En un estudio publicado por el Banco Mundial titulado "Reducir las desigualdades en el suministro de agua, saneamiento e higiene en la era de los Objetivos de Desarrollo Sostenible" podemos leer: "En la actualidad, millones de personas están atrapadas en la pobreza por el mal abastecimiento de agua y el saneamiento deficiente, lo que contribuye al retraso del crecimiento y a la existencia de enfermedades debilitantes de la infancia, como la diarrea". Se sabe que alrededor de 3 de cada 10 personas en el mundo (2,100 millones de personas) carecen de acceso a agua potable y disponible en el hogar, y que 6 de cada 10 (4,500 millones), carecen de un saneamiento seguro en todo el mundo (datos extraídos del informe de la OMS y el UNICEF titulado "Progresos en materia de agua potable, saneamiento e higiene").
En nuestro país la situación no es mejor. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) señala que el 25 por ciento de hogares en el país no tienen acceso total al agua potable en sus casas o la reciben de manera espaciada, por lo que deben conseguirla en pozos, ríos, lagos o con pipas. Esta denuncia de abandono del Estado mexicano se corresponde con lo publicado en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2016, donde se asegura que 6 de cada 10 mexicanos habitan viviendas sin condiciones adecuadas de saneamiento e higiene, como el acceso a espacio y medios para la disposición de la basura y las excretas, para la higiene personal, para el lavado de los trastes y utensilios usados para los alimentos y para el lavado de la ropa.
En el estado de Veracruz el panorama es aún más alarmante. Nuestra entidad ocupa el lugar 29 nacional de cobertura de agua de potable. Según datos de la CONAGUA, el agua entubada es un privilegio fuera del alcance de 2 de cada 10 veracruzanos. Veracruz se ubica por debajo del promedio de cobertura en servicios de alcantarillado y drenaje, que es de 87 por ciento.
En lo que concierne para la ciudad de Veracruz, los índices son más alarmantes: el agua está disponible sólo para el 79% de la población. Con esto, la ciudad ocupa uno de los últimos lugares a nivel nacional. Esta insuficiencia es inexplicable sin el incremento de la pobreza. Nuestro municipio portuario aumentó su número de pobres, de 2010 a 2015: la cifra creció a 194 mil 584.
Existen colonias, en este municipio, que están catalogadas con alta marginación: Reserva, Lomas de Tarimoya. Y en casi todas, la escasez del agua es el común denominador. El papel del municipio es cardinal, pues de él depende la introducción de estos servicios. Si bien, la administración municipal actual tiene una actitud distinta hacia los cinturones de miseria, el problema sigue requiriendo de mayor operatividad, es decir, mayor prestancia para acelerar las soluciones.
éste es el caso de la Colonia Unión antorchista, ubicada en la Reserva IV. El proyecto para abastecer agua potable a esta colonia está detenido completamente. Lacerando el bienestar de más de 1,500 habitantes; además de afectar el funcionamiento cuatro instituciones educativas (con una matrícula de cerca de 2,000 estudiantes), un centro de salud y una unidad deportiva.
Los antorchistas de esta colonia hemos actuado conforme a la ley a la hora de solicitar los servicios ante la alcaldía; y somos conscientes de lo implica el proceso administrativo, es decir, somos comprensivos y hasta pacientes para esperar la solución definitiva de nuestros problemas. Pero toda espera tiene un límite; y es evidente que esta tolerancia responde a límites naturales, es decir, que exigir prontitud en la resolución problema del agua obedece, sobre todo, a que la carencia del vital líquido hace, literalmente, imposible la vida. El personal administrativo del Ayuntamiento no debe perder de vista esto. La diferencia entre un buen gobierno y uno que no lo es está en la capacidad que tiene para resolver problemas con la misma atención y celeridad como si se ellos mismos padecieran de esas adversidades. La época de calor se aproxima y con ella no sólo nuestra calidad de vida se verá afectada severamente, sino, que también, el riesgo de enfermedades aumenta de forma sustancial.
Porque nuestra Organización se ha propuesto en serio acabar con la pobreza en México, luchar por abastecer de agua potable a todos los rincones de nuestro país es un paso elemental. Y para esto requerimos de funcionarios públicos auténticamente sensibles y eficaces para atacar esta problemática de raíz. Y si su sensibilidad es opacada por su inoperatividad, el antorchismo veracruzano hará uso legítimo de la manifestación pública, de forma muy respetuosa, pero, eso sí, también de manera enérgica.
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