males que aquejan a nuestro gremio, es así como, a pesar del llamado de Antorcha Magisterial de no sucumbir a los cantos de sirena, muchos docentes votaron por este proyecto.

A dos años de la gestión de Morena podemos tener un panorama más o menos certero de cuál ha sido la realidad de esa "revalorización” tan pregonada con bombos y platillos cada que un funcionario morenista toma el micrófono, de manera real o figurada, para hablar de las condiciones de trabajo del magisterio.

Lo cierto es que ni se han mejorado las condiciones de trabajo del magisterio ni se ha legislado a favor de los mismos. La reforma educativa que juraron destruir por ser punitiva y que no se adaptaba a las necesidades de los maestros no ha desaparecido, sino por el contrario, se ha refinado envolviendo a los trabajadores de la educación en un sinfín de requisitos, criterios excepcionales, lineamientos y elementos multifactoriales que lejos de apoyarlos a conseguir una mejora se convierten en un obstáculo insalvable, donde por un documento que fácilmente pudiera extender la Secretaría de Educación Pública (SEP) como una regularización de órdenes de adscripción, se niega toda posibilidad de ingreso o promoción.

Tan es cierto que no ha desaparecido, que se siguen usando los mismos elementos, pero con otros nombres que pueden resultar menos ofensivos al oído pero que en los hechos son exactamente lo mismo, es decir, se usan eufemismos (expresión más suave con que se sustituye otra considerada tabú, grosera o demasiado franca). Por ejemplo, algo que molestaba especialmente a los docentes era la clasificación de maestros en idóneos y no idóneos, por ser incluso peyorativa; ahora se les llama docentes en nivel destacado, bueno, suficiente o insuficiente. Probablemente se escuche mejor, pero para efectos prácticos es lo mismo, un docente con resultado insuficiente o suficiente no tiene absolutamente ninguna oportunidad de adquirir un interinato u horas adicionales.

Un ejemplo más, la famosa lista de prelación que supuestamente Morena era un fraude porque era injusta, se convirtió en la "lista de ordenamiento&rdquo, con la diferencia de que, en su supuesto afán de revalorizar al magisterio, se dividió en docentes normalistas y egresados de licenciaturas, privilegiando a los normalistas. Pero el resultado no fue el que esperaban, miles de egresados de licenciaturas universitarias se quedaron esperando una contratación, mientras que normalistas con puntajes mucho menores fueron contratados; ha sido tanta la presión de este sector que se rumora para este año se eliminará esa distinción.

Otro de los errores que han cometido es su absoluto desconocimiento de la utilidad de los centros de maestros y su menosprecio a esta estructura que durante años capacitó de manera más o menos eficiente a los docentes del país. De modo que se permitió que instituciones públicas y privadas dieran cursos con valor curricular para que el docente lograra los 100 puntos que piden como elemento multifactorial, en este año sube a 200 puntos; no obstante, este año los docentes de promoción horizontal fueron sorprendidos con la noticia de que los cursos no serán tomados en cuenta como elemento de valoración después de que ya habían invertido en dicha preparación. ¿Por qué? La respuesta habría que buscarla en el hecho de que comenzaron a pulular la venta de constancias y de cursos al vapor, incrementando la competencia desleal para la adquisición de una plaza. Esto habría podido evitarse si se hubiera seguido el trayecto formativo en centros de maestros, que aun con sus deficiencias propias era mucho más justo.

Finalmente, la cereza del helado, los recursos otorgados para la contratación; si leemos con detenimiento los lineamientos de evaluación en cualquiera de sus vertientes nos encontraremos con una leyenda inevitable "dichos incentivos estarán sujetos a las necesidades del servicio público educativo, estructuras ocupacionales autorizadas y disponibilidad de plazas vacantes definitivas, temporales o de nueva creación&rdquo, es decir, que aunque el docente haya cumplido con todos los requisitos, aprobado el examen, entregado su proyecto de enseñanza o de gestión, haya aparecido en la lista pública, todo ello no significa que se le contratará o beneficiará con una plaza, además como los resultados solo tienen la vigencia de un año, el profesor deberá reiniciar todo el calvario el próximo ciclo escolar hasta que por azares del destino logre su objetivo. En la reforma anterior por lo menos la vigencia se extendía hasta a tres años.

Y si vamos al funcionamiento de la USICAMM estamos a febrero y no se han dispuesto las contrataciones de docentes de nuevo ingreso en su totalidad y los docentes en servicio no han sido contratados en el 40% que les corresponde, existe una burocracia y tortuguismo verdaderamente inaudito.

En resumen, las condiciones para los docentes no se han solucionado, sino que se ha radicalizado, por lo tanto, no hay otro mecanismo que la evaluación y buscar obtener los mayores puntajes en cada una de las etapas. En ese sentido Antorcha Magisterial Nacional iniciará a principios de marzo con el apoyo de la Comisión Académica Nacional (CANAM) los cursos de preparación y el seguimiento de los docentes para lograr que enfrenten con éxito este reto para poder adquirir una plaza que les permita desempeñarse profesionalmente.

Exhortamos a todos los docentes afiliados al Movimiento y los que así lo deseen a integrarse con nosotros y luchar por una justa contratación.